El gigantesco y más que centenario gomero, que se yergue sobre la parte más alta de las Barrancas de Belgrano (en Zavalía y Juramento), recibe bajo su generosa fronda a centenares de personas necesitadas de lo más elemental para subsistir y lo más fundamental para sentirse dignificados, como es el afecto, la consideración y la contención.

Miles de hermanos han recalado y continúan haciéndolo en procura de un buen plato de comida, muy bien sazonado con el abrazo, la sonrisa y el recíproco afecto que cada noche intercambiamos voluntarios y comensales.

Esta costumbre, iniciada en julio de 2002 y nunca interrumpida hasta hoy, nos convoca a todos los que recibimos la energía que el gomero nos proporciona cada noche, a hacerle un merecido homenaje a nuestro árbol. Su larga estancia en las Barrancas, contagia su resistencia a los que nos comprometimos a prestar un servicio a los más necesitados que transitan las calles de la ciudad, a veces frías o indiferentes y han encontrado ese refugio y lo transformaron en su “lugar de pertenencia”, de ellos y compartido por todos los voluntarios.

Durante estos últimos diecisiete años, hemos podido constatar que el Gomero de Barrancas es un árbol de características muy especiales y que solo las personas sensibles y los que tienen un corazón abierto pueden detectar. Ese árbol, contrariamente a lo que aparenta, no tiene ramas, tiene brazos que se desplazan sobre la superficie que lo rodea, buscando a quien necesite apoyo o abrazando a los que necesiten afecto.

La savia que circula por sus “venas” está enriquecida por las cenizas de dos voluntarias, las queridas y recordadas Teté y Claudia, depositadas al pie del gomero por sus seres queridos, sabedores del enorme cariño que ellas sentían por todo lo que debajo de esa sombra se producía cada noche.

Es imposible enumerar en una simple nota las miles de historias y actividades de todo tipo que se encierran alrededor de ese apasionante árbol. Allí la solidaridad se transforma en una maravillosa costumbre y eso hace que los milagros sean posibles.

Hemos resuelto homenajear a nuestro árbol, determinando que los primeros jueves de Julio de cada año, se celebre el cumpleaños del Comedor de Barrancas y el Día del Gomero de Barrancas.

Será también la fiesta de las personas en situación de calle, la de las familias en situación de riesgo, de los amigos, vecinos, instituciones, empresas y de los voluntarios que juntos nos hemos involucrado en este compromiso de no ser indiferentes a la hora de dar una respuesta al hermano que sufre el abandono estatal, la soledad y toda la angustia y las tristezas que le deja la pobreza.

Queremos (por este medio y al que agradecemos sea un nexo con toda la Comuna) invitar a todos los vecinos de la Comuna 13 a compartir una noche distinta, dedicada a ese magnífico Gomero, que honraremos con algunas actividades culturales y artísticas.

Quizás resulte oportuno sugerir a quienes no conocen ese rincón de Belgrano, se den una vuelta el próximo jueves 4 de Julio, a partir de las 19 horas, y descubran la magia misteriosa que emana de esas ramas, devenidas en brazos y se animen a dar en la mano un alimento (uno solo) a otro semejante, que se lo cambiará por una sonrisa. Ese día comprobará que hay otros vecinos que siempre vuelven, porque ya lo experimentaron y retornaron a sus casas con el alma más gorda, más llena.

Gracias a todos los que nos ayudan siempre a ayudar. Gracias a todos por su atención. LOS ESPERAMOS, ESTÁN TODOS INVITADOS.

Carlos M. Durañona (Voluntario del Comedor de Barrancas)

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