Belgrano es un barrio con alta visibilidad pública cuya historia lo ha visto nacer como pequeñas pulperías a la orilla del camino para transformarse en una ciudad municipio integrándose posteriormente a la ciudad de Buenos Aires. Si hablamos de Belgrano la primera imagen familiar para el común de la gente es el cruce de Cabildo y Juramento y su casco histórico, la plaza Manuel Belgrano, los museos Larreta y Sarmiento, “La redonda” una de las pocas iglesias con planta circular semejando el Panteón Romano y la Escuela Nº 1 Casto Munita primera escuela del barrio. A esta primera imagen se suman la amplitud de las barrancas con su conjunto. El “Barrio Chino” de difícil convivencia con los vecinos próximos pero muy concurrido por visitantes locales y extranjeros así como la Cancha de River “indebidamente apropiada” por el barrio de Núñez que nos terminan de conformar una postal turística de Belgrano.
Pero la riqueza urbanística del barrio no se limita a esta postal. Una mañana de sol en el invierno o un atardecer de verano rodeados de flores son dos momentos ideales para salir a caminar y conocer el Jardín de Esculturas o el Museo Yrurtia ambos a la vera del Arroyo Vega que naturalmente llega al río. Un vínculo que el barrio no tiene tan establecido con la costa ribereña ya que las calles que vienen bajando desde la zona alta del barrio se encuentran obstruídas por “barreras urbanas” como avenidas y autopistas de circulación rápida, grandes terrenos con equipamientos y vías del ferrocarril que dificultan nuestra caminata “bajando al río”.
En esquina o a mitad de cuadra “apretada” entre edificios recientes nos podemos encontrar con algún chalet de estilo que nos muestran un Belgrano que fue, residencial de casas bajas con jardines y también vemos edificios modernos de principios del siglo XX con sus paredes blancas muy respetuosos de esa imagen barrial.
Sin duda en esta primera pincelada me están quedando muchos otros lugares, los invito a caminar por el barrio, todavía nos quedan muchos “nuevos” lugares por descubrir en Belgrano.
Arq. Fernando Boffi Lissin