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12 de Diciembre de 2015
Plaza Mafalda
Para disfrutar del aire libre
Ocupa la manzana conformada entre las
calles Santos Dumont, Concepción Arenal, General Martínez y Conde.
Por Gonzalo Bañez Villar
El diseño del lugar que homenajea a la caricatura creada por Quino en 1963
está conformado por siete zonas, con carteles que lucen las imágenes y los
nombres de Felipe, Susanita, Miguelito, Libertad, Manolito, Guille, y la
misma Mafalda, con las características más importantes de cada uno.
La plaza se encuentra en muy buenas condiciones. Cuenta con juegos para
niños refaccionados hace poco más de un año, con una calesita, arenero y
cómodos espacios para las personas que quieran ir a leer o descansar.
Fue el año pasado que se generó una gran polémica en torno al enrejado de
la plaza. El gobierno de la Ciudad, en el marco del programa de
revalorización de los espacios públicos, impulsó un proyecto para cercarla
y así poder cerrarla de noche para evitar que sea atacada con actos de
vandalismo.
Los vecinos se opusieron fehacientemente, reclamando en grupo y juntando
firmas en todo el barrio. “Hubiese sido feo encontrarse con una plaza toda
enrejada en vez de este lugar verde en medio del barrio”, reflexionó
María, una vecina. Por el otro lado, Oscar, taxista que suele transitar
por la zona, admitió que “cinco años atrás sí era necesario colocar unas
rejas porque durante el día, y más a la noche, se juntaban chicos a tomar
alcohol y drogarse. Hoy todo mejoró”.
Ante ésta negativa, el Gobierno desistió del proyecto y se volcó por
enrejar los juegos para niños, que fueron pintados y refaccionados. Además
se remodeló el cercado del arenero y se sustituyó la arena vieja, y
“podrida”, según cuentan, por una nueva.
En ese momento, también se realizó una construcción de caminos de cementos
para reemplazar a los viejos de piedra, y las veredas que la rodean fueron
hechas a nuevo. Verónica, que suele salir a caminar por el barrio, comentó
contenta que “es mucho más cómodo, además, parece ser una tontería, pero
ver caminos de cemento también da un aspecto de prolijidad”.
El tema de seguridad “mejoró” con respecto a los últimos años, aunque tal
como contó Guillermo, vendedor ambulante de la plaza, “durante la noche
sigue habiendo grupos de chicos que se juntan a tomar y fumar, no como
antes, pero siguen viniendo”. También, comentó que la iluminación “es
buena, aunque podría ser mejor”, y que siempre hay dos policías de forma
permanente que se quedan hasta las 20, aunque “hace dos semanas que no
aparece efectivo de seguridad alguno”.
Durante el día son muchos los jóvenes que pasan las tardes leyendo,
mientras que los fines de semana suelen ser las familias las que se
acercan a la plaza, atraídas por la feria que se monta, o bien, por los
eventos y recitales que con frecuencia se organizan. Igualmente, como
también sucede en muchos otros espacios verdes, hay lugares que podrían
tener más pasto y son desaprovechados por ser pura tierra. La sombra
producida por los árboles es un gran impedimento para un buen sembrado. La
limpieza en la plaza se debe a la gran cantidad de cestos distribuidos a
lo largo y ancho, y por el personal de mantenimiento que todas las mañanas
recogen los residuos y arreglan tanto el pasto como las plantas.
El año pasado también se colocó una calesita en la esquina de Santos
Dumont y Gral. Enrique Martínez, y aunque no fue bien recibida por algunos
vecinos “por romper la tranquilidad de la plaza”, tiene una buena
asistencia, sobre todo “de los chicos que salen del colegio”, contó
Alejandro, encargado de la misma desde hace dos meses.
La Plaza Mafalda además tiene a su favor que es de fácil acceso. No sólo
los vecinos pueden ir caminando, sino que hay bicisendas instaladas, suele
haber lugar para estacionar, en caso de ir con auto, y varias líneas de
colectivos pasan por allí (42, 63, 168, 111, 108, entre otras).
Más testimonios
Matías: “Soy estudiante universitario y cuando las tardes están
lindas vengo unas horas a leer tranquilo. Me gustaría que no haya tanta
tierra en algunos sectores que de haber pasto se podrían usar mucho más”.
Alejandra: “Dos veces por semana venimos a comer. Trabajamos a unas
cuadras y tomar aire fresco te carga las pilas. Está bueno porque siempre
está limpio y la gente que viene es muy tranquila”.
Mónica: “Es la primera vez que visito la plaza. Vine a leer
mientras hago un poco de tiempo y la verdad que la veo muy bien: los
juegos están limpios, el pasto cortado, y no se ve ni caca de perro ni
basura. Volvería”.
Liliana: “Vivo a unas pocas cuadras y siempre, o casi siempre,
vengo los fines de semana a la feria. Hay un ambiente muy familiar. Lo
malo es que, a pesar de la seguridad y la iluminación, durante la noche
sigue habiendo grupos de jóvenes tomando y fumando”.