Un día como hoy pero hace seis años, el 27 de octubre de 2016 alrededor de las 20 horas, Silvina Urbina fue atropellada en Av. Cabildo entre Blanco Encalada y Olazábal cuando circulaba en bicicleta en dirección a Palermo.

El único testigo fue un colectivero que vio cuando la ciclista se metió queriendo pasar por la izquierda a un camión lleno de brea y este la cerró atrapándola con las ruedas traseras. La mujer quedó debajo del camión siendo despedida a metros. El camionero siguió su camino sin parar a ver que había sucedido, mientras que Silvina falleció.

El 06 de Noviembre de 2016, se colgó una bicicleta blanca en el lugar del hecho, para que toda persona que pase por ahí recuerde a Silvina. La “bicicleta fantasma” es una bici pintada de blanco que es encadenada en los lugares donde un ciclista ha tenido un accidente mortal. El movimiento de las bicicletas fantasma surgió en 2003 en Misuri, Estados Unidos, cuando una chica murió embestida por un coche. A los pocos días sus amigos pintaron de blanco una bicicleta y la colocaron allí donde perdió la vida. Estas bicicletas son un recuerdo póstumo en memoria de un ciclista fallecido, y una denuncia sobre el derecho de todo ciclista a circular seguro.

El movimiento de las bicicletas fantasma pretende recordar a las víctimas y alertar a las autoridades y ciclistas de la peligrosidad de determinadas calles y carreteras. En la página web www.ghostbikes.org se sitúan cada una de estas muertes con un globo en el que puede leerse el nombre de la víctima, su edad y el lugar donde ocurrió la tragedia.

Estas bicicletas funerarias, previamente se inutilizan, se le cortan los cables, se le quitan los frenos y las luces, se pinchan o desinflan las ruedas; en definitiva, lo que queda es pura chatarra sin ningún valor, nada más que el recuerdo de una desgracia. Luego, le dan varias capas de pintura blanca y la dejan secar. Cuando está lista, la atan con una cadena y un candado en el lugar donde se produjo el siniestro. Una placa grabada con el nombre de la víctima, el día del accidente y unas flores recuerdan que quien murió allí viajaba sobre dos frágiles ruedas y tenía un nombre y un apellido.

En la zona hay otras bicicletas blancas colocadas en homenaje a ciclistas atropellados, en Av. Balbín y Monroe, en Av. Del Libertador y F. Lacroze y en Superí y Av. Elcano.