El día miércoles 8 de agosto, el Gobierno de la ciudad desalojó y destruyó el “Centro Recreativo Manuel Belgrano”, ubicado en La Pampa al 800. Era un espacio social de los jubilados, vecinos y trabajadores de la Comuna 13 que había sido cedido por Perón en el año 52 y construido por los vecinos a lo largo de los años.
Esa mañana, en el horario en que nos despertamos para ir a trabajar, cayeron dos camiones con excavadoras, 40 obreros con moladoras, 15 funcionarios del Gobierno de la Ciudad, y 4 móviles policiales llenos.
El chino, ese hombre que le dedicó decenas de años al Estado de la Ciudad de Buenos Aires, que le dedicó a todas las familias de la comuna el cuidado de las bochas, estaba siendo invadido por un despliegue de máquinas y personas que evidenciaron su falta de empatía con la vida.
Quiero que la sociedad toda se entere que el Gobierno de la Ciudad, por orden de Larreta y Macchiavelli, destruyó un centro social, de jubilados, de vecinos, de disfrute de personas que se levantan todos los días para ir a trabajar. Quiero contarles también que nos habían mandado una carta de desalojo impensada, incoherente, infundada e ilegítima, a la que nosotros frenamos por un tiempo, y e hicimos las gestiones necesarias para pelear por la continuidad del predio, con Carucha fuimos a la secretaria de la tercera edad (allí concurrían jubilados de programas de la misma secretaría de Estado); a la dirección de fiscalización del GCBA; presentamos también una declaración de interés en la Legislatura; estábamos comenzando a asociarnos a la Federación de bochas de Buenos Aires para fortalecer ese deporte símbolo de nuestro espacio y convocamos a los vecinos.Todo ello fue en vano para los salvajes que hoy gobiernan, no querían el desalojo, querían invertir en la destrucción.
En el último tramo, comenzamos a reunirnos con amigos que enterados de la situación, vinieron a promover actividades para concientizar la importancia de sostener el predio. La solidaridad y el compañerismo se hicieron carne en personas que no creen en la individualidad, sino en la comunidad.
Nos dijeron “románticos” por creer que este gobierno debía pensar políticas públicas para mejorar la calidad de vida, nos dijeron “ilusos” por pelear por los jubilados, nos dijeron “políticos” por convocar a la población a defender lo de todos.. y si fuimos eso y lo seguiremos siendo. Ese día de agosto, triste, oscuro, turbio, donde la comunidad del Bajo Belgrano revivió la mecánica de la dictadura, debe ser recordado como el día de la destrucción de un símbolo que a lo largo de 66 años contuvo a miles de argentinos, pero también como la fundación de un proceso de concientización social para volver. Este gobierno nos tomó desprevenidos, sin gente para dar respuesta, a las 6 de la mañana, sin previo aviso. No era el Estado, eran los funcionarios sicarios de este gobierno que destroza nuestras comunidades y nuestro país, el Gobierno de la Ciudad nos destruyó un predio del Estado, de los jubilados, de todos.
A toda esa gente que participó de las bochas, que cuando éramos chicos jugó ahí, que comió un asado, que festejó el día de la madre, que se encontró con sus amigos para disfrutar, les decimos que seguiremos peleando para que restituyan el centro recreativo “Manuel Belgrano”, que Perón les cedió a los vecinos para su posteridad y que nosotros queríamos que las generaciones venideras disfrutaran como nosotros lo habíamos hecho de chicos. Por todo eso que uno aprende de los mayores, por aprender valores y principios, cultura, amistad, compañerismo, solidaridad, seguiremos peleando por la restitución del predio.
Gracias a todos los que trabajaron por las bochas: Chino, Gaitan, Juan Carlos, Morales, Tolo, Tamara, Simón, Luisa, Mantero, a la vieja CD, a todos los que formaron parte de las bochas, y particularmente a Carucha. Con participación ciudadana, unidad y organización, volveremos a tener “las bochas”.
Joaquín Ramírez