Desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se comprometen a reducir las víctimas fatales por siniestros de tránsito en un 30% para el año 2019. La iniciativa del ejecutivo porteño, promueve la participación y el compromiso de los ciudadanos para alcanzar una mejor convivencia en el tránsito.
Por las calles, las avenidas y las autopistas circulan taxis, peatones, ciclistas, motociclistas, colectivos, camiones y autos particulares. Uno de los principales desafíos que la Ciudad afronta respecto a la movilidad es el hecho de que recibe a diario el ingreso de 2.950.000 personas desde la Región Metropolitana para trabajar o estudiar. Esta situación plantea un gran desafío para el ordenamiento del tránsito y la seguridad vial.
Cada día en la Ciudad se realizan 8 millones de viajes de los cuales el 84% son en transporte público. Del total, el 57% son en colectivo, el 18% en subte, el 4% en taxi, el 3,5% en bicicleta y el 1% en tren. El 16% restante en vehículos privados o motos. A mayor cantidad de vehículos, mayor probabilidad de siniestralidad. Desde la Ciudad se promueven políticas enfocadas en las personas y no en los automóviles, por lo que se incentiva el cambio modal del auto privado al transporte público. Por eso, mejorar la calidad y seguridad del servicio es de vital importancia.
Los peatones representan el 22% de los heridos por siniestros de tránsito en la ciudad y el 35% de las víctimas fatales. Los motociclistas representan el 38% de los lesionados y el 34% de las víctimas fatales. Los ciclistas representan el 4% de las víctimas fatales. En los últimos años aumentó la cantidad de viajes que se realizan en bicicleta de un 0,3% a un 3,5% sobre el total de viajes diarios. Los automovilistas representan el 20% de las víctimas fatales y participan en el 80% de los siniestros que ocurren en la Ciudad.
La velocidad es uno de los principales factores de riesgo y uno de los que determina si un siniestro generará una víctima fatal o una lesión grave. A mayor velocidad, menor es el campo de visión, y se requiere una mayor distancia de frenado. La probabilidad de muerte del peatón aumenta exponencialmente. La concientización sobre el riesgo de circular a alta velocidad, la construcción de una infraestructura más segura, un mayor control con Agentes de Tránsito y la inclusión de nuevas tecnologías son puntos clave del Plan.
Claves para mejorar la seguridad vial
– Mejorar la demarcación horizontal de los cruces peatonales.
– Incorporar semáforos peatonales y revisar los tiempos para peatones.
– Aumentar la señalización y espacio para peatones en los lugares donde se realizan obras.
– Pensar el diseño de veredas libres y en buen estado que estimulen el caminar.
– Sumar señalética para peatón.
– Incorporar sanciones para todos los usuarios y buscar una forma de sanción social no sólo una económica. Acompañar con actividades para concientizar sobre la norma que fue violada.
– Priorizar el control sobre el respeto a la prioridad peatón.
– Desarrollar acciones puntuales en alcoholemia.
– Ordenar el tránsito en la salida de las escuelas.
– Hacer más estricta la formación de conductores.
– Aumentar los requisitos y exigencias para obtener la licencia.
– Elaborar un plan estratégico de concientización.
– Fomentar el concepto del respeto y reconocimiento del otro.
– Tener presente a las demás personas que circulan por la ciudad y respetarlos.
– Publicar datos de siniestralidad.
Principales reclamos de los vecinos
La instalación de semáforos en esquinas peligrosas, es uno de los mayores reclamos que realizan los vecinos en la Comuna 13. También hay muchas quejas por la gran velocidad en la que conducen los colectiveros, especialmente en el Metrobus de Av. Cabildo. La presencia de más Agentes de Tránsito por las calles del barrio, es otro de los pedidos más comunes.
Ejemplos a seguir
Desde hace varias décadas, distintos países y ciudades del mundo emprendieron un camino hacia la mejora de la seguridad vial. Suecia, que lleva más de tres décadas siendo referente en la temática, creó en 1997 el programa Visión Cero, cuyo principio ético establece que nadie debería morir ni sufrir lesiones para toda la vida en siniestros de tránsito. A este principio se le sumó el concepto de que el sistema de transporte debe ser diseñado para contener y reducir el impacto de los errores humanos, creando lo que internacionalmente se conoce como Sistema Seguro. Al 2013, en Suecia, el número de fallecidos por siniestros de tránsito anuales disminuyó 48% (de 541 a 260 víctimas), mientras que el de peatones fallecidos aproximadamente un 50%. En la ciudad de Nueva York, que también implementa esta visión estratégica desde el año 2013, se redujo el número de víctimas fatales por siniestros viales un 22% (de 297 a 231).