La Legislatura porteña sancionó una ley que actualiza y modifica el Código Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires. La nueva norma crea la figura del cuidacoches o limpiavidrios como una contravención cuando no exista autorización legal para ejercer esa actividad e impone sanciones de multas.
Quien sin autorización legal ofrezca o preste en la vía pública, de manera directa o indirecta, servicios de estacionamiento, cuidado de coches o limpieza de vidrios, será sancionado con 1 a 2 días de trabajo de utilidad pública o con una multa de 50 a 300 UF. Cada UF (unidad fija) equivale a medio litro de nafta de mayor octanaje. Cuando la conducta está basada en la desigualdad de género la pena se elevará al doble.
Cuando exista organización previa, la sanción para los partícipes será de 5 a 15 días de arresto y se elevará al cuádruple para los jefes o coordinadores.
Cuando las contravenciones se produzcan en los alrededores de los grandes parques durante los fines de semana o dentro de un radio de hasta 30 cuadras del lugar de un evento masivo de carácter deportivo o artístico, desde las 3 horas antes y hasta 2 horas posteriores, corresponderán 5 a 15 días de arresto y se elevará al cuádruple para los jefes o coordinadores.
En caso de tratarse de un estadio y probarse la participación directa o indirecta de personas vinculadas al club, institución u organizador, se sancionará a la entidad con multa de 5.000 a 10.000 UF y la clausura de sus instalaciones de 15 a 30 días.
El funcionario policial que consienta u omita disuadir o perseguir las contravenciones previstas deberá ser sometido al correspondiente sumario administrativo.
El Legislador del Partido Socialista, Roy Cortina, se atribuyó en el recinto la autoría del texto definitivamente votado, en los artículos referidos a «trapitos cuidacoches», y sostuvo que «la solución no es criminalizar la pobreza. La persona que busca ingresos para vivir tiene que ser vinculada a programas sociales y el Estado debe concentrarse en terminar con las mafias».