En la Legislatura Porteña se aprobó una modificación al Régimen de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires, para hacer más rigurosas las sanciones cuando se bloqueen rampas o estacionamientos para discapacitados, carriles exclusivos, ciclovías o se estacionen vehículos en veredas o pasos peatonales.

Las multas se cobran por UF (unidades fijas), y cada una equivale a $11,15.

– Obstrucción de vía pública: El conductor de un vehículo que cause la obstrucción de la vía transversal, ciclovías, veredas o estacionamientos reservados, es sancionado con una multa de 70 UF. Cuando la obstrucción se produzca en carriles exclusivos y/o preferenciales, la multa se elevará al doble. Cuando la obstrucción se produzca en rampas para discapacitados o en lugares reservados para vehículos de personas con necesidades especiales es sancionado con multas de 300 unidades fijas ($ 3345).

– Estacionamiento o detención prohibida: El conductor que estacione o se detenga en un lugar prohibido o en forma antirreglamentaria, es sancionado con multa de 100 UF ($ 1115).

– Estacionamiento en áreas peatonales: El conductor que estacione o se detenga en arterias peatonales o sobre las aceras de cualquier arteria u ocupando parte de ella, es sancionado con una multa de 300 UF ($ 3345).

Más autos y menos lugar para estacionar

En el segundo trimestre de 2017 se comercializaron 83.366 vehículos en la ciudad. Nueve de cada diez fueron automóviles y vehículos comerciales y el resto, motos y cuatriciclos. De los automotores comercializados, el 54,7% fueron usados, mientras que las unidades nuevas representaron el restante 45,3%. Se patentaron 33.657 unidades. Las transferencias alcanzaron 40.604 unidades, con un crecimiento interanual del 19,4%. El perfil de los automotores que adquirieron los porteños corresponde al tipo automóvil, con predominio del segmento pequeño y de poca antigüedad (nuevos o de 10 años o menos). El parque automotor de la Ciudad contabilizó 1.492.301 unidades al 30 de junio y registró un aumento de 24.192 automotores con relación al cierre de 2016.

Sin lugar a dudas, es necesario controlar el estacionamiento indebido en el barrio, pero a diario los conductores se encuentran con infinidad de obstáculos a la hora de poder estacionar su auto en forma correcta. Las dársenas de carga y descarga se suelen transformar en estacionamientos permanentes. Los decks gastronómicos se multiplican dejando menos espacio para estacionar en la vereda. Los contenedores suelen estar en cualquier lado, ocupando bastante lugar. Algunos “vivos” pintan el cordón de amarillo y determinan que en su espacio de vereda no se puede estacionar. Otros colocan cajones reservando el espacio para algún amigo que está por venir. Hay edificios que tienen una rampa de entrada y una salida de sus cocheras. Los estacionamientos pagos son cada vez más escasos.

Nos encontramos con el problema de los peatones que no pueden cruzar por automovilistas que estacionan mal y el de los automovilistas que estacionan mal porque no encuentran lugar para estacionar. Si al auto mal estacionado se lo multa, pero no se lo remueve, ¿el peatón va a poder cruzar tranquilo? Incrementar el valor de las multas, ¿resuelve el problema?