A través de los recuerdos podemos viajar en el tiempo. Volver a aquellos días añorados que llevamos guardados en lo más profundo del corazón. Los recuerdos iluminan rincones del barrio que sobreviven y otros que ya no están. Así vemos imágenes de lugares que marcaron nuestras vidas. Si pudiéramos regresar el tiempo atrás, seguramente de la mano de aquellos que ya no están, volveríamos a algunos de aquellos sitios donde dejamos un granito de nuestra felicidad. Los recuerdos, a veces, pueden ser hermosos. Con motivo de celebrarse el 23 de noviembre el aniversario del barrio de Belgrano, le propusimos a los vecinos: cerrar los ojos, soñar con los viejos tiempos y volver a vivir aquel día, en aquel lugar. Reproducimos a continuación, el testimonio de algunos vecinos del barrio.

  • Diego: “En José Hernández entre Cuba y Vuelta de Obligado estaba el Goethe Schule. Parece mentira que de algo tan grande e imponente que ocupaba toda la cuadra, sólo quede el recuerdo”.
  • Liliana: “Me gustaría volver al colegio Santa Ana en la década del 60/70. Hoy 47 años después de habernos recibido, nos seguimos encontrando y reuniendo. Ninguna otra amistad ha sedimentado bases como esta”.
  • Marina: “Vivo en Belgrano de toda la vida. Volvería a los tiempos en los que predominaban las casas y los chicos jugaban en las veredas. Han destruído este barrio maravilloso con tantos edificios. Hoy me toca caminar buscando el sol”.
  • Noelia: “Llegué a este barrio hace 10 años y me encanta. Lo que me entristece es ver como tiran basura en cualquier lado. En las Barrancas de Belgrano, hay personas que se acercan a pasar el día y dejan todo sucio”.
  • Enrique: “Estoy en Belgrano desde 1965 y vi cambios, no sé si para bien o para mal. Los cines desaparecieron de Cabildo y las veredas de esa avenida ya no son las mismas, se han achicado”.
  • Patricia: “Quisiera volver a cuando la Avenida Del Libertador todavía no comenzaba a convertirse en una muralla china que bloquea el aire del río y el sol en las veredas, debido a las moles de edificios de oficinas que hoy, en varios casos, están vacías, pero se siguen construyendo”.
  • Esmeralda: “Iría a Modern Saloon en Cabildo y Echeverría a tomar mi Primavera sin alcohol con las amigas del cole”.
  • Griselda: “Llegué a Belgrano en 1981 con 5 años de edad. Viví hasta los 27, en Juramento y Conesa. Recuerdo las casonas sobre Conesa, eran bellísimas. El colegio Belgrano Day School antes de ser ampliado. Mi amada Plaza Castelli con sus hamacas y un tobogán súper alto. La guerra de bombuchas en carnaval. La calesita que estaba ahí y si no me equivoco es la misma que está sobre Juramento y la vía. Los árboles de tipas sobre Conesa y sus flores amarillas. El vivero que estaba donde hoy es la Plaza de los Olmos en Echeverría y Zapiola. Mil anécdotas jugando a las escondidas en la vereda y las carreras de bici con mis vecinos. Hoy sigo en el barrio pero a dos cuadras de Cabildo y Juramento. Imposible no amar a Belgrano, es único”.
  • Marilu: “Con la máquina del tiempo viajaría al año 1930 cuando el barrio era un lugar lleno de casas y mansiones hermosas. Lástima que el progreso fue destruyendo todo. Ahora, cada vez hay más torres que están habitadas parcialmente. Le están quitando el alma a nuestro Belgrano”.
  • José: “Me gustaría volver a 1970, el año en que vinimos a vivir con mis padres. Se estaba construyendo el túnel de Av. Del Libertador que había sido ensanchada hacía muy poco. Todavía había caballerizas, la mayoría eran casas bajas y aún sobrevivían muchos antiguos caserones”.
  • Olga: “Volvería a mi adolescencia, cuando iba a tomar una gaseosa y comer un tostado en Quincy. Mí esposo volvería a la pizzería Llao Llao por una porción de muzza. Amamos el barrio”.
  • Lucia: “Nací en Cabildo al 2700. Lamento que se hayan destruido todas las casonas hermosas que había en el barrio, sin intenciones de conservar la historia. Por eso no tenemos ninguna tradición. Belgrano fue un barrio con mucha historia y no se ha conservado nada”.
  • Federico: “Extraño el local de locuras de Monroe y Ciudad de la Paz. Allí compraba entradas para los recitales. Era mi momento de felicidad sabiendo que iría a ver a mi banda favorita. Era toda una liturgia”.
  • María Elena: “Soy vecina del Barrio hace mas de 30 años. Me gustaría ver abierta nuevamente como Café Concert a la Casona de Zapiola y Mendoza donde existe uno de los primeros aljibes de Buenos Aires. Recuerdo los intentos que la familia hizo para que la Gestión apoyará económicamente el mantenimiento acompañado de políticas de promoción de su uso con fines culturales y sociales. Participé de esas reuniones como miembro en esos años del Consejo Consultivo Comunal. Antes se podía visitar, recorrerla y tomar un café. Al igual que el Palacio que está frente a la Plaza Castelli. También sería auspicioso que se repare la estatua del Gauchito Gil en el Playón de la Estación Belgrano R. Una imagen popular que un día apareció allí y un símbolo de creencias en un lugar que pasan muchas personas que trabajan en el barrio. También pediría una nota especial que recuerde la lucha vecinal  donde participó activamente Federico Lupi y resistimos a qué allí instalaran un supermercado. Siempre recuerdo con cariño el vivero de Ulmann dónde se podía circular entre las plantas como un espacio abierto”.

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