En el año 2008 se inauguró el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti que se encuentra ubicado en el barrio de Núñez, Av. Del Libertador 8151, en el predio donde funcionó durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983) uno de los Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Extermino más emblemáticos: la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Allí estuvieron secuestradas cerca de 5000 personas, de las cuales sobrevivieron alrededor de 200.

Su nombre rinde homenaje al escritor argentino Haroldo Conti, quien fue secuestrado y desaparecido en la madrugada del 5 de mayo de 1976.

Haroldo nació en Chacabuco, provincia de Buenos Aires, el 25 de mayo de 1925. Además de ser escritor, fue periodista, piloto de avión, seminarista, navegante, nadador de aguas abiertas, guionista de cine y docente.

Militó en el PRT (Partido Revolucionario del Pueblo) y en el FAS (Frente Antiimperialista por el Socialismo). También fue padre, hijo, hermano, compañero y amigo: un hombre que celebró perderse entre las multitudes. La nostalgia, el desarraigo, el compromiso con su época y una pasión vital por el río, son algunas de las marcas que lo acompañaron durante toda su vida.

Haroldo tuvo desde su infancia un particular interés por las historias de vidas anónimas y por los relatos de aventuras pueblerinas. Su obra literaria se despliega en quince años de gran intensidad y reconocimiento.

Desde su apertura, el Centro Cultural ha funcionado como un espacio de difusión y promoción de la cultura y los derechos humanos. Para tales fines se ha convocado a intelectuales, artistas, músicos, cineastas, actores y fotógrafos, quienes con su aporte colaboraron día a día en la construcción de una identidad colectiva.

Transformar en un espacio abierto a la comunidad lo que antes fuera un sitio emblemático de privación, exclusión y muerte es el mayor compromiso y desafío para contribuir a la construcción de memoria, verdad y justicia.

Haroldo Conti: «La vida de un hombre es un miserable borrador, un puñadito de tristezas que cabe en unas cuantas  líneas. Pero a veces, así como hay años enteros de una larga y espesa oscuridad, un minuto de la vida de un hombre es una luz deslumbrante».