Es muy común
caminar por el barrio tratando de adivinar el nombre de la
calle. Esto se debe a que los carteles no están en las cuatro
esquinas ó están dañados.
El Gobierno de la ciudad tiene la obligación de resolver esto,
cada calle o avenida debería estar señalizada con su sentido de
circulación y su respectivo nombre, pero esto no sucede. Un
proceso judicial no permite que las empresas a la cuáles se les
adjudico el mobiliario urbano, puedan reponer la cartelería
dañada ó faltante.
“Quiero pero no puedo”, sería la frase más adecuada para
describir lo que les pasa a los funcionarios porteños.
Cuando asumió Macri, llamó a una nueva licitación. El mobiliario
urbano fue adjudicado en Marzo de 2009, por diez años, a tres
empresas: Grupo Al Sur, PC Publicidad y Publicidad Sarmiento.
Tras el reclamo por irregularidades en la licitación, a través
de una medida cautelar la Justicia impidió que se ponga en
marcha el contrato con Publicidad Sarmiento y si bien las otras
dos empresas podrían comenzar con la re-novación del mobiliario
urbano, no quieren hacer nada hasta que se defina la causa
penal.
En medio de esta pelea judicial, los que siempre pierden son los
vecinos. Quizás si viviéramos en una ciudad realmente
descentralizada, cada comuna podría hacer su propia licitación,
y algunos barrios de nuestra ciudad podrían tener sus calles con
nombre.
Según algunos funcionarios los carteles desaparecidos son
destruidos, robados ó se le llevan los vecinos de recuerdo, por
eso hacemos el siguiente llamado a la solidaridad: “Se busca a Jose Cartel, quien se presume que instaló en su casa del Bajo
Belgrano un museo clandestino dónde exhibe carteles de calles
del barrio, quien pueda aportar información, que por favor se
dirija al ministerio de espacio público del gobierno de la
ciudad”.
El departamento de investigaciones especiales de Mi Bel-grano,
en una minuciosa búsqueda, pudo encontrar un cartel de la calle
Juana Azurduy, del barrio de Nuñez. A través de Mercado Libre,
pagando $170 ó 6 cuotas de $33,15 y yendo a buscarlo a Quilmes,
podemos recuperarlo, pero si el Gobierno se ve imposibilitado de
volver a colocarlo, ¿Vale la pena que hagamos la inversión? |