El “Centro Recreativo Manuel Belgrano”, popularmente llamado: “Las Bochas”, era el lugar del encuentro de las personas mayores y de los vecinos de todas las edades. El Club nació en 1952 en La Pampa y Dragones por el impulso que le diera el entonces Presidente Juan D. Perón, colaborando con la construcción de dos canchas profesionales, conmovido al observar la precariedad de la cancha que habían improvisado los bochófilos de entonces.
Si pensamos la enorme cantidad de procesos, acontecimientos y hechos que ocurren en 66 años de historia, rápidamente podemos identificar los que suceden en 2 años. Hoy se conmemoran justamente esa cantidad de tiempo de la demolición de “Las Bochas”, del conflicto por la restitución y del surgimiento de la “Agrupación Manuel Belgrano”.
Si evaluamos concretamente lo que nos arrebataron, vemos que por un lado a las familias y particularmente a los jubilados y jubiladas de la zona norte de la ciudad de Buenos Aires que se han quedado sin su espacio recreativo. Por otro lado la fisonomía ha cambiado para peor ya que no se ve ese tinglado imponente, histórico, de estirpe Belgranense y de contención que tenía el “Centro Recreativo Manuel Belgrano”.
En este difícil momento que atraviesa el mundo, en esta pandemia que no tiene cura ni vacuna, donde mueren miles de personas en todo el planeta, nos hemos llamado entre nosotros decenas de veces pensando que si tuviéramos el club, ya lo habríamos puesto a disposición de las demandas de la sociedad, de la forma que fuera. Y fue así que desde el primer día hemos puesto toda nuestra energía en resolver distintas situaciones de las personas en situación de calle, jubilados, trabajadores y desocupados de la zona que frente a la incertidumbre y a situaciones concretas de necesidad, se comunicaron con nosotros para consultar inquietudes o buscar soluciones.
Y es así como creemos que es mejor el funcionamiento de un país y una comunidad cuando el Estado está presente en coordinación con sus distintos niveles, y en suma con las organizaciones sociales/políticas y las instituciones de la sociedad civil. Ese es el comienzo para revertir tanto las problemáticas sociales y las desigualdades como así también los instrumentos fundamentales para proponer una mejor nación.
Muchas veces nos replanteamos y hemos discutido sobre el rol social de “Las Bochas”: ¿Era únicamente un lugar de esparcimiento, recreativo o deportivo? Las conclusiones a las que hemos llegado es que no, que los clubes y centros sociales son una herramienta de la comunidad para colaborar con las funciones del Estado, quien debe utilizar estos espacios para promover las políticas para la comunidad, es decir, reciprocidad entre él todo y las partes.
Con la demolición de “Las Bochas”, los Belgranenses soportamos el embate de todo un Gobierno puesto a disposición de la destrucción. Ha sido una analogía, una muestra local, de lo que fue una era de retrocesos para la mayoría de los argentinos.
Estamos convencidos que la nueva etapa, postpandemia, debe estar signada por el trabajo en conjunto de las distintas administraciones del Estado, el fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad y el impulso de las pequeñas y medianas empresas, es así como creemos que lograremos salir adelante con las dificultades que se plantean en relación al trabajo, la soberanía y la independencia.
“Las Bochas” nos guía en todo nuestro accionar, porque ahí aprendimos valores que no se manchan, que nos dan la pauta de como funcionar ante distintas situaciones, siempre con la bandera de la solidaridad y el compromiso social. Es por eso que estamos trabajando fuertemente en volver, sabemos que hay voluntad política. Si el Gobierno anterior fue el viento, la pandemia fue la marea, entonces desde la “Agrupación Manuel Belgrano – Las Bochas”, trabajamos para recuperarnos, desarrollarnos y crecer, ya que tenemos las condiciones para hacerlo.
Joaquín Ramírez
Agrupacion Manuel Belgrano – Las Bochas
COMENTARIOS
– Carlos Manuel Durañona: Siento una gran pena y una profunda nostalgia por ese lugar emblemático de los viejos y de las familias del barrio. Jamás entenderemos por qué razón el Gobierno de Ciudad demolió ese tradicional lugar de encuentro de la gente sencilla. No tuvieron piedad y menos, sensibilidad por lo que es del pueblo. Nos queda la esperanza de que algún Gobierno de la Ciudad, con respeto por las instituciones más queridas por los vecinos, reconstruya ese predio y nos devuelva ese pedacito de espacio para solaz de los viejos y de las familias de este querido Bajo Belgrano. Las topadoras pueden borrar un espacio físico, pero no podrán nunca borrar la Memoria de un pueblo. La voracidad inmobiliaria, tampoco hará desaparecer los recuerdos y la historia de un barrio. Un grupo importante de vecinos, de todas las edades, sigue bregando por la reparación de tanto daño. Ese colectivo de defensores de la memoria y de la identidad del barrio, son los que sueñan y luchan por esa reparación. Ellos son la “Agrupación Manuel Belgrano” y nunca abandonaron el espacio vacío y hueco que dejó la insensibilidad de un poder que no sabe de valores, tradiciones, costumbres que encierra un barrio de esta ciudad. «Las Bochas» existe, aunque no la veamos!!
– Beatriz di Paola: Bravo muchachos por todo lo que hacen… ya llegarán tiempos mejores en que vuelva a levantarse Las Bochas.
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