Hoy se cumplen 16 años de la triste desaparición de Lucila Yaconis
El 21 de abril de 2003 cerca de las 7 de la tarde, Lucila de tan solo 16 años, caminaba por la cuadra que la llevaba hasta el paso a nivel de Comodoro Rivadavia y Paroissien, el mismo que cruzaba todos los días para llegar a su casa, cuando fue abordada por un hombre que intentó violarla y, ante su resistencia, la golpeó y asfixió. La encontraron muerta sobre los pastos crecidos, a sólo 50 metros del cruce a nivel y a poco más de una cuadra de su casa.
Había un rastro de semen en el uniforme del colegio por eso Isabel, la mamá de Lucila, pensó que rápidamente iban a atrapar al asesino. Pero lamentablemente no había registro de huellas genéticas de condenados por delitos sexuales. Junto con la Asociación «Madres del dolor», Isabel presentó un proyecto para que la Argentina tuviera un registro nacional, una ley que se votó en el año 2013, se reglamentó en el 2017 y el registro está operativo desde el 2018.
A partir de lo sucedido, la estación de Núñez tuvo el primer corredor de senderos seguros, a los chicos se les decía qué calles debían transitar, y los comerciantes tenían los carteles de senderos seguros. Además empezó a haber mucha vigilancia mediante patrullajes de la comisaría treinta y cinco por las escuelas y el corredor ferroviario se iluminó desde la estación Rivadavia hasta Lisandro de la Torre.
El 22 de Enero de este año se inauguró la plaza en memoria de Lucila Yaconis ubicada en Av. Comodoro Rivadavia y 3 de Febrero, allí se colocó un banco rojo donde se puede leer la siguiente frase: “De regreso a casa quiero ser libre, no valiente”.
Nunca hubo un acusado en la causa, ni nunca se pudo saber quién la mató, tras cuatro años de investigación judicial, en el año 2007, el caso se quedó sin sospechosos. El crimen aún continúa impune. Elevamos una oración en memoria de Lucila y alzamos la voz para seguir reclamando por JUSTICIA.