Cualquier persona que no sea vecino de la Comuna, si transita ocasionalmente un sábado por Monroe y Ciudad de la Paz, se preguntará, indefectiblemente, qué sucede en una de sus esquinas. Es que a ojo de nadie pasa desapercibido el tumulto de gente que allí se congrega, interactuando muy concentrados entre sí. Se trata del punto de encuentro donde los coleccionistas del álbum del Mundial de fútbol se juntan a cambiar figuritas. Una postal que ya es un clásico para el barrio en la previa a cada certamen mundialista.
¿Por qué esa intersección de Belgrano es la elegida por los fanáticos como punto de encuentro? Simple: allí, sobre Ciudad de la Paz, a pocos pasos de Monroe, está “Cromy Club” distribuidora oficial de Panini. Hace ya mucho tiempo que, cada cuatro años, se lleva a cabo el ritual para los amantes coleccionistas de ir a cambiar figuritas los sábados durante la mañana y toda la tarde. En ciertos momentos del día, es realmente mucha la gente que se aglomera, debiendo un transeúnte bajar a la calle para poder pasar. Si bien los lugares en donde se presenta la posibilidad de cambiar figus son variados: colegio, universidad, oficina, club; pocos son más eficaces que este, debido a que van mega “equipados” con plantillas Excel y demás soportes en donde cada uno lleva, detalladamente, cuál figurita le falta y cuál tiene repetida. En algunos casos parecen ellos mismos los entrenadores de alguna selección por la planificación que tienen en sus apuntes, cuadernos, etc. Segmentar un tipo de público es imposible: van niños, adolescentes, adultos, mujeres, de todas las edades.
Para muchos es también, además del fin de cambiar figuritas, una linda excusa para compartir un momento entre padre e hijo, madre e hijo, amigos, y demás vínculos sociales. Hay gente que se conoce allí y generan buena onda. Al pasar se respira la agradable energía que se emana de estos encuentros. Por supuesto, la parte negativa, para aquel vecino que no está implicado ni le interesa el tema, es la incomodad para circular por esa esquina, que se extiende algunos metros hacia Ciudad de la Paz.
“Mi Belgrano” estuvo presente uno de los sábados y dialogó con algunas de las personas que ese día se acercaron. Por parte del público más pequeño, la exaltación por encontrar algunas de las figuritas que les faltan, es lo que más los moviliza. Varios de ellos estaban con indumentaria de algún equipo, otros terminaron su actividad deportiva de sábado con su club y fueron para allí. Si bien todos los niños están acompañados de adultos, no solo estos últimos van como compañía; muchos, con o sin hijos, se acercan por ellos mismos, ya que también coleccionan. Consultando a algunos, nos comentaron que coleccionan hace varios mundiales y lo toman como un hobby para desconectarse de la rutina diaria. Hay adolescentes que concurren en grupitos de amigos.
“Venir acá a cambiar figuritas lo tomamos como un plan de sábado. El nene se entretiene y ver cómo le pone toda la pasión para llenar el álbum, me alegra”, nos contó un padre.
“Traje a mi hijo y un amiguito, se vuelven locos por conseguir las figus que les faltan”, comentó una madre.
“Vivo acá cerquita y mis papás me dejan venir a cambiar figus”, nos dijo un nene entrando en la adolescencia.
“Esto es para grandes y chicos”, explicó un hombre que estaba solo.