Deseo referirme al tema “Estacionamiento” situación que ya ha superado la calificación de preocupante para transformarse en caótica.

He leído con atención el ejemplar de Mi Belgrano del mes de diciembre pasado y particularmente las declaraciones del Vicejefe de Gobierno de la CABA, Diego Santilli y las que realizara el Jefe de Gobierno, en la charla realizada en la Comuna 13.

A los Sres. Santilli y Larreta no se les ocurre otra idea que la de implementar el estacionamiento medido y promover la inversión privada para que se dedique a construir estacionamientos.

Se deslizó que el GCBA prefiere construir escuelas, pero no se indicó donde las construyen, ya que paradójicamente en el año que se inicia habrá 11.000 niños que no tendrán vacantes en las escuelas públicas.

Dejando atrás este tema, y volviendo al que nos ocupa, el GCBA y su equipo de asesores evidentemente no se han estudiado una problemática que es resuelta satisfactoriamente en muchos países del mundo mediante la implementación de las “estaciones de transferencia”.

Estas permiten estacionar el auto en los distintos accesos a las grandes ciudades y trasbordar a los medios de transporte público. En Villa Urquiza y en Núñez, diariamente se dejan estacionados muchísimos automóviles de quienes se acercan desde los alrededores para tomar el subte.

Es elemental saber que cualquier conductor puede estacionar en las calles de la ciudad, sea foráneo o no, ya que bastantes impuestos paga desde el momento mismo que adquiere un automóvil, y lo continúa haciendo con las patentes, combustibles, peajes, VTV, verificación de autopartes, y demás…

Hay barrios de la ciudad en donde estacionar ya no es posible, como Belgrano y Villa Urquiza particularmente, y me refiero solo a ellos porque son los que diariamente frecuento.

Aquí últimamente han ocurrido varios sucesos destacables que no han hecho más que empeorar la situación caótica actual.

El primero es el de la construcción del mal llamado Metrobús (solo se trata de paradas de colectivos), sobre la avenida Cabildo, a la que han transformado en intransitable por la excesiva sobrecarga de las vías de autos particulares remanentes. Éstos indefectiblemente han debido desviarse hacia calles secundarias para poder transitar, volcando un caudal importante de tráfico a esas vías, alterando la calidad de vida a sus habitantes.

Otro aspecto han sido las obras de la bicisendas/ciclovías llevadas a cabo sin ton ni son, vienen de la nada y se dirigen hacia la nada, como por ejemplo la construida en la calle Iberá; que va de Cabildo hasta Zapiola, o sea que no conforman un circuito que permita al ciclista realizar su cometido.

Esta ciclovía de no más de 7 cuadras, ha eliminado una cantidad importante de espacios para estacionar en la calle Iberá, en la cual se permitía ubicar autos en ambas manos, otro tanto ha sucedido en varias arterias de la zona. Cabe destacar además que esta ciclovía es de dos manos, lo que constituye un grave peligro en calles de mano única y por lo observado hoy, a más de 6 meses de inaugurada, circulan por ella 4 ó 5 bicicletas por día (¿cuál ha sido el costo/beneficio?)

Otra particularidad que se ha dado en los últimos tiempos, es la aplicación de miles de multas a los autos estacionados en ochavas ubicados a no menos de 5 metros de la marcación de circulación peatonal (el límite es la prolongación de la línea municipal de ochava del edificio de esquina). Esto ocasiona la merma de 8 lugares por esquina. Si bien es un requerimiento saludable de una Ley bastante antigua que no se venía implementando, debo destacar que en el encuentro de dos calles de mano única solo son necesarios 2 lugares despejados por esquina y no 8; ya que el conductor solo necesita la visión del tránsito del lado en que se acerca un vehículo por la calle transversal. Sin embargo las multas continúan aplicándose indiscriminadamente.

Finalmente resalto que según datos del GCBA en toda la ciudad hay instalados 23.400 contenedores, lo cual significa un igual número de lugares para estacionar menos, si se suman los 100 KM de bicisendas/ciclovías que existen se consiguen otros 20.000 lugares menos. Totalizando al día de hoy son 43.400 espacios para estacionar suprimidos.

En una época con creciente cantidad de nuevos automóviles ingresados al parque automotor de la CABA, eliminar espacios para estacionar pareciera un dislate, y los funcionarios deberían tener en cuenta que no todo pasa por recaudar sino por beneficiar al vecino.

Por otra parte y ante la creciente construcción de inmuebles en la CABA, no ha sido contemplada por parte del GCBA una adecuación de las normas que establecen el número de cocheras obligatorias que han de poseer los edificios nuevos, creando así las condiciones para que más automóviles requieran lugares para estacionar en la vía pública.

Estamos ante un mundo del revés….

Arq. Enrique Viola