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25 de Febrero de 2015
Barrios floridos
Por Alicia Grinbank.
Núñez, Belgrano y Colegiales han conocido mis pasos en largas caminatas
por sus calles arboladas, contemplando la belleza de algún patio o de
“algún caserón de tejas”: en ellos siempre me refugié de aquella urbe
hostil que bulle en el centro de la ciudad. Mi infancia vivida en
Floresta, en una casa, marcó seguramente esta elección, y si bien hoy los
niños no juegan en la calle ni pasa el lechero ni el panadero con sus
carros, los barrios no renuncian a su espíritu apacible.
Tampoco yo me dejo apabullar por las crecientes edificaciones y tomo mi
bicicleta atravesando sus calles más calmas, gozando del frescor de las
nochecitas de primavera y verano.
En Núñez fue en la calle Moldes, a 1 cuadra de la avenida Congreso, donde
viví varios años; el fragor cercano de la avenida Cabildo se disipa ni
bien se aleja uno de allí y se interna en el barrio. De las casas bajas
que todavía perviven siempre se huele algún jazmín, el olor de un asadito,
y se baldean las veredas al paso de los vecinos.
De allí pasé a vivir en un edificio de Luis María Campos y Virrey del
Pino: a poco de “subir” por Virrey del Pino hacia Cabildo se encuentran
calles como Arribeños, 3 de Febrero, 11 de Setiembre que forman cúpulas
gloriosas con la enramada de sus grandes árboles; en la famosa glorieta de
la plaza de Barrancas de Belgrano me suelo deslizar al compás del tango.
Actualmente es el barrio de Colegiales que me ve ir y venir; quiso la
suerte que el edificio que habito esté ubicado en la calle Teodoro García
entre Crámer y Conesa (pasando el túnel) a media cuadra de la estación
Colegiales. La cuadra es un pequeño mundo, una suerte de familia barrial
mecida día y noche por el traqueteo de los trenes.
Curiosamente, este lugar en el que vivo ahora ha sido muy inspirador para
mi libro de poemas titulado “Pulmón de Manzana”, en él pinto personajes de
esta cuadra, lugares como la feria municipal de los sábados; me adentro
poéticamente en el puesto de flores, en el kiosco, en las terrazas, en los
bares.
Pero no es solo material de inspiración lo que me han brindado estos tres
barrios y mi vida en ellos: sus calles, sus árboles, su familiaridad me
dieron además un escenario favorable donde me anclé y organicé los
talleres y grupos literarios que coordino, donde pude encontrar asimismo
el necesario retiro para crear y organizar mi propia escritura.
Espero que mis palabras, aunque pequeña viñeta, constituyan un “fresco”
que refleje mi impresión, mi emoción como habitante de estos tres hermosos
barrios de Buenos Aires.
Alicia Grinbank es argentina, porteña: nació en el barrio de Floresta
en el año 1949.
Se ha dedicado desde muy joven al estudio del idioma francés; es egresada
de la Alianza Francesa en especializaciones de Literatura y Civilización.
Ha enseñado el idioma y traducido a poetas contemporáneos argentinos.
Adquirió su formación literaria junto a importantes escritores, como Syria
Poletti, Mario Morales, Humberto Costantini y Santiago Kovadloff.
Desde el año 1985 coordina talleres literarios y grupos de lectura en
Buenos Aires y en el conurbano bonaerense. Supervisa y corrige textos
literarios y de diversas disciplinas (ponencias, artículos, tesis, etc).
Obtuvo numerosos premios nacionales e internacionales por su labor como
cuentista y poeta.
Sus libros de autoría individual son de poemas: BRUMA Y VERDOR (1987).
CURANTO (1992). LA BALSA DE LA MEDUSA (2002). NOCHE CERRADA (2006). PULMÓN
DE MANZANA (2011).
Su libro de cuentos, que será prontamente editado, reúne algunos textos ya
publicados en diferentes medios y distinguidos en certámenes nacionales e
internacionales.