04 de Mayo de 2016

Planta de tratamiento de residuos

Se realizó en la Legislatura la Audiencia Pública referida a una ley que aprueba el uso de un predio ribereño en la zona Norte.

Ciudadanos porteños participaron el pasado 16 de abril, en el salón San Martín de la Legislatura, de la Audiencia Pública para autorizar el financiamiento del diseño, construcción, operación y mantenimiento de una planta de tratamiento mecánico biológico (TMB o MBT) de residuos sólidos urbanos (RSU) en la zona norte de la Ciudad. Se trata de un predio en el barrio de Núñez, en las costas del Río de la Plata, en la desembocadura del arroyo Medrano.
Dicho proyecto ya fue aprobado en primera lectura, por iniciativa del bloque PRO, y antes de su sanción como ley requiere una nueva aprobación legislativa, previa audiencia pública, según lo dispuesto en los artículos 89 y 90 de la Constitución de la Ciudad.

El primer artículo del proyecto dispone afectar como “Planta de Tratamiento” la superficie que se genere a partir de la canalización de la desembocadura del Arroyo Medrano hasta alcanzar el Rio de la Plata, predio delimitado por la prolongación virtual de calle Pico hasta su intersección con el Rio de la Plata, desembocadura del arroyo Medrano hasta la intersección con la prolongación virtual de calle Ramsay y prolongación virtual de Ramsay hasta la intersección con la prolongación virtual de Pico.

Ese predio, por 15 años prorrogables, se usará para hacer la planta de tratamiento de residuos, a cuyo efecto se autoriza al Gobierno de la Ciudad a contraer empréstitos por un monto equivalente a 120 millones de dólares.

Las ponencias

Una decena de representantes de organizaciones de recicladores o recuperadores de residuos, vecinos y ecologistas (sobre un total de 21 inscriptos) hicieron cuestionamientos y críticas. Entre otras cosas, hicieron hincapié en las deficiencias del sistema de reciclado actual y el plan de separación de residuos en origen, que sólo se cumple parcialmente, así como supuestos incumplimientos del plan Basura Cero.

Alejandro Valiente: Soy militante del Movimiento de Trabajadores Excluidos, una organización que fomenta la organización de los cartoneros en pos de conseguir mejoras laborales y alcanzar los derechos labores, y, a su vez, formo parte del equipo técnico de la Federación Argentina de Cartoneros y Recicladores. Como miembro de este equipo técnico, consideramos que la adopción de esta tecnología de tratamiento mecánico biológico no es adecuada para la situación actual en la que se encuentra la ciudad con respecto a los residuos sólidos urbanos. En primer lugar, nos preocupa un poco y nos llama la atención el costo que tiene la instalación de esta planta. Además queremos criticar la tecnología de tratamiento mecánico biológico utilizada que nos propone recibir la basura toda mezclada, es decir, que no va a haber recolección diferenciada. Así, el camión recolector, va a tener que compactar la basura. Por lo tanto, va a hacer una compactación hidráulica, y la basura va a llegar a la planta MBT toda mezclada. Entonces, les pregunto: ¿cuánto se puede reciclar o recuperar de esto todo mezclado? El producto que salga de la MBT va a estar contaminado, manchado. Entonces, todo lo que hagamos una vez que la basura está mezclada para recuperarlo va a ser más difícil y más costoso. Esta es la principal impugnación que le hacemos a la planta de tratamiento mecánico biológico.

Romina Braga: Soy miembro de la Junta Comunal de la Comuna 13. Nos debemos hacer una pregunta: ¿realmente hemos hecho todo por el reciclaje? Si bien el Gobierno de la Ciudad se topó con una tarea muy ardua y los recicladores urbanos han hecho un gran trabajo, queda todavía mucho por hacer. Al día de hoy, siguen dándose charlas en las diversas comunas y centros administradores para que podamos separar en origen. Hoy contraer una deuda de esta magnitud representa darnos por vencidos en una batalla, y no debería ser así. Hoy nosotros debemos generar una profunda concientización. Además, una planta de estas características genera lo que ya han mencionado: que la calidad del compost que se haga no sea de la misma calidad que la que debería tener para ciertos rellenos, si es que vamos a utilizar esta planta con esa finalidad. Además, el reciclador urbano no logra tener en condiciones todo el material de reciclaje. Por último, a partir del sexto mes, estas plantas terminan desechando el cincuenta por ciento de todo el material. Entonces, nos preguntamos ¿cuánto estamos tratando de reciclar? ¿Cuánto estamos tratando de cambiar hábitos de la ciudadanía? Realmente, no es así, sino que lo que hacemos es generar un gran endeudamiento y un perjuicio, porque lo que se ha hecho es modificar la desembocadura del arroyo Medrano. En este aspecto, pregunto: si lloviera como llovió en Entre Ríos, ¿estamos en condiciones de que no suceda lo mismo? ¿Qué pasa con el arroyo Medrano si hubiera una sudestada? Tenemos bastantes cuestiones por analizar y rever, desde lo económico, desde los puestos de trabajo, desde una concientización madura y a largo plazo. No estamos cumpliendo con la ley de basura cero. No llegamos ni siquiera a los objetivos del año 2014. Planteo estos interrogantes y también esta preocupación para que puedan repensar lo que se ha tratado y poner en servicio real de todos los ciudadanos lo que necesitamos.

José Alejandro Gottig: pertenezco a la Fundación Avina, que trabaja en toda Latinoamérica apoyando los movimientos de recicladores desde hace 10 años. Junto con los recuperadores urbanos en la Ciudad de Buenos Aires tenemos un caso testigo, un caso modelo, con muchas aristas para mejorar. Y, desde ese punto de vista, queremos traer a la mesa un estudio que hicimos desde la Comisión Basura Cero que fue presentado en el año 2014 y en el que ya mencionábamos y nos oponíamos a la construcción de las MBT, porque creemos que están en contra del espíritu de reciclaje que promueve la Ciudad con el modelo de recuperadores urbanos. En ese informe una de las cosas que decíamos, por ejemplo, es que este tipo de tecnología apenas recupera entre un 5 y un 10 por ciento de los materiales. Hicimos una visita en el mes de diciembre al CEAMSE, que se encuentra en la Provincia de Buenos Aires, en donde nos indicaron que el sistema que tienen instalado en ese lugar en este momento recupera alrededor de un 3 por ciento y, en el mejor de los casos, un 6 por ciento de los materiales. Eso hace que la mayor parte de los residuos vaya a parar a “disposición final”. Por otro lado, es bueno destacar que ésa es una tecnología finalista que no puede ser considerada como una variable de gestión adecuada para Ciudad de Buenos Aires, porque esto hace que en una Ciudad en donde tenemos la mayor cantidad de puntos de recolección a través de los contenedores negros, la mayor parte de los materiales vaya a ser procesada mediante esta tecnología y, finalmente, vaya a “disposición final”. Por eso, queremos señalar algo que ya habíamos dicho. En ese momento, con este informe, la instalación de MBT es totalmente contraria a lo que se propone con la Ley 1854 de Basura Cero. Por último, me gustaría resaltar también que no vemos coherente lo siguiente: cuando queda tanto trabajo por hacer en un modelo tan bueno como es el de recuperadores urbanos y con tanto potencial de aumentar los niveles de recuperación en origen, realmente no entendemos o no estamos de acuerdo con invertir en un proceso tecnológico que va a costar hasta ocho veces más de lo que es el presupuesto que se destina anualmente al sistema de recupero con las cooperativas.

La funcionaria Melisa Wilkinson, gerente de Nuevas Tecnologías del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, habló al final y explicó que la Ciudad hoy genera 6.200 toneladas diarias de basura, de las cuales 2.200 son tratadas en la planta Sur de Villa Soldati, que se complementará con esta nueva planta de la zona Norte. Lo notable de esta nueva planta, dijo Wilkinson, es que tiene como objetivo el tratamiento de orgánicos para reducir el gas metano y disminuir los volúmenes de basura enterrada. “La tecnología de MBT está altamente probada, hay más de cien plantas en Italia y España, cumple con todas las normas internacionales de seguridad y calidad y es capaz de tratar con mucha flexibilidad y facilidad material orgánico diferenciado, cosa que actualmente no se hace. Tiene un mínimo impacto ambiental y una alta automatización”, concluyó.