Al caminar por
las calles de nuestro barrio, permanentemente estamos esquivando
excrementos de perros, debido a que muchos dueños no recogen lo
que deja su mascota.
Para luchar contra este problema y generar conciencia en sus
ciudadanos, en el Ayuntamiento de Brunete (Madrid, España) se le
ocurrió la idea de acudir a una empresa de publicidad para hacer
una campaña disuasoria sobre el asunto. Se hizo, pero no dio
resultado. Tras ese primer fracaso, los publicistas concluyeron
que, dado que los infractores parecían olvidarse de los
excrementos de sus perros, lo mejor era activarles la memoria
devolviéndoselos. Así nació el caca express. Un grupo de
voluntarios vigila a los dueños de los perros y cuando ven que
no juntan la caca, se hacen cargo de juntarla en una bolsa y
ponerla en una caja bajo el nombre “objetos perdidos” para
enviárselas por correo postal junto con un aviso de que la
próxima vez recibirían una multa de entre 30 y 300 euros.
Para saber la dirección a donde enviar los excrementos, se
acercan amablemente y le preguntan al infractor por el nombre y
la raza de su mascota. Con esos datos buscan la dirección en la
base de datos del Ayuntamiento, ya que allí es obligatorio
registrar el animal.
Luego de cientos de cajas con excremento enviadas lograron
reducir en un 70% la caca de perro en las veredas aunque
admiten, irónicamente, no saber si se debió a “las multas o a
las cacas”.
La campaña “Cacas Express”, fue realizada por la agencia McCann
y premiada en el Festival Iberoamericano de la Comunicación
Publicitaria “El Sol”, celebrado en Bilbao.
Desechos caninos
La materia fecal depositada en las veredas de la ciudad contiene
muchos parásitos transmisibles al hombre. La parasitosis del
perro que más afectan nuestra salud son: Toxocara canis,
Ancylostomídeos y Echinococcus granuloso.
Si no se limpia, la caca puede ser arrastrada por las lluvias o
lavado de veredas hacia las alcantarillas y contaminar el agua.
También puede ser disecada por el sol y transportada por el
viento en forma de polvo acarreando huevos de parásitos,
bacterias y alergenos, que son peligrosos para la salud.
Si tu vecino pisa la caca, además de no respetar su derecho a
vivir en una ciudad limpia, puede transportar en la suela de sus
zapatos parásitos y bacterias, que luego desparramará por
diferentes lugares y hasta en su hogar.
Por día se recogen de las calles de la ciudad de Buenos Aires
entre 60 y 70 toneladas de caca canina.
En Buenos Aires existe una ordenanza (la número 41831) que
obliga a cada persona a llevar una bolsa y una pala para recoger
la caca de los perros. El decreto 1972 fija una multa de hasta
200 pesos para quién no lo haga. Los adultos deben hacerse cargo
de levantar la caca que sus perros hacen.
Se estima que en Buenos Aires viven cerca de 450.000 perros y
210.000 gatos con dueño. Además, hay que sumarle una cantidad
importante de mascotas abandonadas y sin dueño.
La gran cantidad de animales sueltos y abandonados en la ciudad
afecta la salud ambiental. La ley Nacional 14346 considera que
es un delito abandonar o maltratar a un animal. |