En el me del 163 aniversario de Belgrano, los vecinos expresan lo que sienten por el barrio.
Una ciudad autosuficiente
Por Carlos Durañona
Nuestro barrio de Belgrano es sin duda, una ciudad autosuficiente. Tiene todo lo que tiene que tener para no depender del Centro u otros barrios: cines, teatros, dependencias oficiales, medios de transporte, incluido el subterráneo, una enorme actividad comercial y todas las expresiones culturales y artísticas, todos los cultos, todas las etnias, todas las clases sociales.
Belgrano es una ciudad de casas señoriales, de lujosos edificios de departamentos y casas simples, de parques y plazas, de paseos, de entidades deportivas y recreativas, de instituciones educativas de todos los niveles. Como otros barrios, también sufre la fiebre arrolladora de las demoliciones para la construcción irracional de nuevos edificios que en la mayoría de los casos, arrasa con su clásica fisonomía de barrio residencial para dar lugar a un hábitat de difícil e insalubre convivencia.
Como toda sociedad que ha optado por el desarrollo descontrolado, poco a poco va socavando su identidad y su historia.
¿Caserón de Tejas o “un país”?
Por Carlos Wilkinson
El hermoso vals de Cátulo Castillo en el que evoca, con belleza poética sin par, el barrio de su infancia y adolescencia, nos dice mucho sobre el contenido humano y sentimental que el barrio de Belgrano, como tantos otros barrios, tiene para quienes viven en él. Alguien dijo alguna vez, con mucha razón, que la patria echa sus raíces en el barrio de la infancia, porque es allí donde cualquier persona empieza a desarrollar los cimientos fundantes de su “ser en el mundo”. De manera que la preservación del patrimonio barrial, no es un simple capricho de algunos locos, sino que responde a una necesidad humana muy profunda.
El crecimiento explosivo de los meganegocios inmobiliarios, provocó una ruptura violenta de los entornos urbanos, con su secuela de desequilibrios de todo tipo. El humilde y modesto slogan “Belgrano un país” esconde en alguno de sus pliegues, este conflicto entre los barrios vistos como potencial negocio inmobiliario y los barrios vividos como ámbitos humanos en que los vecinos desenvolvemos nuestro ser en el mundo. Como todo conflicto, ésta contradicción no necesariamente debe convertirse en un antagonismo, en que la única alternativa es la eliminación de uno de los polos a costa del otro. Pero, irremediablemente sucede esto, si uno de los polos concentra todo el poder de decisión y ejecución y el otro ninguno. Y esto es lo que viene pasando desde hace unos años en varios barrios de la ciudad de Buenos Aires. En efecto, la alianza entre los grandes negocios inmobiliarios y la dirigencia política frente a vecinos aislados y sin mecanismos legales efectivos para ejercer su poder, ha dado por resultado una disputa desigual de estos frente a aquellos.
Pasado y presente
Por Selva Ferrari
En sus orígenes, la zona formaba parte del Pago de los Montes Grandes o de la Costa, tierras muy propicias para la ganadería que se extendían desde Retiro hasta San Isidro y San Fernando. Estas eran atravesadas por el Camino Real del Norte o del Alto (actual Avenida Cabildo), ruta obligada hacia las provincias del norte y necesaria para el traslado de materiales utilizados en la construcción desde La Calera. Su núcleo histórico era la zona aledaña a las Barrancas de Belgrano en la margen derecha del arroyo Vega, que hoy corre entubado bajo la calle Blanco Encalada.
Las plazas de las Barrancas de Belgrano fueron diseñadas por Carlos Thays e inauguradas en 1892 como paseo público. Sus terrenos formaban parte de la quinta de Valentín Alsina y en su entorno se ubicaban varias construcciones de valor, por lo que se la declaró Área de Protección Histórica. La glorieta fue construida en 1910 para celebrar el centenario del 25 de mayo, tenía piso de madera y lleva el nombre de Antonio Malvagni, uno
de los creadores de la Banda Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires. Varios historiadores coinciden en destacar que el barrio de Belgrano no está delimitado por la calle Zabala sino por la Avenida Olleros desde su intersección con la Avenida Valentín Alsina y hasta la Avenida Cabildo dado que hasta allí llegaba la quinta del escritor José Hernández.
En la actualidad, el barrio de Belgrano es uno de los más residenciales y pintorescos, posee gran cantidad de casonas señoriales, la mayoría típicas de fines del siglo XIX. En contraste con estas construcciones se han edificado modernos y sofisticados edificios. Limita con los barrios de Palermo al sudeste, Colegiales al sur, Villa Ortúzar al sudoeste, Villa Urquiza al oeste, Coghlan al noroeste, Núñez al norte, el Río de la Plata al noreste y al este. Cuenta con una superficie aproximada de 8,02 km² y una población de 231.331 habitantes según el censo de 2010. La densidad demográfica es de 15.844,6 habitantes/km².
Me surge una reflexión final. Así como ya no se inunda como antes nuestro querido barrio, algo que llevó mucho tiempo poder concretar, confío en que el proyecto del Metrobús de la Av. Cabildo cumpla su objetivo en un corto plazo y que los vecinos nos veamos beneficiados con sus resultados a pesar de todos los inconvenientes que padecimos durante las obras.