El Barrio Parque Gral. Belgrano, lentamente, va dejando de ser Barrio Parque como fue diseñado en 1925 por el prestigioso paisajista Jean Claude Nicolas Forestier a pedido el intendente Dr. Carlos Noel.
En 1934 se vendió parte para hacer una cancha de fútbol que ha transformado en crítica la situación de los vecinos que viven con polución sonora, daños, encierro, clausuras, ocupación del Espacio Público con oficinas portátiles y máquinas de control, riesgos edilicios y personales durante eventos. Próximamente tendremos 12/14 recitales, casi día por medio, lo que invalidará superlativamente estos inconvenientes.
También se instalaron otros clubes en su entorno, una universidad y por ley de cambio de zonificación, edificios (casi todos oficinas) en sus límites, lo que motivó que se convirtiera en una gran playa de estacionamiento intensificando el tránsito interno acompañado de bocinas permanentes de indolentes y transgresores.
Luego hubo otros casos de cambio de zonificación y “excepciones al código”, y en estos momentos, se está pasando por otra situación similar con un proyecto de construcción en los pulmones de manzana y posibilidades de aumentar los metrajes ocupacionales de los lotes, lo que traerá aparejado refacciones para viviendas multifamiliares.
El broche de oro es el pretendido cambio de nombre de nuestra querida plaza Dr. Fleming por el cantautor Luis Aberto Spinetta, buena persona y mejor músico. Como primera instancia es de recordar que en Villa Urquiza existe ya una estatua y, a su nombre, un túnel ferroviario en la misma zona. En segunda instancia debemos prevenir que la actual plaza Fleming se torne un lugar de presentaciones, actividades públicas, concurrencia de afectos a la música, con sus costumbres, o se transforme en un lugar de reuniones multitudinarias.
El Barrio Parque Gral. Belgrano está en vísperas de convertirse en tierra de nadie cuando sus vecinos tradicionalmente cuidaron de su paisaje y confort barrial. Señores del cuerpo legislativo y ejecutivo, creo que llegó la hora de recapacitar sobre estos acontecimientos y contribuir a rescatar esta parte de la ciudad por todas estas instancias pasadas, presentes y futuras y devolverle al barrio, aunque sea, parte del prestigio perdido.
Ricardo Emilio Scorticati