El jueves 18 de octubre falleció a la edad de 90 años en Buenos Aires, el Dr. Juan Carlos Gargiulo, un vecino que habitualmente nos enviaba sus comentarios al diario “Mi Belgrano”. Juan, un descendiente de inmigrantes italianos que vivió siempre en el barrio, era un gran conocedor de su evolución y progreso, también de la desaparición de una forma de vida barrial ligada al trabajo fabril, a los espacios no urbanizados y al Río de la Plata.
Era amante de todas las manifestaciones artísticas en relación a la Ciudad de Buenos Aires y un inquieto lector y escritor. La música ciudadana formaba parte de sus actividades diarias, a través de la radio que escuchaba a toda hora. Desarrolló su actividad profesional en el barrio por casi 50 años, siendo muy querido por sus pacientes. Además participó en la vida barrial colaborando con varias propuestas. Siempre estuvo preocupado por los avatares del país y las políticas sanitarias, era un gran analista y participó activamente de la revista “La Tribuna Odontológica”.
En el ámbito privado como escritor, publicó dos libros: “Cuentario” y “Celeste y otros cuentos”, y en los últimos años a raíz de su enfermedad se retiró de la participación pública, pero continuó sus aportes en diversos medios, y a través de sus blogs ¡UFA! y EL LABERINTO colaborando además con FAIAM (Fundación Ayuda Integral al Miasténico). Fue una persona íntegra, solidaria, defensora de los derechos humanos y la democracia, gran amigo y padre de familia. Descansa en paz, Juan Carlos Gargiulo.
Su historia contada en primera persona
Allá por el año 2015 Juan nos contó parte de su vida en una nota publicada en las páginas del diario Mi Belgrano:
Nací en el barrio en 1928, en la calle Montañeses al 2600 entre Nahuel Huapí y Guanacache, así se llamaban en ese tiempo. Mi padre construyó un hermoso chalet estilo tudor y allí nací, a los pocos meses de estrenado (diciembre 1927). Es curioso el destino, en esa misma habitación donde abrí los ojos, con el tiempo ejercí durante largos años mi profesión de odontólogo. Hoy vivo en la Avenida del Libertador casi Padre Newman (la continuación de Congreso). De joven practiqué deportes en River Plate y en el club Municipalidad.
Los Centros de Gestión y Participación se crearon en su tiempo por iniciativa mía con el lema ventanilla única para descentralizar tanta burocracia. Yo era secretario de la Asociación Vecinal Barrio Parque General Belgrano. En mis tiempos, fue presidente el Ingeniero Schiavone y luego Ciollaro, allá por la década del 90. Nuestra labor fue muy intensa. Logramos rescatar los terrenos de OSN hoy plaza, iglesia, etc. Había un plan inmobiliario para hacer un barrio, pero ganamos los vecinos. Nos opusimos sin éxito a la concesión de la calle que se le dió a River. Impusimos el sistema de reciclaje de papel y vidrio. Con Manliba instalamos contenedores en el barrio. Se vendía lo recogido en la cámara de papel y vidrio. Parte del dinero se destinaba al sostenimiento del movimiento vecinal y con el importante resto se reponían los árboles faltantes, algunos de ellos deben conservar una placa cerámica. La experiencia finalizó cuando Manliba perdió la concesión. Hicimos la Plaza de las Esculturas de la calle Monroe. Apoyamos y logramos la construcción del 2º canal por Monroe para aliviar al arroyo Vega y fuimos miembros fundadores del movimiento de Belgrano en la fundación Salvatori.
Si fuera presidente de la Comuna 13, teniendo en cuenta la realidad, primero prestaría atención y daría respuesta o acusaría recibo de los reclamos de los vecinos, cosa que hoy su presidente Acevedo no hace. Daría prioridad al tránsito, al estacionamiento, a las veredas rotas y trataría de que lo que se emprende esté bien ejecutado, cosa poco frecuente. Velaría por la salud de los árboles y trataría de coordinar con las autoridades centrales en temas como la seguridad. También me inmiscuiría en el estado y funcionamiento de los establecimientos educativos y sanitarios.
Deseo que mi barrio no pierda su atmósfera que puede ser desvirtuada con las ideas de inmobiliarias y autoridades de la ciudad, como el caso del Tiro Federal.
Todos los meses, Juan después de leer el ejemplar de Mi Belgrano, nos enviaba un Email con sus comentarios, críticas, opiniones y felicitaciones, ¡Lo vamos a extrañar!