La pandemia del Covid-19 que nos castiga duramente y a todas las personas por igual, suele generar también los gestos más bellos del ser humano. Y en nuestro barrio de Belgrano que no es la excepción, también aparecen esos actos nobles de solidaridad, generosidad, entrega y heroísmo.
Como en todas partes ocurre, una de las tantas actividades castigadas por esta inesperada pandemia es la de la gastronomía. Sin embargo, no ha sido un impedimento para que aflorara el espíritu solidario en algunas empresas de comidas de nuestro barrio para asociarse al Comedor de Barrancas en su tradicional servicio de cena a personas en situación de calle, que son parte de nuestra cotidiana tarea que venimos realizando desde la crisis de los años 2001/2002.
Al inicio de la cuarentena, el Comedor de Barrancas debió interrumpir su habitual cena de los jueves a la que concurrían más de un centenar de familias con sus hijos. A partir de allí, se estableció una distribución periódica de bolsones de alimentos crudos a cada familia, mediante una complejísima logística.
Lo que quedaba sin resolver, era la cena para las personas sin techo que frecuentaban el comedor. Se armaron grupos de voluntarios que cocinaban en sus casas una determinada cantidad de viandas, que eran llevadas bien envueltas en film para entregarlas a cada comensal, guardando la distancia física entre unos y otros, como indican las normas del debido cuidado.
Todos los días de la semana, ese comedor era atendido por distintas organizaciones sociales y religiosas, pero a partir del 20 marzo lo continuó el grupo de los jueves con algunos voluntarios de los otros días.
Todo este esfuerzo era agotador. Pasar de un solo día a los siete días de la semana significaba un trabajo enorme y los recursos no fueron tan fáciles de obtener, si no fuera que siempre se contó con el valioso apoyo de amigos e instituciones del barrio.
Unos días después de comenzar el servicio bajo el majestuoso y cálido gomero de Barrancas, “FRESCO Supermercado Orgánico”, en las figuras de Hanna y Federico, se asociaron al Comedor y desde entonces se anotaron con 50 viandas por noche (en su local de Juramento 2450 venden comidas saludables).
Cuando se permitió salir a correr, Daniel de “LA PANOTTECA” (Virrey Loreto y Vuelta de Obligado) en su recorrida por las Barrancas de Belgrano se encontró con los voluntarios del Comedor y el destino quiso que ese “corredor nocturno” tuviera un corazón solidario y decidió, junto con el dueño, traer unas cuantas viandas de ricos ravioles una vez por semana.
El menú de las sufridas personas en situación de calle fue adquiriendo un excelente nivel digno del mejor gourmet. Y por si no alcanzara con estas manifestaciones de generosidad, hace ya un mes que se agregó el Restaurant “LA POSADA DE BELGRANO” (Blanco Encalada y Cuba). Yaco, su dueño, a través del diario “MI BELGRANO”, se contactó con los voluntarios del Comedor de Barrancas y se sumó junto con Luciana, una vecina de su local, que lo ayuda en esta maravillosa aventura de dar una mano a los más necesitados.
Es interesante observar que a medida que pasan los días, estos nuevos amigos del comedor muestran cada vez más entusiasmo con lo que hacen. Es que la solidaridad tiene justamente ese ingrediente: cuanto más uno se entrega y da, más feliz se siente.
Y pensar que estos buenos vecinos del barrio están soportando la dura prueba que les impone la pandemia, con la imposibilidad de desarrollar sus actividades normales en sus locales.
Los voluntarios del Comedor sienten un gran estímulo y una enorme gratitud hacia ellos y hacia todos los que aportan algo de sí para hacer menos dura la realidad de muchos hermanos nuestros que sufren la soledad, el frío, el desamparo y la injusticia de vivir en una calle cualquiera.
Estos comerciantes de nuestro barrio, son un ejemplo a imitar. Lo mismo ocurre con todas las personas, instituciones y empresas sensibles que aportan algo en este difícil momento que estamos atravesando.
Como vecino del Barrio y del Comedor de Barrancas de Belgrano, les digo a estos nuevos y sensibles colaboradores: ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!
Carlos Durañona
Los vecinos que quieran colaborar con el Comedor de Barrancas, pueden comunicarse a través de sus redes sociales:
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