En el Bajo Viaducto funciona la nueva terminal con una capacidad para 23 colectivos que ingresan por Sucre y salen por La Pampa. Algunos frentistas de Montañeses al 1800 y de Sucre al 1600 están indignados por tener que soportar desde las 6 de la mañana el ruido de los motores y el olor a gasoil. También hay quejas de peatones que sostienen que con la entrada y salida de los colectivos, caminar por ahí es un verdadero peligro.

El pedido de que trasladen la terminal a otro lado, difícilmente sea escuchado, quizá el problema se resuelva cuando todos los colectivos sean eléctricos, pero para esto falta mucho tiempo ya que por ahora solo se está haciendo una prueba piloto con ocho colectivos de cuatro líneas (12, 34, 39 y 59) que durará un año. La idea es evaluar la viabilidad técnica de esta nueva forma de movilidad, así como su viabilidad operativa, económica y ambiental. La autonomía de los buses eléctricos varía según la tecnología, y la selección del tipo de carga se tiene que adecuar a las características y la extensión de los recorridos. Los buses eléctricos son ecológicos, requieren de un menor costo de mantenimiento, no necesitan de combustible para funcionar, no emiten gases contaminantes y producen menos ruidos que los colectivos convencionales. Además el uso de la electricidad es más eficiente y económico que el del combustible tradicional.