En tiempos difíciles, siempre hay gente que pone un poco de luz con sus actos. Impulsados por la delicada situación, un grupo de tres amigos ideó una acción solidaria que se trasformó en furor. Se trata de “Servir un Plato Más”, una movida que busca darle un plato de comida a aquellas personas que lo necesitan, a través de una muy sencilla e ingeniosa metodología.
Algo que arrancó sin ninguna organización ni sustento alguno detrás, hoy es un fenómeno en la ciudad. A lo largo y ancho de todo Buenos Aires se encuentran distribuidos 120 “Punto Plato”. Cada uno cuenta con un simple cajón de verduras pintado de blanco y una identificación del proyecto, en donde se explica de qué consta. Allí los vecinos pueden dejar un plato de comida cocinado por ellos mismos, para que alguien que lo necesite pueda retirarlo. La idea tuvo una excelente aceptación en la gente que se hizo eco y se sumó a colaborar para darle una mano a quienes menos tienen.
En la zona hay alrededor de 19 puntos que los propios vecinos se encargan de cuidar y llenarlos con platos de comida. Mi Belgrano dialogó con Manuela Dicembrino, una de las ideólogas y fundadoras del proyecto.
¿Cómo idearon este proyecto?
-La pandemia hizo que uno quiera tomar un rol más activo para colaborar y se pregunte qué podía hacer en un momento tan complicado para todos. Había mucha gente en situación de calle recogiendo comida de la basura. Ver esa imagen, fue el disparador para que se genere este proyecto. En una charla de amigos vía Zoom, debatimos qué podíamos hacer y planteamos la idea de cocinar un poco más para que una parte se la demos a alguien que necesite. Les contamos la idea a los vecinos del edificio y empezamos a bajar los platos de comida para dar. No somos una organización, cada uno de nosotros tiene su trabajo. De a poquito dejó de ser algo de tres amigos para convertirse en una movida de muchas más personas que sostienen y contienen el proyecto. También buscamos cambiar el concepto de “si te sobra algo de comida, compartilo”, por la idea de que las personas compartan lo mismo que cocinan para ellos. No dar sobras sino invitar, simbólicamente, a nuestras mesas a aquellas personas que la están pasando peor que nosotros.
La metodología es sencilla
-Sí, es un proyecto práctico y flexible. Buscamos eso, una idea fácil para que pueda mantenerse en el tiempo. Queremos que esto tenga constancia y se convierta en un hábito el hecho de cocinar un poco más para compartir. Todos podemos hacer ese pequeño esfuerzo. Si todos lo hacemos, se genera una gran red solidaria. Se están dando más de 3000 platos de comida por semana. Cada “Punto Plato” funciona las 24 horas del día para que cada uno pueda compartir su ración cuando quiera y pueda. Hay mucha gente con necesidades y los platos son muy aprovechados.
No solo buscan el acto solidario en sí, sino despertar un efecto contagio de empatía y unión
Sí, desde el principio buscamos eso. Darle un mensaje a aquel que la está pasando peor que nosotros para que sepa que lo registramos, que lo pensamos, que lo vemos y que por eso lo invitamos, simbólicamente, a comer a nuestra mesa. La gente comparte asado, pastel de papa, pizza, milanesas; cosas riquísimas. Muchos cuando dejan el plato ponen cartelitos con frases como “qué tengas buen provecho”, “qué tengas un buen día”. No es solo un plato de comida, hay mucho más atrás de eso; hay un mensaje de acompañamiento al que hoy la está pasando mal. Intentamos que cada “Punto Plato” esté limpio, lindo, bien mantenido y para eso hay un responsable en cada uno, que son voluntarios que nos contactan y se ofrecen. El proyecto se sustenta en el compromiso de cada vecino que tira para el mismo lado. Esta iniciativa nos une, porque a través de ella conocemos muchísima gente. Nosotros les brindamos platos y cubiertos descartables de forma gratuita para que si cocinan pero no saben dónde poner la comida, tengan los utensilios necesarios. El responsable de cada punto los distribuye. Así se genera una vinculación y conexión entre los propios vecinos que quizá antes no se conocían, motivados por el hermoso pretexto de la solidaridad y la empatía.
Ese proyecto impulsado por tres amigos, hoy es de todos
Totalmente. La gente se fue identificando con el proyecto y tomándolo como propio. Es lo que buscamos. Los vecinos se empezaron a hacer responsables y charlan entre ellos para ver si algún punto necesita algo. Se generó algo mucho más allá de un plato de comida. La idea es que sigamos creciendo, contagiando y se mantenga el hábito de tener presente al otro que posee menos que uno. Muchos que se quedaron sin trabajo nos han contactado para decirnos que gracias a este proyecto, comen. Nos dejan carteles de agradecimiento en los cajones. Esas cosas reconfortan mucho.
¿Cómo puede colaborar o sumarse a la iniciativa la gente?
Difundiendo la idea. Nos pueden contactar a través de la cuenta de Instagram @ servirunplatomas y allí se pueden fijar cuál es el punto más cercano que cada uno tiene para cocinar un plato y dejarlo. También pueden donar descartables, pinturas o precintos; que son los materiales que necesitamos para mantener cada punto. Nunca vamos a pedir dinero.
Los “Punto Plato” que hay distribuidos por Belgrano, Núñez y Colegiales son: Tamborini y Ciudad de la Paz, Dorrego y Cabildo, Juramento 2850, O’ Higgins y Monroe, Olleros 1763, Cabildo y Céspedes, Cuba y Manuela Pedraza, Arias 1620, Av. Del Libertador 6335, Cabildo 2921, Av. Elcano 3278, Monroe 3246, O’ Higgins 1987, Federico Lacroze 3636, Monroe 2492, Vuelta de Obligado 2257, Vidal 1745, Cabildo y Jaramillo, Echeverría y Freire.