Con la conexión final de los túneles del Arroyo Vega, el pasado 26 de septiembre se abrió la Av. Elcano entre Zapiola y Freire que estaba interrumpida desde el 21 de enero de este año (el tránsito se desviaba hacia la izquierda por Freire, doblando luego en Av. de los Incas que tenía doble sentido de circulación entre Freire y Crámer).
Felipe Miguel (jefe de Gabinete porteño) y Franco Moccia (ministro de Desarrollo Urbano y Transporte) compartieron con los vecinos la finalización de esta etapa.
Miguel expresó lo siguiente: «Estas obras que no se ven a veces son las más importantes. Este trabajo es importante para el crecimiento de la ciudad y para afrontar el desafío del cambio climático. Estamos convencidos de que el tiempo que llevó la obra valió la pena, porque esto es producto de la planificación y del pensamiento a largo plazo. Agradezco a todos los trabajadores y trabajadoras que hicieron que este proyecto se hiciera realidad y también a los vecinos y a los comerciantes por la paciencia».
En tanto, Moccia dijo: «En este lugar donde estamos hoy (avenida Elcano y avenida Crámer), cuando llovía había hasta un metro de agua. Ahora debajo nuestro hay casi 14 metros de una gran cámara que va a permitir que los sumideros vayan al nuevo arroyo que está debajo de la calle La Pampa. En la primera quincena de octubre los sumideros antiguos de esta zona en vez de ir al arroyo viejo de la calle Blanco Encalada van a ir al de La Pampa. La obra del Arroyo Vega finalizó en las fechas que se habían prometido y estamos convencidos de que los vecinos valoran estas iniciativas cuando saben que trabajamos para mejorarles la vida».
El segundo emisario del túnel, que se extiende a lo largo de 8,4 kilómetros desde el cruce de las calles Nueva York y Helguera hasta desembocar en el Río de La Plata, duplicó la capacidad de drenaje (antes soportaba hasta 48 milímetros) y minimizó el riesgo de inundaciones en las comunas 12, 13 y 15.
Para la construcción del túnel trabajaron 400 obreros y se emplearon 43.700 metros cúbicos de hormigón armado. Este proyecto se dividió en dos tramos: el primero que cuenta con 5,9 kilómetros de extensión y para su construcción se utilizó la máquina tunelera “Elisa” (primera mujer egresada de Ingeniería de la UBA en 1918), de 5,30 metros de diámetro interno del túnel, la cual comenzó su excavación en la costanera Norte por debajo de la calle La Pampa hasta la intersección con la avenida Victorica. El segundo cuenta con 2,4 kilómetros con un diámetro interno de 2,30 metros, y se utilizó la técnica de excavación Pipe Jacking, que permite instalar tuberías sin realizar zanjeo. Este tramo abarca desde Nueva York-Helguera hasta La Pampa-Ballivian.
La cuenca del Arroyo Vega soportaba 48 milímetros de lluvia fuerte constante a lo largo de dos horas, pero con la construcción de este segundo emisario la capacidad aumentará hasta 81 milímetros, lo que reducirá el riesgo de inundaciones.