A pocas horas de
haber concluido la fiesta que el Domingo 21 de Agosto
realizáramos para agasajar a los chicos del comedor quiero
expresar mi inmenso agradecimiento a todos los que hicieron
posible que concretáramos este homenaje a la inocencia infantil
más postergada de nuestra sociedad.
Sé que me estoy adelantando a la expresión de gratitud
personalizada que debemos hacer a cada una de las personas de
las instituciones, empresas y de amigos que se asocian siempre a
la hora de brindar todo lo que pueden para intentar hacer feliz
a un niño. Y esta vez, volvieron a estar y se sumaron otros, con
las mismas ganas y con igual espíritu solidario. A ellos
agradezco su generoso aporte en regalos, leche, cacao,
golosinas, alimentos dulces para acompañar el chocolate que
tomamos todos.
También quiero agradecer el esfuerzo enorme de mis compañeros
con quienes tengo la alegría de compartir desde hace años la
tarea de llevar a delante el servicio del comedor y el de la
Escuelita de Apoyo Escolar.
En esta fiesta participaron más de mil personas, muchas de las
cuales no estuvieron físicamente en el gomero. Entre ellas se
cuentan docentes, Cooperadoras escolares, los centenares de
chicos pertenecientes a escuelas y colegios e hijos de muchas
familias que donaron sus juguetes. Y si bien la mayoría de ellos
no vinieron… estuvieron bien presentes, al desprenderse de sus
juguetes más queridos para que los chicos del comedor los
disfruten.
Más de trescientos chicos recibieron su regalo de juguetes
nuevos y usados en perfecto estado en medio de un reparto
envuelto por un maravilloso y comprensible caos, que es producto
de esa legítima lucha que encaran por acceder a ese derecho
natural que, como niños que son. les corresponde, cual es el de
jugar con la fantasía y que encarna cada juguete y que una
sociedad injusta, no solo les niega, sino que además los castiga
con pobreza y exclusión.
Ojala podamos seguir provocando ese caos infantil todas las
veces que sean necesarias porque querrá significar que nosotros
y todos los se suman en ese intento de hacerlos felices, aunque
sea por un momento, que les reconocemos ese sagrado derecho a
ser Niños y a ser felices.
El desorden que generalmente se produce cuando repartimos los
juguetes, por cierto que no es deseable (y que se puede
minimizar), lo prefiero antes que negar a los chicos ese juguete
tan esperado.
Gracias a todos los que se acercaron al gomero de Barrancas a
compartir la fiesta y a los que no pudieron venir pero nos
acompañaron con sus regalos y aportes en alimentos dulces,
golosinas, leche y cacao para el chocolate.
Gracias también a los que no vinieron pero los sentimos siempre
cerca, dispuestos a darnos el estímulo para seguir adelante y el
afecto que nos fortalece.
Un agradecimiento muy especial a todos los amigos que
colaboraron con expresiones artísticas, dando mucha fuerza y
alegría al festejo.
Gracias a todos por haber dado lo mejor de cada uno: su amor a
esos pequeños prójimos que no merecen padecer esa tristeza que
les deja la pobreza.
Un fuerte abrazo
Carlos Durañona |