Este sábado 12 de diciembre de 2020, un árbol de gran porte cayó sobre un vehículo en Amenábar y Santos Dumont. Personal de la Dirección General de Logística del Gobierno de la Ciudad, trabajó en el lugar para remover el árbol.
La Dirección General de Logística interviene en emergencias y urgencias que involucren un riesgo inminente y potencial a la ciudadanía. Provee apoyo logístico en incendios, derrumbes, fugas de gas, explosiones, accidentes de tránsito, derrames tóxicos, amenazas de bomba, etc. Interviene asimismo en emergencias eléctricas y desagotes. Durante las alertas meteorológicas realiza tareas preventivas (limpieza de sumideros, cortes de ramas y árboles por caer y provisión de grupos electrógenos por cortes de luz). El personal que integra la Dirección es capacitado en forma permanente en técnicas de resucitación cardiopulmonar (RCP), traslado de heridos, uso de hidroelevador, silleta y barquilla, reacondicionamiento y confección de tableros y cable, mantenimiento y seguridad de maquinarias, etc.
El dueño del auto, ¿puede reclamar un resarcimiento?
Hay un antecedente que data del año 2019 (“Cayó un arbol sobre su auto estacionado y lo indemnizan”) en el que un hombre reclamó el resarcimiento de los daños y perjuicios sufridos en un automóvil de su propiedad, tras la caída de un árbol durante una tormenta. En aquella ocasión se condenó al Gobierno de la Ciudad a abonar al afectado la suma de 74.708 pesos más intereses, por daño material y privación de uso del vehículo. El magistrado tuvo en cuenta los testimonios de los testigos, quienes aseguraron que el árbol se encontraba en mal estado de larga data y confirmaron las denuncias previamente efectuadas. En cuanto a la pretendida exención de responsabilidad por parte del GCBA alegando que se trató de “un caso fortuito”, el juez citó jurisprudencia de la Sala I de la Cámara de Apelaciones del fuero, la cual sostiene que “los factores meteorológicos no pueden reputarse como caso fortuito que eximen a la comuna de la responsabilidad por los daños ocasionados por la caída de un árbol, cuando aquéllos no revisten, en modo alguno, el carácter de imprevisibles. Las tormentas hacen caer a aquéllos árboles que por su estado no resisten a las inclemencias climáticas”.