El barrio de
Belgrano al igual que el de Flores son barrios con alta
visibilidad pública cuya historia los ha visto nacer como
pequeñas pulperías a la orilla del camino para transformarse en
ciudades municipios integrándose posteriormente a la ciudad de
Bs As.
Si hablamos de Belgrano la primera imagen familiar para el común
de la gente es el cruce de Cabildo y Juramento y su casco
histórico, la plaza Manuel Belgrano, los museos municipal
Enrique Larreta y nacional Domingo F. Sarmiento, la “redonda”
una de las pocas iglesias con planta circular semejando el
Panteón Romano y la Escuela Nº 1 Casto Munita primera escuela de
Belgrano. A esta primera imagen se suman la amplitud de las
barrancas con su conjunto de estatuas dispuestas a lo largo de
las tres manzanas que representan el acervo cultural de Belgrano
y que lamentablemente muchas veces pasan inadvertidas para los
usuarios y paseantes. No hace mucho tiempo se ha sumado el
“Barrio Chino” de difícil convivencia con los vecinos próximos
pero muy concurrido por visitantes locales y extranjeros así
como la Cancha de River “indebidamente apropiada” por el barrio
de Nuñez que nos terminan de conformar una postal turística del
barrio.
Pero la riqueza urbanística del barrio no se limita a esta
postal. Una mañana de sol en el invierno o un atardecer de
verano rodeados de flores son dos momentos ideales para salir a
caminar por el barrio y conocer el Jardín de Esculturas o el
Museo Yrurtia ambos a la vera del Arroyo Vega que naturalmente
llega al río. Un vínculo que el barrio no tiene tan establecido
con la costa ribereña ya que las calles que vienen bajando desde
la zona alta del barrio se encuentran obstruídas por “barreras
urbanas” como avenidas y autopistas de circulación rápida,
grandes terrenos con equipamientos y vías del ferrocarril que
dificultan nuestra caminata “bajando al río”.
En esquina o a mitad de cuadra “apretada” entre edificios recientes
nos podemos encontrar con algún chalet de estilo que nos
muestran un Belgrano que fue, residencial de casas bajas con
jardines y también vemos edificios modernos de principios del
siglo XX con sus paredes blancas muy respetuosos de esa imagen
barrial.
El tren es otro protagonista que fue particionando el barrio y
las estaciones de tren dignas representantes de la arquitectura
industrial inglesa hoy se encuentran deslucidas sin brillo
rodeadas de terrenos y edificios poco cuidados que necesitan un
buen plan de preservación histórica que las ponga en valor.
Sin duda en esta primera pincelada me están quedando muchos
otros lugares, los invito a caminar por el barrio, todavía nos
quedan muchos “nuevos” lugares por descubrir en Belgrano para
festejar los 155 años del barrio de Belgrano. |