Belgrano es uno de los barrios porteños con más construcciones en vertical, principalmente en la zona céntrica el paisaje edilicio es absoluto. Si adquiriéramos un tono fantasioso al estilo de Stephen King, podríamos decir que mientras la ciudad duerme durante la noche, los edificios se reproducen indiscriminadamente, sensación no muy lejana de la realidad: por cuadra se pueden encontrar entre dos y tres obras en construcción. Todo edificio tiene su encargado, personajes indispensables para el día a día del mismo. Cada uno posee sus ricas historias y en Mi Belgrano las vamos a contar junto a ellos. Hoy conocemos a Martín Oscar Araujo.

¿Hace cuánto trabajás por la zona?
Trabajo como encargado y vivo hace ya 25 años en la zona de Mendoza y Vuelta de Obligado. Antes de venir para aquí vivía en Recoleta. Belgrano siempre me gustó y tenía la intención de en algún momento vivir por acá.

¿Cómo comenzaste en esta profesión?
Soy hijo de encargados, mi madre era encargada del edificio donde vivíamos en Recoleta. Por ende, la profesión la fui mamando, asimilando y conociendo desde chiquito. Esta profesión la tengo incorporada de jovencito, y cuando se presentó la posibilidad, por intermedio de una señora conocida de mi esposa que me dijo que estaban necesitando un encargado por la zona de Belgrano, no lo dudé. Hice la prueba, quedé y hace 25 años que estoy.

¿Qué es lo que más te gusta del barrio?
Me gusta Belgrano porque es una transición entre el centro de Buenos Aires, la parte más “enquilombada” y la zona de barrio más tranquila; está a mitad de camino entre ambas. Por partes no deja de ser barrio, pero a la vez tenés todo cerca en cuanto a lo comercial. Me encanta también la movilidad, es una zona muy cómoda en ese aspecto, todo tipo de transporte te deja en Belgrano y te lleva hacia muchas otras partes. Tiene mucha belleza y lugares pintorescos, aunque estoy notando en los últimos años, y es lo que menos me gusta, un deterioro, en cuanto a que fue decayendo en ciertos aspectos, no me gusta ver ese abandono. Noto bastante suciedad, mucha gente en situación de calle. Eso es una lástima porque, por ejemplo, la zona de la iglesia La Redonda es muy linda, pero se la ve cada vez peor.

¿Cambió mucho la zona?
Sí, cambió bastante. Cuando yo vine por la zona donde vivo y trabajo encontrabas chalets, caserones, que hasta han sido embajadas. Con el paso del tiempo las han tirado abajo y construido esos edificios que los hacen en un ratito, con materiales muy económicos que distan muchísimo de las construcciones de antes. En ese sentido el cambio fue impresionante.

¿Cómo es el trato entre inquilinos/propietarios y encargado?
En mi caso, tengo buen trato. A todos intento ayudarlos. En mi edificio hay 82 unidades y con la mayoría tengo un trato sumamente correcto y así la convivencia se hace llevadera. No es todo color de rosas, pero va bien.

¿Qué tal es la cultura de los vecinos en relación a los residuos?
En mi edificio está la opción para separar los residuos en basura y reciclable, pero muy poca gente respeta o conoce. No tienen mucho reparo en la división. Creen que un cartón por más que esté sucio es reciclable. O mezclan las basuras, algo reciclable como ser una botella con cosas húmedas o restos de comida. No hay mucha conciencia de la gente al respecto. Hay varias campañas de la ciudad para informarse, pero aún falta.

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