En su mes, buscamos en la Comuna 13 (Belgrano, Colegiales y Núñez) calles con nombre de mujer y sólo encontramos 3, Gregoria Pérez, Manuela Pedraza y Juana Azurduy. Las tres igual de importantes en tanto valientes patriotas que expusieron su vida y sus bienes por la causa de nuestra independencia. Pero quien más ha trascendido entre ellas, tal vez por la mística que encierra su vida, es Juana Azurduy (de Padilla).
Consultamos a Claudia Sandina (Email: claudia.sa@fibertel.com.ar) sobre estas tres calles y nos contó lo siguiente:
JUANA AZURDUY
Se extiende desde la Av. Dr. Ricardo Balbín hasta la calle O´ Higgins; allí se interrumpe por la Escuela de Recuperación José María Sobral, para luego continuar desde la calle Grecia hasta Av. Del Libertador). El nombre actual proviene de su designación por la Ordenanza del 27/11/1893. Anteriormente se llamó “Mascías” (tramo entre Av. Del Libertador y Av. Cabildo, 1892) y “Núñez Segunda” (tramo entre Av. Cabildo y Melián, 1892).
Juana Azurduy fue una heroína que luchó en nuestra guerra por la independencia de España (1780-1862). Nació en las cercanías de Chuquisaca- hoy territorio de Bolivia, entonces Virreinato del Río de la Plata-, y allí también falleció. Pertenecía a una familia adinerada, siendo su padre dueño de varias propiedades. La fatalidad golpeó a Juana a edad muy temprana: quedó huérfana de padre y madre cuando tenía apenas siete años, y sus tutores la enviaron a un convento de monjas de Chuquisaca, de donde fue expulsada a los 17 años debido a su comportamiento altivo e indisciplinado. Comienza entonces una nueva etapa en su vida, como mujer y como revolucionaria. Conoce a don Manuel Asencio Padilla, hijo de un hacendado y vecino de su casa familiar, y se casa con él en 1805. El matrimonio tuvo 5 hijos. Acompañados de gente del pueblo que deseaban la independencia de España tanto como ellos, Juana y Manuel van a combatir encarnizadamente por ese propósito. En 1809 Juana participa junto a su esposo en el levantamiento de Chuquisaca y La paz que abrió la revolución en el Alto Perú. Un par de años después fue tomada prisionera junto a sus cuatro hijos, pero con la ayuda de su esposo logró escapar. En 1812 Padilla y Juana se pusieron a las órdenes del general Manuel Belgrano. Junto a sus milicianos realizaron acciones de guerrillas contra los realistas, soportando una vida dura y llena de privaciones que fue minando su salud y la de sus hijos. En 1816 Juana atacó el cerro Potosí logrando un triunfo patriota. Por este hecho fue recompensada por el director supremo Juan M. de Pueyrredón con el grado de teniente coronel de los ejércitos de la patria y el general Belgrano le hizo entrega simbólica de su sable. Mientras tanto los refuerzos desde Buenos Aires no llegaban, lo que provocó que algunos de sus milicianos desertaran y se pasaran al bando realista, traicionando al matrimonio. Ya habían muerto cuatro de sus hijos como consecuencia de enfermedades. Y también sobrevino la muerte atroz de su esposo en la batalla de La Laguna, en 1816. Manuel Padilla fue degollado y su cabeza expuesta en la punta de una lanza durante varios días. Juana quedó sumida en una terrible situación. El cambio de planes militares del Gral. San Martín disminuyó el apoyo logístico a sus fuerzas por lo que se vio obligada a replegarse hacia el sur, uniéndose a las guerrillas de Martín de Güemes. La muerte de éste en 1821 disolvió por completo las guerrillas y marcó el fin de la carrera militar de Juana Azurduy, a la vez de quedar reducida a la pobreza. Tras la independencia de Bolivia en 1825 Simón Bolívar la visitó y, al ver su estado miserable, le otorgó una pensión. Pero ésta era muy reducida y, debido a los vaivenes bolivianos, dejó de percibirla en 1830. Murió indigente, a los 82 años. Sus restos fueron exhumados 100 años después y depositados en un mausoleo de la ciudad boliviana de Sucre. Juana Azurduy de Padilla fue la primera mujer boliviana ascendida al máximo grado militar en la categoría de oficiales.
GREGORIA PÉREZ
Se extiende desde la calle Charlone a Conde; designada así por Ordenanza del año 1910.
Gregoria Ignacia Pérez y Larramendi de Denis (1764-1823). Nació en Paraná, Entre Ríos, ciudad donde también falleció. Fue una dama patricia, viuda del hacendado don Juan Ventura Denis, que se destacó por la importante colaboración prestada al ejército del General Manuel Belgrano cuando éste pasó por Entre Ríos rumbo a la expedición al Paraguay en 1810. Gregoria puso a disposición del ejército patriota sus bienes, estancia, alimentos y criados, que eran muchos. A su fallecimiento fue sepultada en el templo de Santo Domingo.
MANUELA PEDRAZA
Se extiende desde la Av. De los Constituyentes hasta la Av. Del Libertador. Designada por Ordenanza del 27/11/1893).
Manuela Hurtado y Pedraza fue una patriota argentina, nacida en la provincia de Tucumán alrededor de 1780 (la fecha no se conoce con exactitud). Al tiempo en que sucedieron las invasiones inglesas de 1806 Manuela ya se encontraba en Buenos Aires. Como tantos hombres y mujeres de aquel momento participó en la lucha por expulsar a los usurpadores ingleses y reconquistar la ciudad, y por ello fue declarada heroína y condecorada con el grado militar de alférez y con goce de sueldo por su valiente actuación. Se relata que en esas encarnizadas luchas Manuela empuñó el fusil que dejó caer su marido muerto y con la misma arma atravesó el cuerpo del soldado inglés.que lo mató. Luego se presentó al virrey Liniers y le entregó el fusil capturado, como trofeo. Es recordada como Manuela, la tucumana, o la tucumanesa. Se desconoce cómo siguieron su días luego de estos acontecimientos.