Este 30 de julio de 2020 se cumplen 6 años del asesinato de Pablo Tonello, un joven de 27 años que circulaba por la ciclovía sobre el carril que va hacia Barrancas de Belgrano en paralelo a las vías del ferrocarril Mitre. En Avenida del Libertador y Federico Lacroze fue interceptado por Facundo Salas, quien quiso robarle la bicicleta. Se produjo un forcejeo, el asaltante sacó un arma de calibre chico y efectuó 3 disparos (uno le impactó en una pierna y los otros en el tórax y el abdomen) provocando su muerte.

Tras cometer el ataque, el homicida le robó la bicicleta a una mujer a unos 150 metros de distancia en dirección al Parque 3 de Febrero y huyó. Ese rodado fue hallado más tarde sobre la calle Miñones, a metros de uno de los laterales del Campo Municipal de Golf. Facundo Salas fue detenido un mes después del homicidio en la ciudad de Concordia. En noviembre de 2016 fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal 11 a prisión perpetua por “homicidio criminis causa”, es decir, por matar para ocultar otro delito (el robo).

El papá de Pablo (Eduardo Tonello), fallecido el pasado 23 de Abril de 2018, no solo luchó por conseguir justicia en este caso sino que también buscó la manera de canalizar su dolor tratando de ayudar a los demás. Todos los miércoles se lo veía junto a la Bici Blanca instalada en el lugar del crimen, tratando de concientizar a la gente y regalándole un calco a cada ciclista que se detenía a escucharlo. También trabajó con un proyecto para registrar las bicis y así disminuir los robos. Eduardo sostenía que “hay concientizar sobre la compra responsable de bicicletas ya que Comprar Robado Mata. También promovía la prevención de incidentes, formando una comunidad de ciclistas y haciendo encuestas de inseguridad con los que andan en bicicleta”.

Al recordar a su hijo decía: “Pablo era el segundo hijo de dos varones y una niña. Era muy obediente, respetuoso, comprometido con lo social, ayudaba al prójimo. La noche previa a su partida, había estado ayudando en su Iglesia. Era tenaz en alcanzar sus objetivos, pacífico y soñaba con crear videojuegos sin violencia. Pertenece a una joven generación de cambio y de fe, que promete mucho. Lo ocurrido se podría haber evitado con muy poco. La zona estaba liberada, por ser el límite de 3 comisarías. Los malvivientes se movían por las vías del Ferrocarril, donde la policía no tiene jurisdicción. Recién se había construido una ciclovía que obligaba a transitar a los ciclistas por un lugar sumamente inseguro. Antes de lo de Pablo habían ocurrido 14 incidentes igual de violentos que no habían terminado en tragedia por milagro. La mitad se denunciaron pero no fueron tomados en cuenta. Los ciclistas experimentados conocían la zona y pasaban por la mano de enfrente, no por la ciclovía. Nadie, ni nada, le advirtió a Pablo que esa era una zona de riesgo, aun de día”.

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