Todos los caminos
conducen a las principales avenidas, dejando de lado sectores
muy importantes que sin otra alternativa, deben sortearse
caminando.
Hacer referencia al sistema de transporte público en la C.A.B.A,
después de las experiencias vividas, sería redundante. Es
obsoleto, perimido y altamente riesgoso para quienes
obligatoriamente, deben de utilizarlos como parte sufriente de
cada jornada.
Pero, cuando los medios se hacen eco de los servicios de trenes
y subterráneos, rara vez se acuerdan de lo perimida que es la
diagramación del transporte público automotor. Quizá los
responsables del área, y quienes se trasladan en automóvil no
llegan a percibir las falencias que hoy, padece este servicio.
Aquí, quizá desde el afuera observemos modernas unidades que
lentamente se incorporan a monopolios de empresas que han
coptado a aquellas líneas tradicionales, que transitaran la
ciudad y que solo han quedado en recuerdo.
Existe una ley geométrica que dice, que las paralelas nunca se
juntan. Y pasarán los años y aquel axioma jamás será modificado.
Desde las oficinas de quienes tienen la responsabilidad de
diagramar el agiornamiento de la red, continúan fieles a una
perimida tradición, sin percibir que por estos tiempos a
aquellas paralelas, deben trazarles perpendiculares.
He realizado un seguimiento del sistema automotor de transporte
en nuestros barrios y aledaños, y he padecido aquello que muchos
vecinos deben soportar en su cotidianidad. Todos los caminos
conducen a las principales avenidas, que son paralelas, dejando
de lado sectores muy importantes que sin otra alternativa, deben
sortearse caminando. Si bien desde el cuidado de la salud, se
recomienda la caminata, no es esta la mejor manera, cuando
quienes con destino a sus obligaciones diarias, sin otra
alternativa deben forzadamente realizar verdaderos esfuerzos.
Trabajadores, ancianos, discapacitados y niños son padecientes
de esta pesadumbre en el movimiento por el barrio.
¿Cuantos años hace que no se incorporan nuevos recorridos de
transporte colectivo en nuestros barrios? Solo recuerdo cuando
allá por los lejanos `70, la línea 64 desdobló su recorrido con
el ramal Hipódromo. Como en todos los órdenes, en otro de los
tantos absurdos, la comparencia del sistema en la C.A.B.A,
pertenece a la Nación, no teniendo injerencia la mal denominada
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Por estos días, se está
tratando de conformar una comisión tripartita-Nación- C.A.B.A. y
Provincia de Bs. Aires, para encontrar algunas soluciones. Pero,
siempre desde los apoltronados sillones de los despachos y sin
ver la realidad de cada esquina. Al extremo que el Jefe de
Gabinete del Gobierno de nuestra Ciudad, se empecina en que “los
colectivos deben circular por las avenidas” Nada mas desacertado
por cierto.
Serían interminables los ejemplos, pero solo bastarán algunos
para graficar lo planteado.
Me ubico en Cabildo y Jorge Newbery, mi destino es la estación
Lisandro de la Torre. No tengo un colectivo directo. Tendré que
tomar dos líneas. Pregunta ¿No podría desdoblarse un ramal de la
118 que tome Cabildo y baje por Gorostiaga hasta Libertador y
regrese por Maure?
Quienes desde Cabildo y Congreso o desde esta y Cramer deben
viajar a Chacarita solo tienen acceso a una línea Vecinal, la
184 en Cabildo con un servicio que no es el ideal en cuanto a
frecuencias, o caminar 4 largas cuadras hasta Balbín. Desde hace
unos diez años por Av. Congreso, desde Urquiza se incorporó la
línea 169/175. Ambas terminan absurdamente en Cabildo y
Congreso. ¿Como hacen los vecinos del barrio River y adyacentes
para acceder a la Línea D de subtes? ¿No podría prolongarse
hasta River? No existe un medio que una Coghlan con la estación
Nuñez y Rivadavia. Da toda la sensación que a la Ciudad
Universitaria y Aeroparque, acceden solo vecinos del sur. ¿Por
qué no un colectivo a Nuñez y Saavedra? Y ya que estamos en este
barrio, solo bastará ubicarse en Vilela y Melían para
encontrarse en una tremenda complejidad de acceder a Pacifico o
Belgrano centro.
Serían interminables los ejemplos que ameritan esta nota. No
solo deberá pensarse en una modernización de la red de
transporte automotor para la comodidad de los vecinos, sino que
esto de usar las transversales, aliviaría el gran drama del que
permanentemente insistimos. La falta de espacios para
estacionar. Sin duda que con un criterio adecuado a estos
tiempos, serán muchos los beneficios que redundarán por un mejor
servicio de transportes en ayuda de los vecinos agobiados por la
indiferencia.
Mario O. Salvo |