La bicicleta es uno de los medios de transporte más nobles que existen, es fácil de manipular, tiene un bajo costo de mantenimiento, además su uso es beneficioso para la salud y el medioambiente. Así es que en las principales y más pujantes urbes del mundo, se estimula y fomenta mucho su uso como vehículo para moverse. En Buenos Aires hace varios años que las autoridades lo promueven con diversas acciones como la creación de muchísimas ciclovías (más de 250km), bicis gratuitas, etc.; dando muy buenos resultados. Pero, lamentablemente, el boom de las bicicletas en la ciudad llegó a causa de algo muy negativo: el Covid-19. A raíz de la pandemia y la cuarentena, con todas las restricciones ya conocidas, la bicicleta se ha convertido en el único medio para movilizarse con el que cuentan muchas personas al no poder utilizar el transporte público. También, tras estar tanto tiempo confinada en su casa, la gente sale en gran número a pasear en bici como modo de esparcimiento.

Producto del crecimiento exponencial del uso de la bicicleta, uno de los paisajes más típicos que se ven en la Comuna en tiempo de pandemia, es el de las bicicleterías abarrotadas de gente con cola en la calle. Muchos vecinos, conscientes de que sería su transporte principal en esta época, se volcaron a las bicicleterías para tener su rodado en perfectas condiciones.

“Mi Belgrano” dialogó con diferentes bicleterías de la Comuna y todos describen el mismo escenario: están colapsadas de trabajo a raíz de la gran demanda que tienen para reparar las bicis. Trabajos que en la “vieja normalidad” tenían una demora de una hora, hoy se extienden a cuatro o cinco horas.  Todos los locales especializados coinciden en que el porcentaje de clientes que compran una bici nueva es muy bajo, ya que tienen precios elevados que hoy mucha gente no puede pagar. La gran mayoría lleva su bici usada para someterla al taller. Remarcan, también, que cada vez más la gente compra cascos, noticia muy alentadora, ya que andando en la calle cualquier peripecia puede suceder y el uso de casco puede salvar una vida.  Por otro lado, los trabajadores del rubro son muy sinceros al afirmar que no engañan a la clientela en cuanto a los productos de seguridad para evitar robos: “tenemos cadenas de seguridad de $4000/5000, pero los ladrones van con amoladoras a batería o criquets que rompen cualquier linga. Por eso les decimos a nuestros clientes que NUNCA dejen sus bicis en la calle”.

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