Nadie sabe cómo, ni cuándo, ni por qué, un hombre apareció una noche durmiendo junto al portón de la cochera de un edificio de Villa Urquiza. Al principio la gente se acercó, trató de ayudarlo, de explicarle que era un lugar peligroso. Pero el amigo de la calle, parecía no comprender. Otros vecinos ofuscados, llamaron a la policía para que se lo lleve, pero como no cometió ningún delito, los oficiales lo dejaron ahí. Algunas almas solidarias llamaron al 108, fue la asistencia y le ofrecieron ir a un refugio pero el hombre rechazó la ayuda. Poco a poco se fue transformando en parte del paisaje, se volvió invisible al ojo ajeno. Nadie sabía su historia, ni su nombre, ni conocían su pesar. Aquel hombre siguió durmiendo en las noches frías sobre el cemento. Seguramente un día dejará de estar y nadie sabrá a dónde fue, por qué partió o si sobrevivió a la injusticia de no tener un techo donde estar.

Llamando por teléfono al 108 o enviando por Whatsapp 108 al BOTI (11 5050-0147), cualquier vecino puede pedir que se atienda a una persona en situación de calle. Más de 40 móviles de la Red de Atención recorren la ciudad de Buenos Aires, ofreciendo una asistencia integral inmediata, el ingreso a un Centro de Inclusión Social, alimentos calientes, elementos de higiene y ropas de abrigo. Pero la asistencia no alcanza, porque solo sirve para paliar una realidad, pero no la resuelve, mientras muchas almas solitarias continúan deambulando, pernoctando e inclusive muriendo en las veredas porteñas. La calle no es un lugar para vivir y hasta que no llegue aquel día en que ninguna persona duerma a la intemperie, seguiremos sin resolver esta problemática.

Villaurquiza

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