¿De qué hablamos cuando nos referimos al premio más deseado de las máquinas tragamonedas? Pues al bendito Jackpot, la recompensa que acumulan los sistemas mecánicos e informáticos de juegos que son pasión de multitudes. Como todo, tiene su historia, sus casos célebres y un futuro por delante, que (como no puede ser de otra manera) es “digital”.
Hace mucho mucho tiempo…
Dicen que los orígenes de esta costumbre de acumular un pozo en un juego para que un solo afortunado lo obtenga (tal cosa es el Jackpot) viene de la antigua China de miles de años antes de Cristo, como sucede también con otros usos en los divertimentos de azar. Pero no está comprobado históricamente, y por el paso de tantos siglos ya es poco probable que se verifique.
Más creíble es la tesis de que se impuso a partir del siglo XIV en Europa, junto a la gran difusión que tuvieron por entonces todos los juegos que hoy, con variaciones mayores o menores, encontramos en un casino. Ahora no es solo patrimonio de las máquinas tragamonedas. También puede haber atractivos Jackpots en juegos con cartas, bingos y loterías. De hecho, en cuanto a las loterías (juego que sí sabemos que es originario de los más remotos tiempos, desde el antiguo egipto de los faraones, concretamente) ya casi no es posible encontrar alguna que no incluya un pozo extra además de sus premios ordinarios, al cual puede accederse acertando alguna combinación de letras y/o números impresos en el billete.
En los casinos físicos tanto como en los casinos online, los jugadores de Poker también pueden ganar un buen Jackpot. En general, se les propone hacer una apuesta extra, que forma el pozo que luego será el premio especial. En el video Poker es frecuente que se utilice esa recompensa extra como atractivo para que los participantes hagan las apuestas máximas.
Pero lo más popular es…
El jackpot de las tragamonedas, por supuesto, es el más conocido, promocionado y deseado.
Aquí podemos diferenciar entre las tragamonedas (virtuales o físicas) que tienen un jackpot fijo, y las que tienen uno progresivo. El primero ofrece siempre el mismo monto de recompensa, independientemente de la cantidad de jugadas que se hagan en ella. Los progresivos son aquellos en que una pequeña parte de cada apuesta se destina a formar el pozo especial; o sea que son más atractivos, porque cuanto más se juega más grande es el Jackpot.
Y son estas el objeto de estudio de los jugadores avezados, que con diversos métodos indagan las posibilidades de ganar el Jackpot, analizando cada secuencia numérica que surge, buscando patrones y utilizando estadísticas, y todo para tratar de poner la suerte de su lado. Porque, no podemos olvidarlo, el factor suerte es determinante.
Sino que lo diga el ganador del más grande pozo que ha dado una máquina en toda su historia: un británico de 26 años ganó nada menos que 17,8 millones de euros en 2015.