Un auxiliar de la Escuela Casto Munita, ubicada en la calle Cuba 2039, informó que el pasado 18 de agosto de 2020 al llegar al establecimiento se percató del faltante del busto de CASTO MUNITA que se encontraba ubicado en el acceso al establecimiento. El 20 de agosto, la Directora de la Escuela Nro. 1 se hizo presente en una dependencia policial para informar la desaparición. El magistrado interventor solicitó las imágenes captadas por el domo (cámara de 360 grados de la Policía de la Ciudad ubicada en la esquina) entre los días 13 y 18 de agosto.

Un grupo de ex-alumnos se pusieron en campaña para que el busto vuelva a estar en la entrada del colegio. A través del siguiente texto cuentan sus sensaciones.

Por Hernán Del Giovaninno, Héctor Espinoza, Sebastián Giorello, Alejandro Horestein, Jorge Kleve, Alejandro Mariani, Juan Carlos Marín, Andrés Rocha, Enrique Saracco, Gerardo Tortorella y Adrián Zappettini.

El 22 de noviembre de 1882, en el Diario La Nación se publicó lo siguiente: “El Señor Casto Munita, vecino del pueblo de Belgrano acaba de llevar a cabo un acto generoso. Ha donado 40 mil fuertes en cédulas hipotecarias para que su renta sea empleada en la fundación de una escuela graduada de uno y otro sexo en el pueblo de Belgrano”.

Hoy, 138 años después, nos gustaría que nuestro amigo Casto pudiera leer lo siguiente: “Un grupo de ex alumnos, egresados de la Escuela Casto Munita en el año 1980, han reunido esfuerzos para llevar adelante la reposición del Busto que homenajea la figura generosa y altruista de don Munita”. Estamos seguros que un hombre sensible como él, se sentiría orgulloso.

Aquellos que robaron el Busto, no robaron sólo una pieza que puede ser fundida y vendida, robaron mucho más que eso. Es que la escultura no estaba hecha de bronce; estaba formada por pedacitos de infancia de miles y miles de chicos y chicas. Porque la figura de Casto, allí quieta, mirándolo todo desde la entrada, fue cómplice de incontables historias a lo largo de todos estos años: de berrinches, de los llantos de los primeros días de clase, de las primeras miradas enamoradas, de peleas y reconciliaciones, de los centímetros que íbamos creciendo, de las voces que iban cambiando, de las salidas entre risas y empujones para subir al micro que nos llevaría de excursión, de los disfraces creativos para los actos patrios, de las angustias de los egresos y de los reencuentros años más tarde. Y se lo llevaron como si fuese solamente algo material, cuánta inocencia.

Por suerte Casto Munita es mucho más grande que ese Busto, es la infinidad de recuerdos y anécdotas que viven en todos nosotros, los que alguna vez transitamos sus pasillos, jugamos al “quemado” en su patio, intercambiamos figuritas en los recreos, cantamos en el Coro…

Es tan grande Casto, que hoy, 40 años después de haber dejado su terruño, un grupo de ex-alumnos que aún seguimos en contacto, nos pusimos un objetivo: que en la entrada del colegio vuelva a estar su presencia física. Muy pronto lo volveremos a tener allí, para que siga siendo testigo del crecimiento de los alumnos y alumnas que siguen y seguirán construyendo con sus anécdotas, la grandeza de una escuela única y un hombre increíble.
Es nuestra manera de devolverle a Casto Munita, un poco de su enorme generosidad.

Por eso este proyecto está abierto a la colaboración de todo ex-alumno o vecino del Barrio de Belgrano, que quiera sumarse para que don Casto vuelva a decir: Presente. Pueden comunicarse con nosotros a través del Email: elbustodecastomunita@gmail.com