El fútbol de ascenso tiene muchísimas falencias y dificultades, pero también tiene personajes encomiables. Uno de ellos es Patricio Roldán. Un jugador que representa el amor más puro y genuino por una camiseta. Debutó con 18 años en 1996 en Excursionistas, el club del Bajo Belgrano, luego de hacer todas las inferiores allí. Hoy con 40 sigue defendiendo con las mismas ganas los colores verde y blanco. Un ejemplo de pasión por el fútbol. Tuvo que tener otros trabajos para poder seguir jugando, tuvo que sobreponerse a momentos complicados; pero nada lo hizo bajar los brazos. Hoy en el epílogo de su carrera ya prepara la vida fuera de las canchas pero dentro de Excursio. Hizo el curso de entrenador y de manager y se capacita constantemente en muchos aspectos. Un tipo centrado, con las cosas muy claras que sueña con poder cambiar la realidad del Ascenso y potenciar a su amado club.
–22 años de carrera profesional. 40 años y seguís jugando. Sos un caso particular…
-Sí, 22 años es una vida. Tengo compañeros que tienen esa edad. Llevar tantos años en el club que uno quiere y del cual es hincha, es doblemente meritorio. Venir cada día al lugar en donde empecé y siempre buscando dar un poquito más porque la gente te lo exige.
–¿Cómo recordás tus comienzos tantos años atrás?
-Un recuerdo hermoso. Estando en las inferiores del club veía a los de Primera como mis ídolos. El día que me tocó debutar sentí como si estuviese debutando en Boca. La mía fue una carrera de esfuerzo, de sacrificio, de voluntad, de muchas idas y vueltas. Pero los comienzos fueron hermosos como para cualquier chico joven que llega a Primera.
–¿Sentís el reconocimiento del ambiente? Que los rivales te miren con respeto y admiración.
-Sí, estos últimos años me pasó de sentir que los rivales ya en el saludo te demuestran un respeto especial hacia mí. Lo siento. Uno trata de sacar ventaja para bien de la edad y experiencia que tiene, para hablar con el árbitro por ejemplo.
En un contexto de semejante inestabilidad, en todos los aspectos, como presenta el fútbol de ascenso, no es nada sencillo perdurar en un club. Pato tuvo que sortear un montón de situaciones adversas, momentos malos y lacerantes; pero sin embargo su amor y arraigo por Excursio hicieron que nunca pierda la motivación y siga defendiendo los colores que ama.
-Has puesto tu amor por el club por encima de todo lo demás. Esa es la matriz de tu carrera…
-Desde un principio mi objetivo siempre fue jugar en Excursionistas, nunca dudé. Soy feliz de haber hecho la mayor parte de mi carrera acá. Me he ido algunos años al interior a jugar el Torneo Argentino en diversos equipos pero siempre volví a Excursio. La voluntad y el sacrificio que he hecho a lo largo de mi carrera y en mi vida personal, es lo que hoy me permite seguir jugando.
-Si una palabra sintetiza tu carrera y tu vida es “sacrificio”.
-Tal cual. Si bien hoy se estiró la vida útil del futbolista, no hay muchos que hayan jugado 20 años profesionalmente. El esfuerzo, el sacrificio y el después de entrenar es clave para mantenerse vigente tantos años.
–Sos un ejemplo y un faro para todos los chicos…
-Sí, noto el cariño de los más chicos. Los jugadores de inferiores te hacen notar que para ellos sos un referente y un ejemplo. Algunos hasta me dicen ´ídolo´. Cosas a la que uno no está tan acostumbrado. Es muy lindo.
-¿Cómo era tu vida de chico fuera del fútbol? ¿A qué se dedicaban tus viejos?
-Familia humilde. Mis viejos siempre laburantes. Una hermana, un hermano. Mi papá hasta hace poco que falleció seguía trabajando con 74 años. Siempre mi familia me demostró que había que lucharla y seguir por una sola senda del trabajo. Lo mamé de muy chico.
-¿Tus viejos nunca tuvieron dudas en que fueras futbolista?
-Mi familia siempre me apoyó. Han sido muchos los años en que era muy poca la plata que ganaba con el fútbol y tenía que tener un trabajo paralelo. Nunca me dijeron que me dedique a otra cosa. Fui tras un sueño y nunca pensé en dejar de jugar. La sigo peleando hoy en día. Le debo toda mi carrera a mi mamá y mi hermana que es el día de hoy que no se pierden un partido.
-¿Qué otros trabajos has tenido o qué changas has hecho para poder vivir mientras jugabas?
-Era terminar de entrenar e irme a trabajar. Tenía una motito y hacía delivery en restaurants. Después ayudaba a mi papá que tenía una camioneta y repartía vinos. Hacía pequeños laburos para poder tener un peso y seguir con el fútbol. Antes estaba más fácil que ahora agarrar algún trabajo.
-Tenían que ser trabajos informales ¿Quién iba a querer tomarte sabiendo que a la mañana entrenabas y los fines de semana jugabas?
-Tal cual, tal cual. Tenían que ser trabajos cortos para tener un peso y poder ir al otro día a entrenar. Cuando era más joven me daba para hacer todo. Buscaba poder ahorrar un poco de plata.
-¿Supiste administrar el dinero que te dio el fútbol y los otros trabajo?
-Sí. De más grande uno pudo empezar a vivir del fútbol, sin que sobre nada. Me puedo pagar un alquiler, puedo comer. En el Ascenso es difícil dar un salto de calidad en lo económico como para comprarte una casa propia. Lamentablemente no lo pude hacer pero no reniego de mi carrera. Me fui cinco años a jugar al interior para poder tener un peso más, encontrar una mayor estabilidad económica. Pero hoy tengo que seguir pagando un alquiler.
–¿En tu carrera has visto a muchos que agarran un mango y cambian su forma de ser?
-Sí, vi de todo. Vi muchachos con grandes condiciones que se conforman con muy poco, otros que venían de buena familia y por eso no se esforzaron por llegar a un nivel superior, he visto chicos humildes que han podido dar el salto. Vi muchas situaciones. En el Ascenso es un esfuerzo muy grande el que hay que hacer.
En el Ascenso se encuentran muchas historias duras. Chico de clase baja, que viven en zonas precarias, que dejan la escuela y tienen pocos recursos para afrontar la vida. La plata del fútbol no les alcanza y toman un camino fácil, de atajos, de mala junta.
–¿Has visto muchos jugadores perderse en el camino?
-Es costoso. Uno trata de aconsejar de buena voluntad a algún compañero que tiene falencias en su casa pero es difícil porque uno comparte dos, tres horas nada más. Desde inferiores en la formación hay que hacer el cambio para que los chicos una vez que se van del entrenamiento tengan una vida que no los perjudique para que no se queden en el camino. Algunos se juntan en una esquina, hacen cosas que se van desviando. Es una realidad en estas categorías.
-¿Vos estuviste cerca en algún momento de tomar una camino errado?
-Mucha gente conocida de toda la vida lamentablemente está en otro camino, habiendo transcurrido historias feas de vida. De más joven he estado con ellos porque en la juventud uno tiene energías para hacer mil cosas. Gracias a Dios me pude enfocar siempre en el fútbol. Tenía bien claro lo que quería ser pero no escapo de que estuve con esa junta. Pude salirme de lo malo y del camino que ellos eligieron. Es difícil pero se puede.
–¿Cuántas veces sentiste que tu vida estuvo en peligro en algunas canchas?
-Muchísimas veces. En San Miguel hubo que suspender el partido porque estaban lastimando a dirigentes y compañeros que estaban en la tribuna y cuando entramos al vestuario nos habían robado todos los bolsos. Otras veces te tiran piedras al micro, te tiran tiros. Hay momentos muy duros. En el Ascenso pasa todo desapercibido y pasa todo de largo. En Primera si un hincha le da un cachetazo a un jugador, se para el fútbol. En el ascenso convivís con los barras, con el arreglo de la policía con los equipos locales. Hay mucha locura. Yo soy un futbolista que va a jugar porque es su trabajo, termino y me quiero ir a mi casa, no tengo porque vivir esas situaciones. Uno arriesga su vida.
–¿Cuál es tu objetivo una vez que te retires?
-Quiero seguir vinculado al fútbol. Me gusta mucho el profesionalismo y quiero potenciar al club y la categoría. Poder tener un profe para cada división de inferiores, tener un club ordenado, parecernos a un club de primera división. Creo que se puede lograr. Tiene que haber más gente del fútbol tomando decisiones en los clubes. Reniego mucho cuando me toca ir a jugar a algunas canchas y los baños son un desastre, los vestuarios son un desastre. ¿Por qué? Yo soy un jugador de fútbol, necesito un vestuario para cambiarme. Si tengo ganas de hacer mis necesidades hacerlas de buena manera. Reniego de la falta de profesionalismo de los clubes. Tengo hecho el curso de entrenador y de manager. Quiero enfocarme en Excursio y ayudarlo a que sea más profesional. Llevo muchos años en este club y lo he visto siempre de la misma manera en muchos aspectos. Hoy tenemos un cambio grande en la cancha y los vestuarios, que son de primera. Me gustaría que todos los clubes le brinden las condiciones óptimas al jugador, desde el más chico al más grande.
-Te venís formando y capacitando para tu vida después del retiro…
-Sí, lo mejor que hay es capacitarse, hablar con propiedad, con conocimientos. Así se puede dialogar con otra persona y dar un punto de vista con sustento y argumentos.
–En el horizonte ¿ves cerca el final de tu carrera?
-Seguramente este sea mi último año. Aspiro a llegar a diciembre. Es una decisión difícil porque aún me siento fuerte. Se va a extrañar el vestuario, a los compañeros.
-¿Qué le decís a un chico que recién está comenzando?
-Que estudien, que lean, que se capaciten. Así van a entender mejor el juego, las consignas, los trabajos. Todo va de la mano. Que exploten las condiciones natas que tengan.
-Si el chico que debutó en el ´96 viera lo que sos hoy y la carrera que hiciste, ¿crees que estaría orgulloso?
-Sí. Estoy feliz de mi carrera, de lo poco o mucho que he logrado. De haber defendido la camiseta que quise. Si bien uno siempre tiene deudas internas, he logrado cosas. Pude hacerme un nombre y dejar una huella en el club que amo.