Consultamos a diez
vecinos, sobre el barrio, sus calles, el tránsito, la
inseguridad, la basura. Agradecemos infinitamente sus valiosas
opiniones e invitamos a más vecinos a que nos cuenten lo que
piensan al email: lectores@mibelgrano.com.ar
¿Como cambió el barrio en el
transcurso de los años?
Daniela Miche: El barrio cambio muchísimo, en especial de noche.
Eva M. de Sánchez: Notablemente, hay muchos edificios nuevos.
Juan Carlos Sánchez: Fue perdiendo el aspecto y el olor a barrio
para transformarse en un habitáculo.
Diana Sevitz: Se ha ido deteriorando, antes era un barrio
limpio, ahora está lleno de basura y de personas que duermen en
la calle.
David Burin: Vivo en Colegiales. Se van demoliendo todas las
casas antiguas con cierto encanto, algunas realmente de estilo,
para construir cubos con rejas. Algunos conjuntos habitacionales
son algo más decentes, pero el nivel de proximidad con vecinos
es espantoso y encima cuestan fortuna. Hay una política de ir
raleando a los pobres del barrio, desalojos de PHs que se
alquilaban para construir edificios modernos y caros.
Cada vez se viene más la onda Palermo Hollywood con muchos
restós y casas de decoración vintage y exclusividades. No me
reconozco en este lugar!
Gustavo Guevara: Para mejor en Barrancas de Belgrano, hubo
mejoras hechas por el Gobierno de la Ciudad, aunque empeoró el
tema del tránsito y los ruidos a nivel general.
Rolf Rüst: Más ruido, más tránsito, más autos estacionados y mal
estacionados (en las bocacalles), más gente foránea, más
desechos caninos.
Hector Roma: Positivo fueron los arreglos que hicieron y
mejoraron Virrey Vertíz entre La Pampa y Sucre. La intención del
Gobierno de la Ciudad fue muy buena, pensando el lugar para
juegos de Niños ya que hay instalado un subibaja, pero fue
ocupada por los paseadores de perros fumando, y llenando el
lugar de excremento canino.
Mario Osvaldo Salvo: Hablo de la Imprenta y las Cañitas. El
destino quiso que allá por Abril de 1961, mi lugar fuera ese
barrio, donde me impactó un sector de Belgrano que a mis 16
años, resultaba distinto. Trabajé en el predio que hoy ocupa un
supermercado en Maure 1745. Allí estaba Jansen S.A. Decoraciones
y Muebles sucursal en Argentina de París. Ese era el encuentro
de clientes de la elite de Buenos Aires. El barrio era de casas
bajas, donde se conocían los vecinos que las habitaban, tal como
podría ocurrir en algún otro barrio de aquellos tiempos. Los
studs, casi uno por cuadra, eran moneda corriente en la
escenografía del lugar (uno de ellos ocupaba el predio dónde hoy
está “La cuadra”). También los había por Soldado, Migueletes,
Baez. Ese clima de familiaridad propia de barrio, se mezclaba
con establecimientos industriales, arraigados en el Gascarbo,
que ocupaba la manzana de L. M. Campos, Maure, Gorostiaga, Arce,
hoy Solar de la Abadía, establecimientos metalúrgicos como Vago,
en Maure al 1800, y entre otros, una ferretería que era el todo
para la construcción, mas la cordialidad y amabilidad de sus
titulares, los hermanos Renzo y Reynaldo Di Franco, en L. M .
Campos, esquina Maure. Por esos tiempos, sin shoping, ni
supermercados, existían los tradicionales almacenes, panaderías
y barcitos boliches, visitados por los parroquianos, todos del
barrio y estudiando la fija y muchos talleres mecánicos. Eran
tiempos del vermut, la grapa y la ginebra.
Marcela Laufgang: Mucha más edificación, más gente y más basura.
¿Cuáles son los problemas que
más te preocupan en el barrio?
Daniela Miche: La inseguridad y la suciedad.
Eva M. de Sánchez: Por sobre todas las cosas la inseguridad.
Juan Carlos Sánchez: La inseguridad, la poca solidaridad, y la
degradación cultural.
Diana Sevitz: la inseguridad, la limpieza y el tránsito.
David Burin: La destrucción de la escuela pública. La falta de
espacios verdes públicos.
El incumplimiento de la ley de basura cero, los sucesivos
simulacros de separación de basura nunca se continúan, ni se
concretan. La dificultad para estacionar cerca de mi domicilio.
La creciente pavimentación que genera impermeabilización en el
suelo y colabora para que las calles se inunden. La falta de
líneas de colectivos que conecten con otras zonas de la ciudad.
La falta de políticas de inclusión social en serio.
Gustavo Guevara: El tránsito, los ruidos de la calle y el tren
en la barrera de La Pampa, dónde los tiempos de espera son muy
altos a las horas pico. La barrera baja y pasan varios minutos
hasta que pasa el tren, y más si se suma otro en sentido
contrario. Hasta el año pasado había gente de tránsito del
Gobierno de la Ciudad que “ordenaba” un poco, ahora desde el
verano, no están más. Sumo las bocinas de los trenes, incluso de
madrugada, insistentes y sin mediar ningún peligro. Todos los
trenes tocan bocina varias veces al llegar a La Pampa, en Sucre
y en Juramento, de día y de noche.
Rolf Rüst: La mugre, la mala iluminación, la falta de raleo de
los árboles, el derroche de agua en el lavado de veredas. El
excesivo aumento del ABL.
Hector Roma: La inseguridad y la higiene, todo esta muy sucio en
Montañeses y Echeverria y en Virrey Vertiz entre Sucre y
Juramento, por nombrar algunas calles.
Mario Osvaldo Salvo: Sin duda la inseguridad, el desorden en el
transito y la falta de respeto por el cumplimiento de las
ordenanzas (Estacionamientos en lugares prohibidos, la basura
fuera de los horarios establecidos). La falta de solidaridad y
el sentido de no pertenencia del barrio, ante tanto foráneo.
Marcela Laufgang: Me preocupan la basura, la higiene y la
inseguridad.
¿Como vivís con la
inseguridad?
Daniela Miche: Con mucho miedo.
Eva M. de Sánchez: Con mucho pánico. No se puede caminar más por
las calles y mucho menos por las plazas. Me robaron en la Av.
Cabildo frente al local de pastas, creyendo que era una moto de
Delivery se me vino encima y me arrancó una cadenita y no me
llevó la cartera porque estaba entre mis brazos y los de la
persona que me acompañaba.
Juan Carlos Sánchez: Mal. Crece desde hace años y toda la
dirigencia mira para otro lado, resguardando sus propios
intereses. Costará mucho revertirlo.
Diana Sevitz: Mal, hay horas en que no salgo y hay calles que no
camino, por ejemplo Vuelta de Obligado entre La Pampa y Sucre
por la noche es una boca de lobos.
David Burin: Con paranoia. Esta semana asaltaron dos veces el
kiosco en la cuadra de mi casa, le robaron el celular a un
compañero de mi hijo, etc. Me parece un desastre que encima
quieren que los vecinos nos “autogestionemos” con este tema
cuando las redes de narcotráfico son avaladas por la misma
policía. Es un problema estructural de casi imposible solución.
Colaboro en el comedor del gomero de Barrancas de Belgrano y con
los otros voluntarios a veces debatimos horas sobre qué es lo
correcto, cuál debería ser la política adecuada. El control
sobre la policía es uno de los ejes. Los comisarios deberían
llegar por el voto de la gente y deberían poder ser removidos
con una juntada de firmas.
Gustavo Guevara: lo vivo mal y acostumbrado, si la policía solo
puede actuar en forma disuasoria o cuando se esta cometiendo el
ilícito, estamos desprotegidos.
Rolf Rüst: Mas o menos. Molesta la gente que se junta a la
madrugada en la plaza que no es del barrio, altera el orden
público, se alcoholizan y dejan todas las botellas y demás cosas
tiradas.
Hector Roma: Policías durante el día hay por la zona donde estoy
yo, Montañeses y Sucre, y eso me parece que es bueno.
Mario Osvaldo Salvo: Es muy preocupante, me cuesta entender que
no se pueda encontrar una solución a un tema tan sensible. Tengo
la sensación que esto ya es parte de la cultura cotidiana, a la
que nos estamos acostumbrando como algo definitivamente
instalado. Un estado que no pueda brindarle seguridad a su
pueblo, es sin duda un estado ausente.
Marcela Laufgang: En Enero me quisieron robar la cartera en
Barrancas de Belgrano.
Hay que andar por todos lados con mucho cuidado.
¿Como está tu vereda?
Daniela Miche: Esta bastante limpia y muy poco rota.
Eva M. de Sánchez: Digamos, el superlativo de rota y sucia, las
raíces de los árboles, los proveedores de servicios que rompen y
no arreglan, los mismos vecinos que son indolentes a estos
problemas y no se toman el trabajo de avisar a quien
corresponda, etc.
Juan Carlos Sánchez: Limpia, sólo de a ratos. No todos barren y
lavan su vereda. Lue
go del lavado matutino, siempre alguien “colabora” con su
pichicho, mientras mantiene una encendida conversación desde su
celular, mirando el horizonte. La mayoría de ellas está en
condiciones deplorables. El gobierno de la CABA está ausente.
Para colmo, no permite que las Comunas y sus órganos
constitucionales tengan su lugar. Incumple y boicotea las leyes.
Diana Sevitz: Está sucia y muy rota, por las raíces de los
árboles.
David Burin: No está rota porque decidí repararla yo después de
esperar 8 años y hacer unas 6 notas de pedido. Cuando iba a
cortar las raíces del tilo y a repararla tuve la precaución de
sacar fotos, certificarlas con escribano e ir al CGPC. Allí me
dijeron off the record que avance con el arreglo. A los 5
minutos que empezó la poda apareció la policía metropolitana y
un inspector. Por suerte tenía todo documentado.
Gustavo Guevara: Esta limpia y sana porque se encarga el
consorcio de mantenerla y arreglarla.
Rolf Rüst: Mi vereda bien, muchas otras no. Y muchas las lavan
en exceso.
Hector Roma: No me puedo quejar los encargados limpian todos los
días y dos veces por día pasan los barrenderos municipales.
Marcela Laufgang: Mi vereda esta un poco rota pero parece que el
consorcio la debe reparar. Esta limpia pues la encargada limpia
pero a veces hay excremento de perros, pues hay gente mal
educada.
¿Has padecido alguna de las
inundaciones?
Daniela Miche: Por suerte no.
Eva M. de Sánchez: No en esta época, pero hace algunos años tuve
que cambiar el coche un Renault Breck con 3000 Km flotaba por
Av. Cabildo a la altura de Blanco Encalada, estaba estacionada
sobre lo que hoy es el Correo antes había un cine. Fue
irrecuperable.
Juan Carlos Sánchez: Sí, varias. Se fueron llevando el
adoquinado que permitía el drenaje permanente, así como las
viejas casas con patios y jardines, verdaderos pulmones y
desagües. Hoy, el agua sólo drena por las bocas de algunas
esquinas, a las que la vecindad se empecina en taparlas
arrojando plásticos y desechos a la vía pública.
Rolf Rüst: Si. En la última en Febrero de 2011 quedó mi auto
bajo agua. Antes se inundaba cuando había sudestada. Ahora
curiosamente cuando llueve mucho. El agua baja por Quinteros
sigue por V. de la Plaza y arremete con todo por Barilari hasta
la plaza.
¿Que te gustaría que mejore
en el barrio?
Daniela Miche: Me gustaría que fuera más limpio en general. Que
haya menos inseguridad, que se respeten los letreros, no que los
arruinen. Por que Belgrano es el barrio más lindo de todos.
Eva M. de Sánchez: Más limpieza, más seguridad, más cordialidad,
más educación. Por suerte tenemos esta publicación que nos
mantiene informados acerca de todo lo que ocurre en el barrio,
nos informa, nos previene, nos educa, con Mi Belgrano uno se
siente contenido estamos como agrupados, no nos sentimos tan
solos en una ciudad tan grande.
Juan Carlos Sánchez: Si bien es bastante utópico, me conformaría
con que pueda trabajar el Consejo Consultivo Comunal, que es el
órgano participativo de la gente, de los vecinos. Ello mejoraría
los aspectos más críticos y urgentes. Todo parece indicar que no
será posible durante esta administración. Sólo muestra que
aborrece la participación vecinal, negándole toda posibilidad.
Diana Sevitz: Que vuelva a ser un barrio más tranquilo.
David Burin: Tendrían que hacer un parque en la playa de
maniobras de la estación Colegiales, con un polideportivo.
Habría que darle más difusión al Consejo Consultivo Comunal.
Habría que evitar más demoliciones de edificios que pertenecen
al patrimonio urbano, históricos, bonitos. Hay que poner en
funcionamiento nuevamente El Dorrego, que Macri desactivó.
Estaría bueno disponer de algún otro Centro Cultural de ese tipo
por Colegiales, que no hay. Quizás sería bueno armar una especie
de “incubadora de organizaciones sociales barriales”, un espacio
gratuito donde muchas organizaciones puedan contar con espacio
para sus actividades, una oficina bancada por el estado con
línea telefónica y algún servicio centralizado, contadores,
abogados, bibliotecas, etc.
Gustavo Guevara: Orden en el transito vehicular, control de
bocinas, que regulen el tiempo de espera entre que baja la
barrera y pasa el tren.
Rolf Rüst: Que siga siendo un barrio. Que se cuiden más los
árboles. Que el sector juegos de la plaza Fleming no sea usado
por los empleados de oficinas. Que tenga calidad de vida. Que no
sea amenazado por emprendimientos inmobiliarios corruptos. Por
ejemplo: ¿Qué van a construir al lado de la Ex Embajada de
Filipinas? Al parecer un edificio de 4 o 5 pisos. Lo hacen a
escondidas detrás de la fachada de la casa. Que no se tire más
basura en las esquinas. Que el barrio no sea un “atajo” para
automovilistas. Esto se podría evitar cambiando las manos de
algunas calles. Sería bueno que desaparezca la ruina en la
esquina de Basavilbaso y Alcorta es un antro que puede ser
ocupado por gente de mala calaña.
Hector Roma: La noche se pone muy solitaria y peligrosa arriba
del túnel de Libertador, tendría que haber más luz y más
vigilancia en ese lugar.
Mario Osvaldo Salvo: La seguridad, el orden en el
estacionamiento y el respeto entre los habitantes y que los
comuneros, estén mas en contacto con los vecinos. ¿Existe algún
vecino que conozca a aquellos que votó?
Marcela Laufgang: La esquina de O´ Higgings y Mendoza es un asco
siempre. Todo el mundo tira basura a cualquier hora. No logré
que pongan multas. Ojala se inicie la separación en origen a ver
si mejora el tema.
¿Has padecido alguna de las
inundaciones?
Daniela Miche: Por suerte no.
Eva M. de Sánchez: No en esta época, pero hace algunos años tuve
que cambiar el coche un Renault Breck con 3000 Km flotaba por
Av. Cabildo a la altura de Blanco Encalada, estaba estacionada
sobre lo que hoy es el Correo antes había un cine. Fue
irrecuperable.
Juan Carlos Sánchez: Sí, varias. Se fueron llevando el
adoquinado que permitía el drenaje permanente, así como las
viejas casas con patios y jardines, verdaderos pulmones y
desagües. Hoy, el agua sólo drena por las bocas de algunas
esquinas, a las que la vecindad se empecina en taparlas
arrojando plásticos y desechos a la vía pública.
Rolf Rüst: Si. En la última en Febrero de 2011 quedó mi auto
bajo agua. Antes se inundaba cuando había sudestada. Ahora
curiosamente cuando llueve mucho. El agua baja por Quinteros
sigue por V. de la Plaza y arremete con todo por Barilari hasta
la plaza.
¿Los peatones y conductores
respetan las normas de tránsito?
Juan Carlos Sánchez: No; en absoluto. La gran mayoría las
ignora. Igual que los conductores. Todos se conceden la
autoindulgencia. Espantoso.
Diana Sevitz: No para nada, esto se puede observar parándose
solo un minuto en la esquina de Av. Cabildo y Juramento.
David Burin: Cada vez más. Los controles de alcoholemia son un
logro. El problema principal creo es la no limitación de la
cantidad de vehículos y los accidentes con motos y bicis.
Gustavo Guevara: En un 60 o 70%. los conductores y los peatones
no respetan las normas de tránsito.
Hector Roma: El máximo problema en esta zona, Montañeses y
Sucre, son las vías y las barreras, que están cerradas en horas
picos y los conductores montan en cólera y los peatones tienen
problemas para cruzar las calles y las vías.
¿Es fácil estacionar por la zona en que vivís?
Eva M. de Sánchez: No en absoluto y habría que ver el precio de
las horas de estacionamiento, pocos cobran la fracción horaria.
Juan Carlos Sánchez: No. Cada vez más han crecido las
actividades y los vehículos, por lo que aquel barrio tranquilo,
Bajo Belgrano, hoy se convirtió en comercial e industrial.
Diana Sevitz: No para nada, en Sucre siempre hay coches
estacionados en las dos veredas.
David Burin: Imposible. A veces tengo que estacionar a dos o
tres cuadras y puedo estar dando vueltas varias veces.
Rolf Rüst: No. Muchas veces tengo que dejar mi auto a varias
cuadras porque mi cuadra se llena de vehículos que no son del
barrio.
Hector Roma: Es muy difícil estacionar ya que las personas que
trabajan en el centro dejan sus coches aquí, cerca de la
estación Belgrano C y se van en tren a sus tareas.
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