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30 de Diciembre de 2014
Bicicletas Fantasmas
En el poste de señalización que indica que
hay bicisenda en Avenida del Libertador y Lacroze, incrustaron la primera
“bicicleta fantasma” en la Argentina, homenajeando a Pablo Tonello, el
joven que fue asesinado en ese lugar. La segunda “bicicleta fantasma”, fue
colocada en Elcano y Superí, en honor a Julián, un adolescente de 17 años
que murió tras ser atropellado por un automóvil.
La “bicicleta fantasma” es una bicicleta pintada de blanco que es
encadenada en los lugares donde un ciclista ha tenido un accidente mortal.
El movimiento de las bicicletas fantasma surgió en 2003 en Misuri, Estados
Unidos, cuando una chica murió embestida por un coche. A los pocos días
sus amigos pintaron de blanco una bicicleta y la colocaron allí donde
perdió la vida. En la actualidad ya existen más de 500 bicicletas
repartidas por todo el mundo. Estas bicicletas son un recuerdo póstumo en
memoria de un ciclista fallecido, a su vez es una denuncia sobre el
derecho de todo ciclista a circular seguro.
El movimiento de las bicicletas fantasma pretende recordar a las víctimas
y alertar a las autoridades y ciclistas de la peligrosidad de determinadas
calles y carreteras. En la página web www.ghostbikes.org se sitúan cada
una de estas muertes con un globo en el que puede leerse el nombre de la
víctima, su edad y el lugar donde ocurrió la tragedia.
Estas bicicletas funerarias, previamente se inutilizan, se le cortan los
cables, se le quitan los frenos y las luces, se pinchan o desinflan las
ruedas; en definitiva, lo que queda es pura chatarra sin ningún valor,
nada más que el recuerdo de una desgracia. Luego, le dan varias capas de
pintura blanca y la dejan secar. Cuando está lista, la atan con una cadena
y un candado en el lugar donde se produjo el siniestro. Una placa grabada
con el nombre de la víctima, el día del accidente y unas flores recuerdan
que quien murió allí viajaba sobre dos frágiles ruedas y tenía un nombre y
un apellido.