Colegiales empezó
a cambiar sustancialmente en Enero de 2013, con el inicio de las
obras del túnel que permitirá a vehículos de todo tipo cruzar
por debajo de las vías del tren. Los trastornos producidos por
excavadoras y hormigoneras son apenas un anticipo de la
transformación que sufrirán quienes viven en la zona, una vez
que se habilite el tránsito.
El diseño realizado por el Ministerio de Desarrollo Urbano (MDU)
del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y por AUSA, olvida que
se trata de un nodo barrial con características particulares.
“Sólo pensaron en la agilización del tránsito, nada más.
Definitivamente no han pensado en la gente”, señalan los
vecinos.
Se están construyendo dos pasos peatonales bajo nivel: uno
accesible a través de una escalera de 1 metro de ancho, a pocos
pasos de la Estación Colegiales por donde pasan 88 trenes
diarios con un movimiento superior a las 4000 personas diarias,
y cruzando Lacroze, una rampa de 50 metros de extensión (en dos
tramos de 25), 1,30 de ancho y con una inclinación del 8%, que
impide la autosuficiencia de personas con discapacidad,
dificulta el paso a personas mayores con carritos de compras o
andadores, madres o padres con cochecitos de bebés, etc. “En
todo momento, pero fundamentalmente cuando llegue el tren, la
gente querrá pasar y habrá atropellamientos entre los mismos
peatones. La escalera es intransitable y la rampa tampoco podrá
absorber todo el caudal de personas transitando por allí. Se
está construyendo una trampa que pone en peligro a los vecinos”,
afirman.
Los reclamos por el paso peatonal a nivel comenzaron en abril de
2012 y de hecho hubo una promesa gubernamental en ese sentido;
sin embargo el MDU dirigido por Daniel Chaín no hizo nada hasta
el inicio de las obras para cumplir. Con la creciente presión
del vecindario, AUSA hizo un movimiento errático con resultados
previsiblemente negativos. La constancia de un grupo de vecinos
que se reúnen semanalmente, construyendo argumentos,
interpretando la complejidad de la problemática y articulando
las diferentes instancias gubernamentales que podrían analizar
la cuestión de una manera integral. Así, se logró realizar una
reunión conjunta entre el Ministro Chain, el Director de
Seguridad Ferroviaria de la CNRT y un grupo de vecinos, donde
quedó expuesta la opinión del funcionario porteño, tendiente a
la mayor eliminación posible de pasos peatonales a nivel, pese a
lo cual ambos aceptaron elevar el reclamo a la Secretaría de
Transporte de la Nación. Ya en Junio se había solicitado a las
autoridades ferroviarias que se abstuvieran de cerrar el paso
peatonal a nivel existente, a la espera de un análisis profundo
de la situación.
El Ministerio de Desarrollo Urbano no solo ignoró durante meses
el pedido vecinal por el paso peatonal. También dilata de forma
extraña la divulgación de información pública: se le ha
solicitado formalmente que exhiba el Proyecto Ejecutivo de la
obra, y el expediente no aparece. Allí se podría determinar, por
ejemplo, cuáles han sido los cálculos realizados para prevenir
las inundaciones, cómo se repondrán todos los árboles quitados
desde el inicio de la construcción del túnel, cómo se prevé
reducir el impacto sonoro de esa caja de resonancia que será el
viaducto, cómo se ordenará el tránsito por Cramer y cuáles serán
las medidas de protección a peatones que utilicen las escaleras
o las rampas (muy próximos a la acera), entre otros temas.
Vecinos colegiales
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