Barrio de Belgrano, caserón de
tejas, ¿te acordás, hermano, de las tibias noches sobre la
vereda? Seguramente en el recuerdo, son varias las anécdotas en
nuestro barrio, que el 23 de Noviembre cumple 158 años.
En 1855 el gobernador de la Provincia de Buenos Aires decretó la
fundación de un poblado en esta zona, que era conocida como “La
Calera” por sus depósitos calcáreos. En el mismo año se proyectó
la traza urbana, y casi todas las calles recibieron como
designación nombres de batallas y próceres nacionales. Entre
otras, se destacaban San Lorenzo (hoy Crámer), Suipacha (Vidal),
25 de Mayo (Cabildo), Lavalle (Juramento) y Tres de Febrero y
Once de Septiembre, cuyos nombres se mantienen en la actualidad.
Al pueblo se le dio el nombre de “Belgrano” en conmemoración del
creador de la Bandera, cumpliéndose el decreto y homenaje que
establecía la fundación de un pueblo con su nombre.
La traza del pueblo fue realizada por el Departamento
Topográfico de la Provincia, una simple retícula inscripta en un
rectángulo, con una manzana central destinada a plaza, rodeada
por la iglesia, la Casa Municipal y las principales escuelas. En
1865 se inició la construcción de la Iglesia de la Inmaculada
Concepción con sus recovas, según proyecto de Nicolás Canale. La
Plaza Belgrano fue diseñada por su hijo, el arquitecto José
Canale, quien realizó el primer trazado que se conserva con
pocos cambios. En 1869 se inició la construcción de la Casa
Municipal, en la esquina de las actuales Juramento y Cuba,
proyectada por Juan A. Buschiazzo.
La fiebre amarilla de 1871 provocó la huida de la población con
altos ingresos desde el centro hacia la periferia inmediata.
Gracias a las innovaciones en los transportes, Belgrano pudo
terminar con el estado de aislamiento y aumentar su comunicación
con la Capital. En 1873 llegó el tranvía tirado por caballos que
recorría desde el centro de la ciudad hasta 25 de Mayo y Lavalle
(hoy Cabildo y Juramento).
En 1876 se instaló la estación del Ferrocarril Buenos Aires -
Rosario y en 1862, refundada en 1878, la del ramal Central
Argentino. Alrededor de estas estaciones comenzaron a ser
identificados los barrios como Belgrano “R” y Belgrano “C” por
el nombre de los ramales de tren.
En esa época, en torno a la calle 25 de Mayo (actual Cabildo) ya
se estaba gestando el centro comercial del barrio. La calle era
una de las principales vías de acceso a los pueblos del Norte de
la provincia, y estaba a una distancia media entre ambas
estaciones. Finalmente, en 1900, el tranvía eléctrico,
comunicaría durante seis décadas la Plaza de Mayo con esta zona
de la Capital.
En 1887, después de que la Ciudad de Buenos años pasara a ser la
Capital Federal, la provincia de Buenos Aires cedió a la Nación
los partidos de San José de Flores y Belgrano, de esta manera,
el territorio pasó a depender de la Municipalidad porteña, y se
transformó en un nuevo barrio de Buenos Aires. Con esta
incorporación fue necesario modificar las nomenclaturas de las
calles, ya que muchas se superponían con las de la Capital.
En aquellos tiempos, la ribera del río llegaba hasta las vías
del Ferrocarril Bs As - Rosario, donde se encontraban las
barrancas. Los actuales terrenos más allá de ésta ribera se
irían rellenando para ganarle tierras al río. Las nuevas tierras
fueron siendo ocupadas con el transcurso de los años, y lo que
en una época fuera una ribera donde solían ir a bañarse los
vecinos de la Ciudad, poco a poco cedió su paso a las nuevas
manzanas que agrandarían el radio de Belgrano. Posteriormente,
en el bajo Belgrano se establecíó un asentamiento precario, que
en 1978, la última dictadura militar erradicó. En su lugar, se
construyó la embajada de la ex Unión de Republicas Socialistas
Soviéticas y más tarde dos complejos residenciales de alta
categoría.
Fueron muy pocos los equipamientos públicos instalados en el
barrio. Se destaca el Hospital Belgrano fundado en 1896, que
luego fuera rebautizado como “Hospital Pirovano” en homenaje al
eminente médico. Otro equipamiento importante fue el Hipódromo
Nacional que funcionó en Belgrano desde 1887 hasta 1913, y que
luego se trasladaría a Palermo. En sus tierras se levantaría el
actual Barrio River.
En este barrio se localizan museos de importancia nacional.
Entre los más importantes se destaca el Museo Histórico
Sarmiento emplazado en una antigua casona. El Museo Municipal de
Arte Español Enrique Larreta, otra casona antigua, típicamente
española, con una arquitectura renacentista del siglo XIX. El
museo Yrurtia que fuera casa del escultor Rogelio Yrurtia,
perteneciente al estilo barroco americano o colonial, donada por
la familia con la intención de conservar el inmueble y las obras
de arte que actualmente se exhiben.
El transporte encontró un nuevo impulso con la extensión de la
línea D de subterráneos. En 1937 se inauguró la línea que unía
Catedral con Tribunales, pero recién llegó al barrio de
Belgrano, cuando se construyó la estación José Hernández en
1997. En 1999 se extendió hasta Juramento y en 2000 a Congreso
de Tucumán y a pesar de la promesas de llegar hasta Pte.
Saavedra, ahí se quedó.
Escuela Casto Munita
Un poquito de historia no viene nada
mal, no quería estar ausente en este cumpleaños del Barrio de
Belgrano y que mejor manera es la de recordar aquellos que
hicieron grande al barrio enriqueciéndolo con sus obras. Hoy
quisiera contarles lo que el amor puede lograr, un hombre, un
benefactor, pensar en futuro y en especial en los niños y en la
educación.
Nació el 2 de Junio de 1818, era hijo de Francisco de Paula
Munita y de Maria Borche. El padre se había visto obligado a
emigrar por causas políticas y sus bienes fueron confiscados. La
madre pertenecía a una antigua familia porteña. La infancia de
Munita, transcurrió en los años difíciles de la organización
nacional y su juventud en los años del gobierno de Rosas. De
joven tuvo que ganarse la vida en distintos trabajos muy
modestos hasta llegar a dedicarse a tareas comerciales de menos
jerarquía en las que su tesón le permitió reunir considerables
bienes.
El 27 de Enero de 1856, en cumplimiento de leyes de los años 54
y 55 se instituyo en San Isidro el gobierno Municipal y en
representación de la zona del hoy Belgrano, integró el gobierno
municipal. En la municipalidad de Belgrano, actuó como miembro
suplente en 1864 con la presidencia del Sr. Oliver y la
secretaria del Sr. Gowland. Entre otras cosas formo parte de la
Sociedad Protectora de Niños, pájaros y plantas, que se fundó en
1904 bajo la inspiración del educacionista José Zubiaur. Munita
era de porte elevado “altivo pero no altanero y su figura era
reconocida por los vecinos con respeto”. Por haberse olvidado de
sí mismo y haber dado todo lo posible con gran generosidad,
murió en la absoluta pobreza.
Así fue como mi escuelita hermosa nace, y muchos de los que
siguen viviendo en el Barrio de Belgrano se enorgullecen en
tenerla viva, y aquellos que tuvieron que irse del barrio porque
la vida los ha llevado por caminos diferentes hoy la siguen
recordando con tanto amor que de vez en cuando recibimos
visitas.
Hace poco tiempo la visita fue de un gran escritor que se
emocionó al sentarse en el mismo banco donde había estudiado,
luego le contó a todos los alumnos cómo había sido su paso por
nuestra escuela, y la emoción nos embargó a todos. Ese gran
hombre, padre, abuelo y escritor es Osvaldo Bayer, el mismo que
escribió el libro “La Patagonia rebelde”, que luego fue llevada
al cine y forma parte del orgullo de los Argentinos.
Alejandra M. Barsellini
Escuela Casto Munita
Pensar Belgrano
El barrio de Belgrano siempre fue un lugar especial para mí.
Durante mi adolescencia viví en Virrey del Pino y Cabildo y mi
papá nació, creció y vivió toda su vida en Amenabar y Céspedes,
hogar también de mis abuelos.
Si pienso una tarde típica e ideal de aquellos años, empieza sin
dudas en la Plazoleta Portugal, donde solía descansar y pasar el
rato con mis amigos y que hace muy poquito renovamos y vuelve a
ser un lugar especial para todos los vecinos. La segunda parada
obligada era sin dudas la Galería Churba, en Cabildo y
Juramento, donde me pasaba horas eligiendo discos. La música fue
mi primera gran pasión y pasaba mis noches de fin de semana como
Disk Jockey en Frisbee, uno de los mejores boliches de la zona,
ubicado en Migueletes y Ortega y Gasset. Otro clásico
inolvidable era merendar en Zurich, el bar de Echeverría al 2100
que tenía las mejores medialunas y café con leche del barrio.
Pensar Belgrano es pensar en una de las etapas más hermosas de
mi vida, sus calles me daban la confianza que todo adolescente
necesita para vivir su temprana libertad. Conocer a los vecinos,
saludar a los porteros cada mañana rumbo al colegio, comprar
siempre en el mismo kiosco, son cotidianidades que hacen a la
costumbre y a la identidad de uno como porteño.
En esta fecha tan especial quiero mandarles un fuerte abrazo a
los vecinos de Belgrano y pedirles un favor personal: en este
nuevo aniversario del barrio, este 23 de Noviembre, salgan a
recorrer sus calles, hablen con el vecino que siempre ven pero
nunca se animan a saludar; conozcan sus sueños, sus ideales. Y
con orgullo, siéntanse parte de este hermoso lugar.
Eduardo Macchiavelli
Secretario de Gestión Comunal
y Atención Ciudadana del
Gob. de la Ciudad de Bs. As. |