Los filtros de aplicaciones como Instagram o el mismo modo belleza que ya incorpora casi cualquier celular parecen estar vaciando los quirófanos de muchas clínicas estéticas. La tendencia se antoja imparable, así que vos deberías echar un vistazo al nuevo modo de aparentar la eterna juventud que han traído las nuevas tecnologías.

Estar guapa sí que importa

Ya no es necesario esperar a que salga el premio gordo en las tragamonedas para poder ir corriendo a una clínica de belleza y retocarse los labios, los ojos, los pómulos o cualquier otra parte de la cara.

Tenés que saber que muchas mujeres y hombres han descubierto que solo tienen que darle al icono de la cámara en la pantalla de su smartphone para verse como realmente quieren. Pero esto no es lo mejor de todo. Lo que más aleja del quirófano es que esa foto tomada y retocada con los distintos filtros disponibles acabará en redes sociales siendo la envidia de todo el que le eche un vistazo.

¿La imagen de la fotografía no se corresponde con la de vos? No importa, el nuevo medio para demostrar que se está guapa son plataformas como Instagram o Facebook, así que a nadie le importa la realidad.

Anteriormente los quirófanos, ahora los filtros del smartphone y quién sabe qué vendrá después. La realidad es que el deseo de estar guapas y guapos es algo natural en el ser humano.

Desde la antigüedad se usan capas de maquillaje de todo tipo, los retratos de reyes y personajes públicos de la Edad Media ya están retocados por la mano del pintor y nadie ha salido nunca en una fotografía moderna intentando poner su peor cara. Entonces, ¿por qué no aprovechar lo que los filtros ofrecen?

La tecnología puesta al servicio de la belleza

Lo que sí es cierto es que los filtros faciales han mejorado de forma considerable. En los últimos cuatro o cinco años, modos como el de retrato o el de belleza restan años digitalmente a cualquier rostro que se ponga por delante de la cámara.

Todo de una forma automática, y es que ya ni siquiera es necesario pasar por complicados paquetes de programas informáticos para sanear hasta el rostro más complicado.

Sin embargo, hay un proceso que acompaña al que acabamos de explicar. Se trata del contrario, y es el de la belleza puesta al servicio de la tecnología. Según los profesionales, no es nada extraño que los pacientes acudan a las clínicas con fotos retocadas con filtros de Instagram para que el bisturí deje su rostro como el de la imagen artificial.

La cosa también se ve bien diferenciada por sexos. Los hombres suelen preferir retoques en la nariz o en la línea de los ojos. Sin embargo, las mujeres apuestan por resaltar pómulos, borrar arrugas en las zonas de los ojos o hacer tratamientos completos que dejen una tez mucho más firme.

Las intervenciones son muy distintas, aunque lo que hay siempre detrás de ellas es la necesidad de verse mejor a cada momento impidiendo que el tiempo llegue a pasar o, al menos, que sus estragos se noten.

Todo esto apoyándose en esa belleza que el celular muestra a través de su cámara, y es que ya no hace falta preguntarle al espejito quién es la más bella, solo se necesita darle a un botón para que los filtros hagan la magia que está dejando vacías las clínicas de cirugía estética.

Fuente: The Daily Dot

Por admin

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