La Pampa y la vía ( 19 de Febrero de 2008 )

Reunión de vecinos ( 14 de Febrero de 2008 )
El Consejo Consultivo Comunal de la Comuna 13 iba a reunirse tal como lo viene haciendo desde fines del 2006 en el primer piso del CGPC 13 de Av. Cabildo 3071 de esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A tal efecto, representantes del CCC se habían reunido previamente el 31 de Enero con el actual director, Sr. Julio J. Bassi, quien los autorizó expresamente para ello durante el mes de febrero.
No pudo ser.

A las 19 horas del 14 de Febrero último, mientras en el CGPC 13 toda otra actividad se desarrollaba sin inconvenientes, los vecinos en un número aproximado de cuarenta personas no pudieron acceder al primer piso del citado Centro por orden expresa del director. Cabe decir que más de sesenta personas, en cambio y a la misma hora, asistían cómodamente a charlas y/o cursos para obtener el Registro de Conducción.

Justamente ese día, preocupados por el tema cartoneros y el asentamiento temporario de éstos en las inmediaciones de Barrancas de Belgrano, se había concitado la presencia de vecinos de la Av. Vértiz y La Pampa y de otras zonas de la Comuna, en un primer encuentro orgánico y formal de análisis del problema desde la óptica de los vecinos, para ver la posibilidad de hallar soluciones temporarias y de fondo para este segmento social y su grave situación.

El bochorno, el congestionamiento y la hacinación a que fueron sometidos estos ciudadanos por la decisión extemporánea de este funcionario. No obstante la indignación y el profundo malestar que la insólita medida produjo, los asistentes no fueron mellados en su objetivo y con todas las dificultades y maltrato a cuestas, igual debatieron el tema, enriqueciéndolo e intercambiando opiniones entre todos los vecinos, en una acabada muestra de democracia participativa.

Tanto fue así, que quedó clara la coincidencia entre aquellos que los tienen frente a sus casas con los vecinos que los asisten en sus reclamos, cual es la reposición del "tren blanco" que les permita regresar diariamente a sus casas con sus familias.

Almuerzo solidario con los cartoneros ( 10 de Febrero de 2008 )

Un Domingo espléndido de sol con una temperatura agradable refirmaba que las nubes habían quedado atrás. El mediodía de Barrancas de Belgrano se mostraba exultante y luminoso.

El barrio chino efervescía de gente de todas las edades y características, ajenas a nosotros. A dos cuadras de allí, vecinos de varios barrios cercanos junto a los de Belgrano, almorzábamos con los cartoneros, en lo que fue el "Primer Almuerzo Solidario" con ellos, con el objetivo de que se les reponga el "tren blanco", eufemismo que tan bien describiera Orlando Barone Domingos atrás en su columna.

Un nutrido y variopinto contingente había ido acercándose -familias, niños, muchos con alguna ayuda alimentaria- y se integraba en jugosa charla con Marcelo que expresaba con gran claridad y más que sólidos fundamentos el porqué de sus pedidos y de su lucha. Noches atrás, en el comedor popular que Carlos Durañona tiene en las Barrancas, junto a él conocí a Roberto, otro excelente comunicador del grupo. Carlos es una persona que merece otras líneas. Irán después; él es motor, soporte, ideólogo, defensor... Juega en cualquier lugar de la cancha. Y lo hace bien.

Ajenos a todo ello, varias criaturas jugaban con las que llegaron con sus padres, en una comunión digna de la mejor religión. A propósito, también llegó desde la parroquia Nuestra Señora de Luján del Buen Viaje su párroco, el padre Claudio, más cerca de Cristo que de la Curia.

La mesa fue cobrando forma sobre el mantel blanco -blanco como el tren reclamado-, y platos, cubiertos, servilletas y gaseosas se hallaban listos para esta nueva comunión: la de los vecinos con nuestros cartoneros de Pampa y la vía.

Llegaron numerosos jóvenes con pintura, cintas adhesivas y, lo más importante, unas ganas enormes de darles una mano. Querían construir juntos un tren blanco simbólico y colgarlo de los árboles como ícono del reclamo y de su presencia indeseada. Indeseada por ellos mismos en primer lugar ya que todos tienen sus casas, sus familias, sus pertenencias, sus mascotas, sus familiares. Su vida en otro lugar.

También indeseados por algunos vecinos de las inmediaciones a quienes su presencia les resulta molesta, lejanos temporalmente de aquella caridad cristiana y también algo lejos del ejemplo de Jesús.

Llegó la primera olla. Un vecino y su esposa fueron sirviéndonos, dignísimos todos del mejor pan. Uno a uno fuimos acercándonos y comiendo ese guiso caliente que, como nunca, tuvo otro sabor. Casi todos repetimos el plato. Luego hubo postres, alfajores y otras cosas ricas.

Sobre el piso, diez a doce muchachos pegaban cartones a modo de grandes plantillas para luego recortar sobre ellas las figuras del tren y sus coches. Menudo trabajo les dio y merecidas felicitaciones recibieron.

Con el producto pintado, una vez secada la pintura se encaramon a los árboles desde donde tendieron un alambre "conductor" y de soporte. De él pendieron los vagones y las pancartas.
TREN BLANCO = DIGNIDAD, TRABAJO Y VOLVER A CASA.

La primera parte, la que corresponde a los vecinos, está cumplida. Un juez ordenó la reposición del servicio. Ahora viene lo que corresponde a los funcionarios. De la Nación y de la Ciudad. A ellos que han asumido esa responsabilidad les corresponde dar solución a este problema. Problema social, económico y político, producto del desastre al que llevaron al país anteriores funcionarios con políticas contrarias a las mayorías y ajenas al sentir de todo un pueblo, por más de treinta años.

1er. paso a cumplir: TREN BLANCO = DIGNIDAD, TRABAJO Y VOLVER A CASA.
 

Carta de los cartoneros a los vecinos ( 05 de Febrero de 2008 )

Sres. VECINOS:

Nos dirigimos a Uds. Con el objetivo de comunicarles los motivos que nos obligan a permanecer en “La Pampa y la Vía”. Estamos forzados a ésto por el corte de suministro del Tren Cartonero realizado el 28/12/07 y que continúa. También es necesario informar a todos los vecinos de Barrancas de Belgrano que no nos vamos a quedar a vivir en este lugar. Sólo lo haremos hasta que se solucione el conflicto del Tren.

Queremos que sepan que lo que reclamamos es el Tren porque creemos que es la única solución racional para resolver el conflicto. Es necesario tener en cuenta que los funcionarios tendrán que presentar con sus nombre, firmas y fechas para evitar todo tipo de malos entendidos

Entendemos que los “Centros Verdes” no son solución ya que es algo del gobierno de la ciudad que dejará a varios compañeros sin trabajo.

Agradecemos a los vecinos que están a favor y en contra de nuestra protesta. Gracias.

Voces Oficiales

Con respecto a la decisión de la jueza que ordenó la reincorporación del servicio del "Tren Blanco" en el ramal Tigre-Retiro, la demanda principal de los cartoneros, el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, dijo que "sigue siendo un parche". “Hay que buscar una solución de fondo con el tema de los cartoneros, que nosotros creemos pasa por acelerar la creación de los centros verdes, plantas donde se hace el reciclado para separar el cartón, pero no en la calle y en condiciones de salubridad que hoy los cartoneros no tienen".

El tren Blanco

La empresa TBA (Trenes de Buenos Aires) apelará el fallo judicial que le ordena volver a poner en funcionamiento el Tren Blanco. Mientras tanto, los cartoneros analizan presentar una demanda penal contra la empresa si no acata la sentencia, informaron fuentes de ambas partes.

Muchas personas siguen acampando en las inmediaciones de la estación de trenes del barrio de Belgrano y la mayoría rechaza trasladarse en los camiones que, como medida paliativa, alquiló el gobierno porteño para reemplazar el tren Blanco.

Historia de un asentamiento ( 23 de Enero de 2008 )

"Si la historia la escriben los que ganan eso quiere decir que hay otra historia, la verdadera historia, quien quiera oír que oiga", dice aquella vieja canción. Aquí no hay ni gana-dores, ni perdedores, los vecinos tienen razón en su reclamo, los cartoneros merecen una vida digna y el Estado debería trabajar en soluciones de fondo.

Esta historia comienza en Diciembre de 2007, cuando TBA canceló el denominado tren blanco, que cada noche transportaba a los cartoneros. Con está medida unas 1.000 personas se quedaron sin poder volver a su casa. Muchos recolectores cambiaron su rutina y buscaron nuevos lugares para guardar lo recolectado. De este modo se instalaron en V. Vertiz entre La Pampa y Sucre y en la Plaza Noruega (Mendoza y Ciudad de la Paz)

El barrio de Belgrano se transformó en un depósito de basura en donde varias personas dejan lo recolectado y, en muchos casos, viven ahí. Los asentamientos se conformaron con refugios de plástico y cartón, montañas de papel, y otros elementos inflamables, que con solo una chispa pueden provocar una tragedia. La basura sumada a las altas temperaturas trajeron consigo roedores y malos olores a un barrio considerado en el análisis del aumento del ABL, como una de las zonas más exclusivas de la Ciudad.

La actividad cartonera debería ser regulada, es indignante la forma en la que trabajan arrastrando pesados carros, revolviendo basura sin guantes, corriendo el riesgo de lastimarse. Por supuesto que esto no justifica la ocupación de un espacio público, los vecinos tienen toda la razón en reclamar, ya que el Estado con el dinero que recauda a través de los impuestos, debe encontrar soluciones a estos temas.

Por otro lado el tema de la vivienda, es un drama que viven muchos Argentinos, y no solo la clase baja, muchas personas de clase media, están imposibilitadas de acceder a un crédito y sus ingresos no alcanzan para pagar unos alquileres muy elevados.

Vecinos que pagan impuestos caros, y reclaman con mucha razón, Cartoneros que viven en pésimas condiciones, Empresas como TBA que poco contribuyen, y un Estado que no resuelve los problemas de fondo. Todos los ciudadanos de esta ciudad, merecen tener una vivienda digna y un trabajo digno. De nada sirve estar bien, si a nuestro alrededor hay gente sufriendo. Luchemos por defender nuestros intereses y los de nuestros prójimos, para poder vivir en un Bs As en el que no haya más penas ni olvidos.

Asentamiento cartonero. Parte 4 ( 23 de Enero de 2008 )

En la noche del Martes 22 de Enero, algunos de los cartoneros fueron desalojarlos de la Plaza Noruega. Algunos cartonero que se resistieron, fueron sacados por la policía en la mañana del Miércoles 23 de Enero.

Mientras tanto en Virrey Vertiz entre La Pampa y Sucre, si bien la mayoría de los cartoneros se retiraron, queda un grupo reducido ocupando un espacio que estado cercado con alambres.

Asentamiento cartonero. Parte 3 ( 21 de Enero de 2008 )

Escuche en varias radios que este Asentamiento ya no se encontraba en Virrey Vertiz entre La Pampa y Sucre, ya que el gobierno los había sacado. Al vivir cerca del lugar, me acerque con entusiasmo, creyendo que habíamos logrado el cometido. Al principio creí que ya no estaban, pero al acercarme note que habían quedado algunos varios. Esta claro, con las fotos (sacadas hoy 21 de Enero a las 20.40) que este asentamiento no se ha "mudado" definitivamente.

Asentamiento cartonero. Parte 2 ( 18 de Enero de 2008 )

Quiero expresar mi preocupación por un nuevo asentamiento de cartoneros que se ha constituido en la plaza delimitada por las calles Mendoza, Ciudad de la Paz, Juramento y Amenabar.

Además del espantoso aspecto, debemos sufrir los olores nauseabundos de la zona porque obviamente el lugar no cuenta con servicios sanitarios.

Como es posible que la policía permita la ocupación de espacios públicos, cuyo mantenimiento pagamos todos los vecinos de Belgrano con el gran incremento de nuestros impuestos. Yo ya hice las denuncias pertinentes, pero temo que como todo caiga en saco roto y que en pocos meses tengamos en nuestro hermoso barrio una descomunal villa miseria imposible de erradicar.

Cabe señalar que no sólo es preocupante el deterioro de la imagen del barrio, sino el aumento de la inseguridad que este tipo de situaciones genera.

María.

Virrey Vertiz entre La Pampa y Sucre, dónde hace un tiempo funcionaba una calesita, está tomado por un grupo de cartoneros. Nos llegaron muchos emails de vecinos preocupados.

* Estimados Señores:
Estoy buscando en Internet la manera de contactarme con el Consejo, Comisión o Centro de Vecinos (no sé si es una entidad armada por vecinos del Barrio de Belgrano). Como no encuentro nada concreto, quería pedirles si pueden enviarme por esta misma vía la manera de poder contactarme con ellos (siempre y cuando se trate de una entidad que esté formada por vecinos interesados en el barrio, sin fines políticos).

Soy vecina del barrio y estoy sumamente preocupada por el asentamiento de cartoneros (que puede muy bien terminar siendo una nueva villa de emergencia), que, como seguramente Uds. ya se habrán percatado, están instalados en el predio (ubicado entre la vía del ferrocarril que va desde Retiro hacia Tigre y viceversa, entre las calles La Pampa, Virrey Vertiz y Sucre.

Entiendo que si los vecinos no nos ocupamos de este tema, nadie hará nada para que no se forme la Villa arriba mencionada.

Desde ya muchas gracias y a la espera de su información, saludo muy atentamente.

* Me dirijo a Ustedes a los efectos de PONER EN VUESTRO CONOCIMIENTO LA EXISTENCIA DE UN GRUPO DE CARTONEROS QUE OCUPA ILEGALMENTE LA PLAZOLETA Y/O EL TERRENO UBICADO ENTRE LA PAMPA, SUCRE, VIRREY VERTIZ y LAS VIAS DEL TREN LINEA MITRE (cercano a la Estación Belgrano C) DESDE HACE UNOS DÍAS, situación que genera sorpresa, temor, inseguridad y suciedad en la zona, tanto para vecinos, comerciantes y transeúntes.-

Debido a ello, tenemos miedo de salir de nuestras casas, a ser objeto de agresiones, robos o hurtos, o maltratos, por estar cerca de la zona, vivir, comerciar y/o transitar cerca de allí. Los Cartoneros trajeron numerosas cosas, paquetes y bultos, que a veces tapan toda la cuadra, lo cual también impide transitar por la vereda para ir a tomar el colectivo (hay numerosas paradas de colectivos en esa cuadra) y no permite la correcta visión de las vías del tren, lo cual trae nuevos peligros, generándonos temor e inseguridad a TODOS.-

La plazoleta y/o terreno mencionado no pertenece a los Cartoneros, por lo tanto es ilegal que formen allí un asentamiento y/o la ocupen ilegalmente.-

Los vecinos de Belgrano tenemos nuestros derechos protegidos por la CONSTITUCION NACIONAL (de propiedad, de igualdad ante la ley, de trabajar y ejercer industria lícita, de peticionar a las autoridades, de defensa en juicio, etc. en los arts. 17,14, 14 bis, 16, 18 y 19 y concordantes de la C.N.) y el marco legal y reglamentario, que deben ser respetados, todos cumplimos con nuestras obligaciones y los que somos propietarios hemos sufrido el impuestazo del ABL. Nuestros derechos se ven afectados por la existencia del Grupo de Cartoneros en la zona como ya hemos descripto.

Las Autoridades Policiales deben sacar a los Cartoneros del Terreno y/o la Plazoleta mencionada en forma URGENTE, y establecer UN CONTROL POLICIAL PERMANENTE para que se impida que los Cartoneros u otros intenten ocuparla ilegalmente o formar un asentamiento.

Muchas gracias

* Estoy preocupado por la "toma" de la plazoleta entre la Pampa y Sucre de familias enteras de cartoneros. El Estado ausente, para Todos..., para los que menos tienen y para la clase media que le aumentan el ABL cuatro veces mas.

Los vecinos vemos nuestro esfuerzo de años, hecho trizas y las Instituciones, no responden con la celeridad del caso. Gob. de la Ciudad, Nacion, CGP, etc.

Los vecinos, solicitamos que esa plazoleta, sea parquizada (extensión natural de las Barrancas de Belgrano), ganada como espacio publico y mantenida como corresponde.

Según conversaciones con el CGP, es un terreno que tiene injerencia la ONABE y que "aparentemente" es privado. Primer pregunta, ¿un espacio publico, puede ser privado? Siiii, por supuesto!!!! Privado de seguridad, privado de limpieza, privado de iluminación, privado de mantenimiento.

Segunda pregunta, de ser privado, ¿quien o quienes son los titulares y pagan los impuestos correspondientes?

Disculpas, pero desde el 2002 y con la gestión de Lucia Baez que parecía que le iban a levantar los cordones para que no se estacione, se agregaban algunas plantas con algunos bancos y se ganaba el espacio para la Ciudad..., al día de hoy..., de mal en peor.

Saludos

* Buenos días, "Mi Belgrano", les escribo para informarles que entre La Pampa y Sucre, sobre Virrey vertiz, frente a las barrancas de Belgrano hay un asentamiento de una multitud de cartoneros. Me gustaria que lo publiquen así entre todos los vecinos podemos exigir el levantamiento, antes de que sea demasiado tarde.

Al no estar el tren blanco, los cartoneros se han apropiado de esa zona, y ha aumentado la inseguridad para los peatones y autos que paran en los semáforos, se han incrementado los robos. Hay que encontrar una solución, no solo por nosotros, sino también por las criaturas que se encuentran allí con sus padres y deben afrontar la lluvia o el rayo del sol, y ellos no tienen la culpa.

Gracias

Grandes generadores de residuos ( 31 de Octubre de 2007 )

Once mil grandes generadores de residuos de la ciudad (comercios, bancos, supermercados, restoranes, shoppings y escuelas privadas) comenzaron a separar la basura entre desechos secos y húmedos, los cuales serán recolectados por cartoneros y empresas de higiene.

El Ministerio de Medio Ambiente porteño decidió así la incorporación de estos generadores de basura al programa de disposición diferenciada de residuos del cual ya participan hoteles de lujo, edificios de más de 19 pisos y oficinas del barrio de Puerto Madero.

Para eso, el ministro del área, Juan Manuel Velasco, firmó la resolución 808 con el propósito de ampliar la cantidad de rubros que participen de la separación de residuos entre secos y húmedos e incorporar, en consecuencia, a 11 mil grandes generadores. De esta manera, se incluirán comercios, industrias y empresas de servicios que posean más de diez empleados a su cargo por turno y bancos, entidades financieras o aseguradoras.

Los desechos secos, plástico, papel, cartones, vidrios y aluminios, serán recolectados por los cartoneros, quienes trasladarán el material a los centros de acopio y clasificación distribuidos en la Ciudad para su posterior reinserción en la industria. En tanto, los residuos húmedos, por ejemplo comida, serán recolectados por las distintas empresas de higiene urbana, según la zona correspondiente.

El 15 de agosto, el Gobierno porteño lanzó una campaña de separación en origen que obligó a los grandes generadores, incluidos en la Resolución 50, a diferenciar sus residuos entre secos y húmedos. Se considera grandes generadores a hoteles de cuatro y cinco estrellas y también a todos los edificios públicos del Gobierno porteño, la Corporación Puerto Madero y los edificios que tengan una altura superior a 19 pisos. En ese marco, entre Septiembre y Octubre se multó a siete hoteles de lujo de Puerto Madero por no adherir al plan de separación con sumas que alcanzaban los 50 mil pesos.

El Ministerio decidió, entonces, ampliar la cantidad de rubros a los cuales abarcaba la iniciativa ambiental con el propósito de enviar los residuos secos a los centros de acopio. Así, los cartoneros urbanos que integran el registro del Gobierno porteño accederán a una mayor cantidad de material.

Ley de Basura Cero ( 22 de Marzo de 2007 )
Con la presencia de más de 40 representantes de organizaciones ambientales, de cartoneros, empresarias y académicas, culminó el último plenario del proceso participativo de la reglamentación de la Ley de Basura Cero y se logró el consenso para el texto definitivo del decreto reglamentario. Luego de la sanción de la Ley Nº 1.854 de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos, conocida como Basura Cero, se adoptó un proceso participativo para llevar a cabo su reglamentación. El objetivo fue trabajar en conjunto y lograr una propuesta que integre las diferentes opiniones, criterios y conocimientos técnicos de los representantes del Consejo Asesor Permanente –CAP- y de aquellas organizaciones y asociaciones civiles con incumbencia en el área. La nueva legislación introduce el principio de reducción progresiva de la disposición final de los residuos sólidos urbanos - con plazos y metas concretas- por medio de la adopción de un conjunto de medidas orientadas a la reducción en la generación de residuos, la separación selectiva, la recuperación y el reciclado. Hacer un clic aquí para bajar la ley 1854

Cuarenta mil cartoneros hay en esta ciudad, cuarenta mil cartoneros y ninguna ilusión. Por las noches invaden las calles, no hay laburo pero si hay cartones, diarios, papeles, vidrios, etc.

Buenos Aires, "Ciudad de pobres corazones", "La reina del Plata", se llena de changuitos manejados por los cartoneros, que revisan las bolsas de basura, juntan lo que sirve y lo venden, no recaudando mucho más de diez pesos diarios, unos 3 dólares.

Los cartoneros, chocan continuamente con dificultades. Un chico murió porque revisando las bolsas, sufrió un corte, y para aplicarle la antitetánica en un hospital público le pidieron que comprara el suero en la farmacia. Por tal motivo se están desarrollando campañas de vacunación para proteger a los jóvenes que están en el oficio.

El Gobierno de la ciudad, intentó darle una ayuda a los cartoneros, distribuyendo bolsas verdes, exclusivas para papeles y cartones, así dejarían de correr riesgos a la hora de revisar la basura. Supuestamente en los supermercados, fácilmente se pueden conseguir estas bolsas, pero la realidad indica que a veces, en la puerta de los Super, están repartiendo folletos promocionando "la campaña de recolección diferenciada", pero a la hora de pedir las bolsas en las cajas, estas escasean.

La sociedad de a poco despierta de tantos años de indiferencia, y muchos vecinos separan la basura y personalmente, entregan a los cartoneros, bolsas con papeles y cartones.

El negocio de la basura. Por Esteban Magnani

Casi 50 mil personas viven de la basura. En estos años de crisis se fue desarrollando una pirámide del reciclado, donde los cartoneros están en la base. Luego se ubican los acopiadores y más arriba los recicladores.

La industria de la basura mueve millones. La Argentina produce anualmente unos 12,3 millones de toneladas de basura con un costo altísimo que, sólo en la ciudad de Buenos Aires, implica un costo de recolección de 13 millones de pesos por mes. Otro costado de esa actividad son los cartoneros que viven de la basura y cuyo número oscila en cerca de 40.000, aunque los Domingos a la noche, el momento de mayor trabajo, pueden llegar a ser 50.000, según cálculos de varias ONG. Las cifras son variables porque el negocio es precario y cambian según el oleaje de la economía. En esta “industria” hay dos extremos que se tocan. Por un lado, una masa de gente en extrema necesidad dispuesta a trabajar por una ganancia muy exigua y, por el otro, la urgencia ecológica de que ya no hay dónde poner el cerca de kilo y medio diario de basura que produce un ciudadano porteño por más dinero que se gaste.

La base
Debajo de la pirámide del reciclado están los cartoneros que, en realidad, deberían llamarse “plastiqueros”, ya que el mercado del reciclado es muy fluctuante y el valor de los materiales varía mucho. Mientras que el kilo de cartón vale cerca de 20 centavos al pie del carrito, un kilo de PET (botellas de gaseosas, sobre todo) se puede vender a un acopiador por 40 centavos el de color y 60 el transparente (al que llaman “cristal”). En el mejor de los casos, una familia puede juntar en una muy buena noche unos 80 kilos de materiales, que vendidos a un promedio de 50 centavos el kilo le brindarán unos 40 pesos.

Pero no es tan fácil: para llegar a esas cifras tienen que darse varias condiciones. Primero, que no llueva. Si vive cerca de una estación de la que sale un tren para cartoneros, puede negociar con sus pares una zona para él. Mientras no la abandone por demasiado tiempo, puede confiar en que nadie le saque el material de sus manzanas. Además, es probable que con el tiempo los porteros, vecinos y comerciantes lo reconozcan y le den lo reciclable ya separado, sea por solidaridad o para evitar que rompan las bolsas.

Para los que viven lejos de las estaciones de tren (Esteban Echeverría, Laferrère, Virrey del Pino, etc.), el tema es más complicado. El camionero que lo lleva se queda con un 20 por ciento del material y les gestiona las ventas. En el interior, la situación es más complicada porque en las ciudades pequeñas suele haber un solo comprador que pone los precios a gusto. Un cartonero de Suárez afirmó a Cash que en una buena semana se podía llevar unos 200 pesos. “Ahora hay más plata en el barrio. Hay más trabajo y menos competencia. Por eso, si salís encontrás más material en la calle”, aseguró.

Un escalón
Representante del escalón siguiente de la pirámide es la Cooperativa Tren Blanco, un grupo de 10 ex cartoneros que vieron que la mayor parte de la ganancia se la llevaban los acopiadores y decidieron hacer las cosas de otra manera, es decir, pagando mejores precios en su barrio, Suárez, y llevándose algo más a casa. La historia comenzó a mediados de 2004 cuando se unieron en una cooperativa, empezaron a comprar material en el barrio, separarlo y revenderlo con un leve margen de ganancia. El PET, según la época, limpieza y color, lo pueden vender de 60 a 90 centavos el kilo. La poca ganancia se la quedaba el fletero que llenaba su camión con pocos bolsones compactados a fuerza de pisotones: el plástico es muy elástico y en cuanto la presión se va, vuelve prácticamente a su posición inicial. La mejora llegó cuando una transnacional donó una prensa que reducía los volúmenes 4 veces y multiplicaba por la misma cifra la eficiencia de lo que se le pagaba al fletero. Ese salto parecía un sueño, pero produjo traumas de crecimiento: por un lado, los fardos pesaban mucho más y moverlos requería un autoelevador o al menos una zorra, la que finalmente consiguieron. Y hacía falta más espacio para poder trabajar con volúmenes grandes. Así fue que consiguieron alquilar un galpón vecino a la estación de San Martín, en enero de 2005.

Si bien el costo de flete disminuyó, los buenos precios se pagan lejos y decidieron comprar un camión. Cuando funciona, el camión puede llevar unos 3000 kilos de material prensado (unos 15 días de trabajo a buen ritmo) con un margen de ganancia de 25 centavos el kilo para el PET.

En la búsqueda de aumentar el valor agregado, instalaron un molino para picar el plástico, lo que reduce el volumen aún más y lo deja casi listo para ser reutilizado. Pero implica una rigurosa selección para que no se mezcle con otros plásticos y se arruine toda la muestra.

El know-how que desarrollaron estos cooperativistas en un mercado que fluctúa todo el tiempo (por ejemplo, el PET abunda durante las fiestas de diciembre y escasea en el resto del verano) los obliga a adaptarse constantemente. “Volumen, hay que lograr volumen”, repiten. Una vez pagados los costos fijos y las deudas, a cada socio le queda poco más que su Plan Trabajar original. Mirta, miembro de la cooperativa, asegura: “Vamos a salir adelante. Estoy convencida. Esto tiene que funcionar”, dice mientras saca el papel de los envases de jabón en polvo. Y sueñan con pagar las deudas y pasar al siguiente nivel.

Plástico y fierros
Etilplast es una cooperativa un escalón por encima de Tren Blanco en la escala productiva. Casi no compra directamente a los cartoneros y sí a acopiadores. Próximamente recibirá material ya seleccionado por los vecinos de un barrio de Tigre. El plástico es procesado (molido, lavado, agrumado y, más adelante, extrudado) y se vende directamente al último eslabón de la cadena para que haga broches de ropa, cajas de CD o perchas. Esta cooperativa empezó hace tres años limpiando y seleccionando los frascos de champú que le entregaba gratis una fábrica cercana.

El Vasco, presidente de la cooperativa y uno de los iniciadores, relató a Cash esa experiencia: “Nos dieron 3 toneladas de polietileno soplado, que a valor de hoy sería unos 7000 pesos molido”. Ahora, por “cuestiones de seguridad”, esa misma empresa que antes les regalaba el plástico de envases fallados prefiere tirarlas al cinturón ecológico, a pesar de los pedidos y los argumentos ecológicos.

Poco a poco la cooperativa logró reunir un importante capital fijo: dos molinos, dos centrifugadoras, lavadoras, una agrumadora de “film”, que construyeron ellos mismos. Y ahora van por el último paso de la cadena de producción: una extrusora que derrite, filtra y saca el plástico en bolitas que son la materia prima para cualquier productor. El gran atractivo de esta máquina que cuesta cerca de 100.000 pesos (que construyen ellos mismos y que financian con un préstamo del Ministerio de la Producción y apoyo técnico de la Unión Industrial de Tigre) es que el material que recuperan se compra a cerca de 1 peso y se puede vender por 3. Si bien el rendimiento puede parecer enorme, son muchos los pasos hasta llegar al punto final: compran el material, lo separan por tipo, lo cortan en una sierra sinfín, lo muelen, de allí va a una pileta en donde se lava con jabón en polvo, luego se centrifuga y se seca antes de entrar a la extrusora. Mucho trabajo que sólo se justifica en grandes volúmenes.

Los retiros siguen siendo bajos (no más de 200 pesos por semana), pero esto se debe sobre todo a la tradición expansiva de la cooperativa que gasta, como dice su presidente, el Vasco, “todo lo que entra en fierros”.

La realidad
Tren Blanco y Etilplast están nucleadas en la red Reciclando Valores que reúne más de 15 cooperativas del ramo que, junto a muchos otros emprendimientos, están dando respuestas a dos problemas cada vez más visibles. El primero es la basura que se acumula hora a hora, día a día y mes a mes, que pone a todas las grandes ciudades al borde del colapso ambiental y para la cual el reciclado será, tarde o temprano, la única solución. Y como una pieza que encastra justo con la anterior, se deben “satisfacer las necesidades humanas materiales, mediante el empleo de bienes escasos”, tan escasos que implica un esfuerzo enorme extraerlos de una realidad que tiene muy pocas alternativas para ofrecer.

Novela cartonera

Collar de esmeraldas es una nueva novela de canal 13, protagonizada por Osvaldo Laport, salpicada de temas que no se tocaron dentro del género. La propuesta se asoma a dos grupos sociales nunca avistados con anterioridad: los cartoneros y los aborígenes.
El hecho de que el personaje de Carina sea una cartonera y que se aborde la problemática aborigen, le permitirá a esta ficción tratar de acercarse a la realidad del país.

Dos hombres y una pobre doncella. El vínculo amoroso entre Romina (la criatura encarnada por Zampini) y Martín y Federico (los dos asumidos por Laport) estará regido por las abismales diferencias sociales. Mientras Romina vive en la indigencia y recolecta cartones, Martín es un arquitecto y decorador reconocido en Europa. Para acercarse a la bella dama, decide disfrazarse de linyera y asumir el papel de Federico.

Niños cartoneros
Informe sobre trabajo infantil en la recuperación y reciclaje de residuos en Argentina (2005)

La Oficina Regional de la OIM en Buenos Aires, junto con UNICEF, dieron a conocer el diagnóstico y video documental sobre el trabajo infantil en la recuperación de residuos urbanos. El estudio se llevó a cabo entre los meses de octubre 2004 y marzo de 2005 en las localidades de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Partido de Moreno (Provincia de Buenos Aires) y Posadas (capital de la Provincia de Misiones).

El aspecto cuantitativo de la investigación incluyó tanto un conteo de la cantidad de individuos involucrados en la recuperación en cada localidad como una encuesta (500 encuestas) de familias para obtener información sobre la actividad que desempeñan y los riesgos involucrados. El componente cualitativo consistió en entrevistas en profundidad (60 entrevistas) con familias de recuperadores e informantes claves que trabajan con niños, niñas y adolescentes que trabajan con basura. También incluyó entrevistas con informantes claves trabajando en proyectos para erradicar esta forma de trabajo infantil y con individuos involucrados en esfuerzos del gobierno, ONG´s y/o los mismos recuperadores para organizar y formalizar la actividad de recuperación de materiales reciclables en las calles de la ciudad. Tan sólo en Buenos Aires, el equipo de investigación contó 8,762 personas que juntaban materiales reciclables de las bolsas de residuos en las calles, en basurales y en el relleno sanitario. Casi la mitad de los recuperadores urbanos (conocidos como "cartoneros" en Buenos Aires) son niños, niñas y adolescentes y el 39% pertenece a familias migrantes (internos y externos). Estas familias ganan un promedio de US$ 21 semanales. A la vez otros los explotan y se benefician de su trabajo. Por ejemplo, hay intermediarios que compran los materiales reciclables y los venden a precios mucho más altos; la ciudad se beneficia porque invierte menos en enterrar y tratar de los residuos en los rellenos sanitarios; grandes compañías de reciclaje compran estas materiales para reciclar y revender; y el medioambiente se beneficia porque se extraen menos materias primas de la tierra. El informe final de la investigación publicado por OIM y UNICEF explica detalladamente los múltiples riesgos que niñas, niños y adolescentes involucrados en la recuperación de residuos enfrentan, especialmente aquellos vinculados con problemas de salud; bajos niveles de rendimiento educativo y abandono; problemas familiares y de barrios peligrosos con viviendas precarias. El informe también incluye un capitulo explicando específicamente los riesgos y desafíos enfrentados por los niños, niñas y adolescentes migrantes involucrados en el reciclaje informal. Actualmente, la OIM y UNICEF en Buenos Aires están trabajando en conjunto para informar al gobierno, grupos de recuperadores urbanos, empresas, ONG´s y el público en general sobre sus hallazgos. Nuestra meta es ayudar a este grupo de actores diversos a trabajar con los niños, niñas y adolescentes para que pueden dejar de trabajar, seguir estudiando y obtener acceso a otros servicios que los mantenga seguros mientras sus padres trabajan. La OIM también esta comunicando la necesidad de mejorar las condiciones del trabajo de los adultos c para que sus hijos no tengan que trabajar. En los meses por venir, la OIM aplicará sus nuevos conocimientos en la ejecución de un proyecto de microcrédito, "Proyecto Recuperar". La visión de Proyecto Recuperar es erradicar el trabajo infantil con residuos a través de la mejora de condiciones laborales y económicas de sus padres. Por ejemplo, esperamos proveer acceso a microcrédito de moda para recuperadores para que pueden iniciar microempresas. Este proyecto también tiene como objetivos: asegurar la inscripción (y asistencia) a las escuelas de los beneficiarios del proyecto, ayudar con la documentación legal de las familias de beneficiarios (especialmente migrantes externos e indocumentados) y asegurar que los niños, niñas y adolescentes estén siempre en lugares seguros cuando los padres no estén con ellos. La esperanza de la OIM de Buenos Aires es que trabajando juntos con diversos actores, especialmente los recuperadores mismos y el gobierno responsable, los derechos de los niños, niñas, adolescentes y sus familias estarán protegidos ahora y en el futuro.

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FORO CARTONERO
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Yo te rindo homenaje, Cartonero, y en él, quiero decirte muchas cosas.... reconocer tu fuerza y fe en la vida, al salir cada noche a la deriva.
Qué es lo que te empuja, Cartonero? Cuál es la fuerza vital que da tu aliento?, no lo entiendo, pero se que llevas dentro, la chispa de energía, que vence a tu tormento.
Yo soy uno más, que por ahí pasa y te mira asombrado Cartonero, no sería capaz de hacer lo tuyo, por eso reconozco tu denuedo.
Jamás me imaginé, amigo Cartonero, que en mi vida sería yo testigo, de tu trabajo muy duro, pero honesto, por eso Cartonero.... te bendigo.
Yo se que la basura no es tu meta, pero, encontrar algo en ella, es cierto que te anima y sigues buscando con esfuerzo y con coraje... para llenar muy lento con cartón, el equipaje.
Te respeto hermano Cartonero, porque tienes profundo el corazón, que te hace luchar y no quedarte para que a los tuyos, no le falte la ración.
Quisiera transmitirte mi esperanza, en que algún día todo cambiará y todo esto, quedará en un mal sueño, que va a ser imposible de olvidar.
Fuerza!, hermano Cartonero... en lo que pueda, yo te he de ayudar y pido al Cielo, por vos todas las noches... que te de aliento y que te haga continuar. 
Angel Bernes

Estamos ubicados en Sucre y Vidal, en un edificio de 2 pisos. Todos los días los cartoneros estacionan en nuestra esquina y tiran desperdicios en la alcantarilla que da sobre Vidal y cuando abren las bolsas de residuos para ver que hay tiran en la vereda y no las arman de vuelta como estaban. Podrían tener un poco de educación porque encima de eso, caundo uno les dice algo en buen modo, lo enfrentan y contestan como si ellos fueron los dueños de la vereda. 
Vivana Milne

Opino que siendo esta la única fuente de ingreso que tienen, no se la deberían quitar, sí organizarlos para que no ensucien de la manera que lo hacen, puesto que no sólo van a las bolsas que indentificablemente contienen papeles, sino que rompen el resto en busca de otras cosas. Por otro lado también veo peligroso, para ellos y para los que transitamos en auto, que recorran las calles por el medio a mano y contramano del tránsito, exponiéndose y exponiéndonos a un probable accidente. También creo que se debe hacer algo con los que suben al "tren blanco" puesto que algunos suelen escupir, insultar o arrojar cosas a los que viajamos en los otros trenes.
De no mediar algún tipo de solución al respecto, lo único que se genera en los vecinos es furia al ver que a pesar que pagan sus impuestos, las calles, están sucias, los tachos de basura rotos y las calles inundadas de de gente con carros como en época de la colonia.
Alejandra Navarro

Como ciudadana de la ciudad de Buenos Aires, que paga con esfuerzo los impuestos y expensas del edificio donde vivo, no teniendo más a quien recurrir. Cuando bajo en la estación de trenes de Belgrano "R", una vez que salgo del área de ferrocarriles, me veo en la obligación de caminar por la calle rogando que un auto no me lleve por delante porque las veredas están literalmente tomadas por cartoneros y carros, gente tirada en la vereda que bajaron del "Tren Blanco" y que obviamente por temor uno no se anima a pasar entre ellos, entonces prefiero correr riesgos de otro tipo.
Además he presenciado como van al kiosco de la esquina a comprar cervezas con botellas de gaseosa de 2 litros vacías que el kioskero le llena de cerveza por no tener envases.
Sumado a esto cuando llego a mi edificio de la calle Echeverría, donde también pago expensas para que esté limpio y presentable me encuentro con menores que se dedican a pedir las moneditas, tiran agua, y hasta excremento o lo que tengan en la mano en puertas y vidrios externos, rompen las bolsas y desparraman el contenido de residuos, sin importar que las bolsas sean verdes o negras.
Entiendo el hambre y la miseria tengo mucha pena de ver mi país y la ciudad donde vivo en este estado, pero al mismo tiempo siento impotencia porque de esta manera no se puede vivir, miedo, vandalismo, suciedad, es un cúmulo de cosas en que supongo la mayoría de los vecinos deben coincidir.
Tampoco sé quién tiene la solución, pero alguien (Policía Federal, gobierno de la Ciudad) debería velar por nosotros los ciudadanos que callados, sin manifestaciones, ni piquetes, pagamos nuestros impuestos y estamos al día con nuestras obligaciones a pesar de las rebajas de sueldo que hayamos sufrido.
Laura Galiano

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Subsidio a los cartoneros

Ninguno de los polémicos subsidios a cartoneros que ordenó pagar la Justicia pudo ser ejecutado el pasado 16 de Septiembre de 2005. Debido a la denuncia que presentó el Gobierno contra el juez que dictó esa medida (Roberto Gallardo), la Cámara de Apelaciones pidió la causa para sacarle copia y enviarlo a una fiscal penal. De esa manera, sin el expediente en la mano, la jueza Patricia López Vergara no pudo satisfacer el reclamo de varias decenas de cartoneros que se presentaron en los Tribunales de la Ciudad.

Si hoy el expediente es devuelto al juzgado de primera instancia, se espera que ya haya otra jueza. Sucede que López Vergara estaba reemplazando en realidad a su colega Fabiana Schafrik, quien volvería de su licencia.

El análisis de la apelación, en tanto, está demorado porque antes debe resolverse la recusación que planteó la abogada de los cartoneros contra tres camaristas.

El juez Gallardo había ordenado a la Ciudad pagarles a los cartoneros un subsidio de 205 pesos mensuales por cada hijo menor de 17 años. Dijo que es para que los chicos vayan a la escuela en lugar de revolver la basura. Para garantizar el cobro, después de que el Poder Ejecutivo se negara a pagar, Gallardo declaró "indisponibles" más de 1.100 millones de pesos que el Gobierno porteño tiene depositados.

Gallardo fue recusado y el expediente pasó a López Vergara, quien logró que 8 familias de cartoneros cobraran, después de un fuerte cruce con el Banco Ciudad, al que le clausuró un tesoro de su casa matriz durante más de 12 horas.

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El monto global que mueve la cadena originada en la recolección de papel y cartón en la Capital equivale a la mitad de la facturación de Edesur o Edenor. Pero del negocio los cartoneros sólo se quedan con la porción más chica. La parte del león se la llevan unas pocas empresas dedicadas al reciclado. El circuito comienza con el cirujeo, continúa con un acopiador, pasa por un gran mayorista y cierra en una empresa de reciclaje. 

Los miles y miles de cartoneros que cirujean las calles de todo el país recogen anualmente sólo de papel, diario y cartón aproximadamente 430.000 toneladas, lo que a ellos les representa un ingreso de alrededor de 80 millones de pesos. Puede estimarse que, cuando la totalidad de ese material reciclado llega de distintas formas otra vez al comercio, posee un valor de venta que sextuplica lo que reciben los cartoneros. Es decir que el negocio global que generan los cartoneros asciende a unos 500 millones de pesos por año, sólo teniendo en cuenta los derivados celulósicos, lo que equivale a la facturación anual de una compañía como Quickfood o a la mitad de Edenor o Edesur. El grueso del dinero generado por la cadena productiva que comienza con el cartonero se lo llevan unas pocas grandes empresas.

Una primera aproximación para cuantificar la magnitud económica de la actividad de los cartoneros surge de un estudio preliminar realizado por el Programa de Recuperadores Urbanos del gobierno porteño, que relevó cantidades y precios de los distintos tipos de papel que se transan en los sesenta galpones dedicados a esta actividad que hay detectados en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires. Los principales resultados indican:

- Los sesenta galpones les compran a los cartoneros un promedio de 1014 toneladas semanales de los distintos tipos de derivados celulósicos, lo que arroja un total anual de aproximadamente 50.000 toneladas;

- El precio promedio que reciben los cartoneros es de 195 pesos por tonelada (0,195 por kilo);

- El galponero carga un margen promedio del 15 por ciento y vende el material a la siguiente etapa de la cadena a 225 pesos la tonelada.

Para realizar una primera cuantificación sobre el negocio de la basura recogida en la Capital Federal hay que considerar otro dato clave que aporta Sandra Carlino, la responsable del Programa de Recuperadores Urbanos: “Los galpones que nosotros relevamos dentro de los límites de la ciudad reciben sólo un tercio de lo que recogen los cartoneros; los dos tercios restantes son llevados al Gran Buenos Aires”, fundamentalmente a través del llamado Tren Blanco y de las otras formaciones especiales para cartoneros con que cuenta cada línea ferroviaria. El motivo principal por el cual la mayor parte sale de la Capital es que fuera de sus límites los cartoneros reciben un precio mayor. La diferencia para el cartón, por ejemplo, es actualmente del 20 por ciento. Claro que, para acceder a ese mayor ingreso tienen el costo en tiempo, incomodidad y dinero de trasladar la mercadería.

O sea que, en realidad, el total de derivados celulósicos que recogen los cartoneros en la Capital Federal no es de 50.000, sino que ronda las 150.000 toneladas anuales, lo que a ellos les significa una recaudación de casi 30 millones de pesos.

Carlino señala que el Programa de Recuperadores Urbanos cuenta con 8470 personas anotadas en el registro que se abrió y calcula que en la ciudad deben transitar en total unos 10.000 cartoneros. Sacando cuentas, se llega a que el ingreso promedio de cada uno oscila en los 250 pesos por mes. “Por lo que sabemos, eso es más o menos lo que se llevan.” 

Lo que se llevan es una porción chica de la torta. El grueso se lo apropian los otros eslabones de la cadena, en particular el último. En líneas generales, el circuito del reciclaje que comienza con el cirujeo continúa con un galpón o acopiador, a veces pasa por un gran mayorista, pero siempre se cierra en una de las pocas firmas que se dedican al reciclaje propiamente dicho.
Así como Papelera del Plata S. A. es la empresa más importante en el reciclado de papel de diario para la fabricación de papel tissue e higiénico, Zucamor S. A. es la líder en el reprocesamiento de cartón. En su enorme planta en Ranelagh, Zucamor recibe el material ya enfardado por sus proveedores (galpones, mayoristas o acopiadores) y lo transforma otra vez en cartón.

Hugo Alberto Anitori, director de Abastecimientos de Zucamor S. A., cuenta que “nosotros estamos pagando aproximadamente 300 pesos más IVA por tonelada enfardada”, es decir un 33 por ciento más caro que el precio promedio al que lo venden los galpones porteños. Entre otros conceptos, ese recargo cubre el costo de enfardar los cartones.

–¿Cuál es el precio al que ustedes venden la tonelada del cartón que fabrican con material reciclado?

–Si es un cartón que se elabora ciento por ciento con material reciclado tiene que multiplicarse el precio por tres veces y media y hasta por cuatro veces el precio que pagamos por el cartón recuperado. Con eso cubrimos los costos de mano de obra, energía, amortización del capital, la merma del 15 por ciento en el cartón recuperado y, por supuesto, nos queda una ganancia.

Traducido, Zucamor cobra por el cartón hasta 1200 pesos la tonelada, lo que sextuplica el precio que recibe el cartonero al inicio de la cadena de valor.

Si además de ese valor se tiene en cuenta que, según datos proporcionados por la Asociación de Fabricantes de Celulosa y Papel, el cirujeo recupera en todo el país alrededor de 430.000 toneladas de derivados celulósicos, se llega a que la actividad genera ingresos por algo más de 500 millones de pesos. 

“No estamos hablando de micro sino de macroeconomía”, sostiene Carlino con mucho entusiasmo. Desde su función y como licenciada en Aprovechamiento de Recursos Naturales Renovables, Carlino subraya que, además de ser un modo de subsistencia para mucha gente, el reciclado es desde un punto de vista ecológico y económico mucho más conveniente que el uso de basura como relleno. Destaca, por ejemplo, que el gobierno de la ciudad se ahorra bastante dinero por cada tonelada que se recicla en lugar de ser transportada y enterrada por el Ceamse.

Desde otra perspectiva, el ejecutivo de Zucamor también subraya la utilidad de la tarea que realizan los cartoneros. “El aporte que ellos hacen a nuestra industria es muy importante. A mí como ciudadano no me agrada ver que la gente tenga que hacer esa tarea. Pero entiendo que es el único método de subsistencia que tienen. En países más desarrollados no se ve ese tipo de cosas porque no hay tanta marginalidad pero también porque en los hogares existe una cultura de separación de residuos bastante arraigada.”

Para Carlino incluso es posible plantearse como uno de los objetivos a alcanzar en la próxima licitación para recolección de residuos que se realizará en el 2008 que los cartoneros se organicen para poder participar y así sacar una mayor tajada de un negocio grande del que ahora les queda la parte chica.

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Editorial argentina publica literatura latinoamericana con material reciclado
La editorial publica libros con hojas fotocopiadas y tapas de cartón comprado a ’’cartoneros’’.

Entre témperas, una fotocopiadora vieja y en un lugar que alguna vez fuera un puesto de verduras, un grupo de argentinos arma libros con cartones rescatados de la basura para difundir cuentos y poemas de escritores de América Latina. 

Sin los presupuestos millonarios de las grandes editoriales, ni el lujo de las librerías que seducen a los turistas en Argentina, ’’Eloísa Cartonera’’ es una editorial especializada en publicar literatura latinoamericana. 

La editorial publica libros con hojas fotocopiadas y tapas de cartón comprado a ’’cartoneros’’, personas que se dedican a recopilar papeles en las calles de Buenos Aires y luego venderlos para su reciclaje, y que en algunos casos han dejado las calles para unirse al proyecto. 

Tres jóvenes que ahora arman y pintan los libros en ’’No hay cuchillos sin rosas’’ -el antiguo puesto de verduras de alrededor de 30 metros cuadrados donde funciona la editorial- eran cartoneros antes de sumarse al proyecto. 
’’La idea es convertir el cartón que es algo que no tiene valor y darle valor. Todo pasa porque los cartoneros se dan cuenta de que tienen un material que lo pueden elaborar, que pueden darse trabajo ellos mismos’’, dijo Washington Cucurto, escritor y uno de los tres responsables de Eloísa. 
El proyecto comenzó a tomar forma a principios del 2003, cuando Argentina comenzaba a salir de una devastadora crisis económica, con más de la mitad de la población en la pobreza y un desempleo que superó el 20 por ciento. 

La devaluación del peso en enero del 2002 elevó el valor del papel -y de otros productos- que se encarecieron demasiado como para ser importados, por lo que el reciclaje de cartón se volvió una opción clave en el proceso de producción. 

En ese momento, familias de cartoneros comenzaron a formar parte de la ciudad. En la actualidad, más de 10.000 personas recorren Buenos Aires en búsqueda de papel, cartón y materiales como vidrio y plástico, según estimaciones oficiales. 

’’Lo más probable es que si no hubiera tantos cartoneros, ni se nos hubiera ocurrido. Pero está dentro de algo más general: tratamos de ser inteligentes y aprovechar lo que hay’’, dijo Javier Barilaro, otro de los responsables del proyecto. 

Al principio, Cucurto y Barilaro, artista plástico y escritor, respectivamente, armaban ellos mismos los libros, pero luego comenzaron a incorporar a jóvenes cartoneros que dejaron de ’’cartonear’’ y empezaron a recibir un sueldo por su trabajo.

’’Me gustó el trabajo este y con el tiempo le fui agarrando la mano (...). Acá me gusta más, me despejo de mi casa, escucho música, armo los libros, pego o a veces pinto’’, dijo Daniel Ramos, de 19 años, que antes de participar en Eloísa recopilaba cartones en la calle para sobrevivir. 

La editorial ya publicó unos 60 títulos -con ediciones de entre 20 y 100 ejemplares- y por el cartón paga 1,5 pesos el kilogramo (cerca de 0,5 dólares), cinco veces más de lo que se les paga habitualmente a los cartoneros en Argentina. 

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Tren cartonero
A los servicios diferenciales de trenes que los domingos trasladan a hinchas de fútbol se sumo uno de cartoneros. La empresa busca la comodidad de todos los pasajeros. Todos los días sale desde Jose Leon Suarez y llega hasta Ministro Carranza. Hay mas de 100 familias que viven de la recolección de basura.

El tren recorre dos veces al dia el tramo Jose Leon Suarez-Caranza, de las vías del exferrocarril Mitre. Se detiene en las estaciones Villa Ballester, Urquiza, Coghlan, Belgrano R y Colegiales. Una familia espera el tren especial, que se dirige hacia la estación Carranza, al atardecer ellos recolectaran papeles, latas de gaseosas y botellas para luego cambiar por dinero. Casi a la medianoche emprenden la vuelta.

TBA dio una solución a un problema por un lado, los pasajeros tendrán mas lugar y por el otro los cartoneros podrán transportar sus bartulos.

A diario viajan 160 personas, que pagan 8 pesos quincenalmente. Otro servicio que ofrece es Castelar con Puerto Madero. Desde 1999 circulan los trenes Puma, que poseen un sistema de ventilación y calefacción, para personas con dificultades motoras.

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Argentinos que sobreviven de la basura
Los "cartoneros" representan uno de los más recientes fenómenos sociales en Argentina.  Son un ejército de desempleados que se dedica a separar materiales reciclables de la basura, generan ganancias anuales por 170 millones de dólares, aunque ellos se quedan con sólo 16 por ciento.

De acuerdo con un informe del gobierno de Buenos Aires, los miles de "cartoneros" que trabajan en la ciudad ganan en conjunto alrededor de 27 millones de dólares al año por recoger papel, diarios y cartón que encuentran entre la basura que generan los hogares.

Las ganancias se acrecientan cuando el material reciclado llega de distintas formas otra vez al comercio, por lo cual la facturación de este trabajo aumenta hasta ser equivalente a las ganancias de importantes empresas privadas.

Los "cartoneros" representan uno de los más importantes y recientes fenómenos sociales de este país, producto del acelerado empobrecimiento que Argentina registró en las últimas tres décadas y que se acrecentó, en particular, durante los años 90.

Hace menos de cinco años, los argentinos se sorprendieron al ver como poco a poco miles de personas, muchas de ellas con estudios técnicos o universitarios, comenzaban a dedicarse a separar materiales reciclables de entre la basura.

Tan sólo en Buenos Aires se estima que existen 10 mil "cartoneros", que ganan alrededor de 80 dólares por mes, lo que corresponde a la "tajada" más chica del mercado del reciclaje.

La cadena que inicia el "cartonero" continúa en los centros de acopio a donde se concentran los materiales, y de ahí, a las grandes empresas que reciclan periódicos para fabricar papel higiénico y reprocesan el cartón.

En conjunto, las empresas recicladoras obtienen ganancias por 170 millones de dólares al año, lo cual sextuplica los ingresos que pueden obtener los "cartoneros", muchos de los cuales trabajan en las calles junto con sus familias.

Por lo novedoso del fenómeno, aún carecen de una estructura organizada que les permita pelear por sus derechos y obtener así ganancias más acordes con lo que marca el mercado.

El propio gobierno de Buenos Aires está comenzando una incipiente convocatoria para que los "cartoneros" se asocien y puedan competir en las licitaciones para la recolección de residuos que lanzarán las autoridades.

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Un plan para que no haya niños cartoneros 
22 de Abril de 2005. Río Cuarto. Unos 118 niños participan del cirujeo en Río Cuarto. Trabajan en carros, junto a sus padres o hermanos. Según un relevamiento municipal, son 332 las familias que se dedican a esta actividad en la ciudad. La mayoría obtiene entre 50 y 200 pesos mensuales por los kilos de cartón, papel o vidrio que recolecta.

Desconfiados de las recurrentes iniciativas para “unirlos” o formar cooperativas, los cirujas se niegan a trabajar con personas ajenas a su familia. Pero han tomado con buena predisposición una iniciativa municipal que apunta a mejorar sus condiciones de empleo, rentabilidad y calidad de vida. 

Se trata del programa municipal de “recuperadores urbanos de residuos”, que fue presentado ayer. Entre los objetivos del proyecto figura “contribuir progresivamente a que los niños no participen de forma activa ni pasiva del cirujeo”. Además, se busca revalorizar la actividad del ciruja como “recuperador urbano” y producir un ordenamiento en la circulación de carros en la ciudad, por razones de seguridad pública.

Tras una docena de reuniones con los interesados, se presentaron las pautas básicas consensuadas y los resultados de un relevamiento. Entre otros puntos, se abordó la problemática de los recolectores menores de 14 años. Si bien los padres admiten que es riesgoso llevar niños en los carros (hay consenso para que no los manejen), sostienen que los comerciantes siempre entregan más material a los pequeños. Plantean que cuando es un menor el que solicita cartones o desechos, logran una mayor y mejor recolección, y temen perder estos beneficios.

Desde el área de Promoción Social se prevé avanzar en la búsqueda de alternativas. Su titular, Américo Balmaceda, adelantó que está previsto desarrollar actividades culturales y recreativas y abrir guarderías en horarios de recolección para que los papás recolectores tengan dónde dejar a los niños.

Además, se apuntará a comprometer a los comerciantes con el programa y a promover la separación de los residuos generados en el microcentro, para optimizar la actividad.

El estudio refleja que en Río Cuarto hay personas que se dedican al cirujeo desde hace más de 30 años. Últimamente, se han incorporado a la tarea nuevas familias, que estarían dispuestas a dejar de cirujear si obtuvieran un mejor empleo. 

El relevamiento destaca el caso de algunos padres que impiden a sus hijos salir en los carros, pero se advierte que, de todas maneras, los niños participan en sus hogares de la clasificación de los materiales, lo que puede ocasionarles problemas de salud. 

En la docena de reuniones producidas en la subsecretaría de Promoción Social ya se lograron avances. Preocupados por su propia seguridad y conscientes de los problemas que ocasionan en el tránsito, un grupo de cirujas propuso acordar los horarios de recolección con los comerciantes para evitar ingresar al centro durante los horarios pico (cierre de negocios).

Los cartoneros tienen un compromiso de rutina diaria con los comercios que les reservan el material. Pero lo que les preocupa es que cada vez hay más carros en competencia.

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Remata sueños argentinos por la web
Un artista holandés contó, en Tucumán, el insólito negocio que armó con cartoneros.
Seguramente nunca pensó que en la Argentina sacar la basura a la vereda iba a cambiarle la vida. Matthijs de Bruijne es un artista holandés que pasó más de medio año, en 2002, con cartoneros de Buenos Aires. Con ellos salió a cirujear y volvió a Holanda con un insólito proyecto.
"Llegué a la Argentina en 2001. Estaba parando en barrio Urquiza, uno de los más lindos de Buenos Aires. Una noche, cuando saqué la basura no pude creer lo que veía: gente abriéndola y buscando entre los restos; cirujeando”, contó el artista.
Durante 2002, recolectó con los cartoneros objetos que luego exhibió en una página web para subastarlos. Hizo lo mismo con los sueños que cada uno de ellos le había contado, los que también pueden comprarse por 30 o 40 euros, en la página www.liquidacion.org
 “En Holanda no es mucha plata, pero en Argentina sí. Pude vender más de la mitad de los objetos y de los sueños. Por eso vine a entregarles el dinero”, dijo el joven. 

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El cine cartonero llega a París
Nora Herman nos había anunciado: "Van a ver una película sobre los cartoneros hecha por cartoneros". Un texto explicativo leído antes de la proyección nos informa que se trata de un documental realizado por la Asociación de Cartoneros de villa Itatí, filmado por ellos mismos con una cámara prestada que se han ido pasando de mano en mano y con el asesoramiento del cineasta Eduardo Mignogna. El informe explica también que villa Itatí está en el partido de Quilmes, que se empezó a poblar en los años 60 y que hoy, con sus 50.000 habitantes, es la villa más grande del conurbano bonaerense. Las excavaciones llevadas a cabo en la zona para la construcción del acceso Sudeste han formado la "cava", una laguna que se desborda y alrededor de la que viven las familias más pobres. Fue de allí de donde salieron los primeros cartoneros; pero el cierre de las fábricas donde trabajaban los más afortunados ha convertido el cirujeo en la principal actividad de todos. 

¿Para qué hacer la película? En primer lugar, para dar a conocer las tareas ya emprendidas y los proyectos por venir: defensa de los derechos de los cartoneros para que las empresas de reciclaje de cartón les paguen lo justo, comedores para chicos y ayuda escolar, alfabetización para adultos, construcción de un galpón cooperativo, clasificación de los residuos reciclables en boxes y eliminación de la contaminación del medio ambiente. El presupuesto requerido -madera, hierro, alambre, bomba de agua, CPU con impresora- suma 61.227 pesos. 

Pero lo que surge claramente, detrás de este minucioso presupuesto, es la intención profunda que anima la película: mejorar la calidad de vida implica una transformación de la mirada. No de la suya, sino de la nuestra. Antes que ninguna otra mejora, lo que necesita el mundo cartonero es que nosotros lo miremos de otra manera. Nunca olvidaré la desconfianza, la estupefacción, el odio, o esa clase de pena que nadie desearía inspirar, pintados en las caras de los pasajeros del tren que pasa por San Isidro rumbo a Retiro, cuando los cartoneros suben con sus carritos repletos de bultos indiscernibles. Nunca olvidaré tampoco la reacción de esas madres y de esos chicos extenuados, con la piel y la ropa como recién salidas de un incendio, pero con fuerzas suficientes como para ignorar olímpicamente al resto del mundo. No devolver la mirada, matar con la indiferencia parece ser su respuesta. Esta película confirma aquella impresión: "Estamos cansados de que venga la televisión a regodearse mostrando lo peor, la miseria, la droga, el crimen -dicen sus protagonistas-. Todo eso es cierto, pero nosotros lo que queremos es otra cosa. Luchamos para salir a flote, nuestro trabajo tiene tanto valor como cualquier otro y pedimos que nos respeten". 

La mirada sale efectivamente transformada de esta serie de reportajes en los que cada entrevistado narra su vida frente a una cámara quieta que desnuda sus expresiones. Derrumbada la barrera entre "ellos" y "nosotros", la primera comprobación es que se trata de gente hermosa -fuera de los cánones de moda- que, en el caso de los chicos y los adolescentes, se completa con una actitud física llena de una asombrosa libertad. Muchos de los entrevistados, de origen chaqueño, han sabido conservar el habla tan dulce. Si de visita en otro planeta tuviera que presentar una imagen humana para que los extraterrestres supieran cómo son los ojos de la especie, qué sentimientos expresan (pudor, distinción, necesidad de comprensión y de afecto) no hay duda de que elegiría a alguno de villa Itatí. 

Ese escritor de rostro tan serio que, sentado a la puerta de su rancho, estampa en un cuaderno sus reflexiones sobre la vida, la verdad, la injusticia. O esa mujer madura de modales pulidos y boquita fruncida que habla despacio, meditando sus palabras. "Yo vine acá con la mamá cuando tenía trece años -cuenta-. Buscamos un lugar para hacernos la casita para nosotros, juntamos los palos y la hicimos. Ahora tengo once hijos ya grandes, así que puede decirse que aquí... me crié." El lenguaje escrito no alcanza para reflejar los matices de esa pausa antes de "me crié", ni los de esa exclamación maravillada frente a su propia vida. Su carita de nena envejecida y sabia sólo se le ensombrece cuando murmura pensativa: "¿Qué habrá pasado de repente? Antes éramos pobres nomás, pero después vino la droga y?". 

O ese hombre iracundo y esa mujer bañada en lágrimas porque la policía les mató a Carlitos, su hijo adolescente que no tenía nada que ver y para el que la villa Itatí organizó una marcha de la que nadie, en la orgullosa Capital, se ha dignado saber. O ese joven de rasgos aindiados, perfectos, que relata su via crucis cotidiano mientras busca por la calle algo de comer sin encontrar nada, pero que, ya a punto de abandonar, piensa en su bebé: "¿Vos sabés la fuerza que eso te da ?". O ese otro de ojos iluminados, que anduvo con la droga pero que ahora se dedica a ayudar a los demás porque a él, con la casita que tiene -dice, mostrando un rancho formado por tres latas- le basta. O esa otra pareja que ha puesto en el comedor de su casa -ellos mismos se ríen al llamarlo así- una mesa y un pizarrón para que todos los chicos vayan a hacer los deberes. 

Los ruidos de la villa y su movimiento perpetuo llegan hasta nosotros, que vemos la película desde una París callada y morosa. Por una parte, desorden solidario; por la otra, organizada frialdad. Algunos declaran que se enorgullecen de ser cartoneros; otros -los más jóvenes- que quisieran no serlo. En lo que todos coinciden es en que su empresita cartonera los hará progresar, y en que para los hijos será distinto.Por esas casualidades que quizá no lo sean, en el momento mismo en que una artista argentina decide hacer proyecciones privadas de esta película, otro compatriota, el director teatral y animador cultural Camilo Racana, organiza junto con una gran personalidad del mundo de la fotografía en Francia, Robert Delpire, una exposición en la galería Fait & Cause. Las fotografías de arte presentadas han sido realizadas por un grupo de adolescentes de la villa 15, más conocida como Ciudad Oculta. 

Como escribe Dolores de Torres, la fotógrafa que ha orientado a los pequeños filósofos y poetas que trabajan en el taller Contraluz, dirigido por una habitante de la villa que se merece su nombre -Cielo Chaile-, la Ciudad Oculta "se llama así a causa del muro que la rodea, levantado para tapar la pobreza: lo que no se ve no existe". Hace muchos años, un camión del ejército depositó a un grupo de familias desalojadas de sus casas en un hospital abandonado del partido de La Matanza y los escondió detrás de un murallón. Hoy, los adolescentes nacidos y crecidos en la invisibilidad encontraron la respuesta: en vez de negarse a mirar a quienes los miran mal, se fotografían a sí mismos. 

Ellos tampoco quieren mostrar la miseria desnuda; tampoco se ofrecen en espectáculo exhibiendo sus llagas. Rehúyen la autoconmiseración, pero reflejan la realidad. Se saben bellos y han comprendido que la belleza, tanto la suya como la que son capaces de percibir a su alrededor, les permite lo que hasta ahora nunca habían podido: existir. ¿Les han negado la humanidad primero escondiéndolos y después viniendo a fotografiarlos o a filmarlos como en un zoológico? Ellos dan vuelta la mirada y nos regalan, por primera vez, una imagen vista desde adentro. Y esa imagen resulta, además de veraz, intensamente poética. 

Los que teníamos ganas de admitirlo habíamos comprendido desde hace rato que la actividad de los cartoneros es uno de los emprendimientos más creativos de la Argentina de hoy. Esos empresarios especializados en residuos tienen una fuerza constructiva de una vitalidad que corta el aliento. Al no esperar nada de nadie, los cartoneros son sus propios creadores. Al inventarse un trabajo donde no lo había, se han inventado a sí mismos. Nada tiene de sorprendente que, cuando esas personas tan imaginativas y tan deseosas de seguir con vida, se colocan en la actitud del artista que se observa a sí mismo, nos toquen directamente el corazón. 

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El Programa de Recuperadores Urbanos y Reciclado de Residuos Sólidos en la Ciudad de Buenos Aires (PRU) basa su acción simultánea en tres ítem:

1) Mesa de Diálogo entre Recuperadores Urbanos y el GCBA
Con la coordinación general de la Secretaría de Medio Ambiente y Planeamiento Urbano, esta Mesa se concibió como un ámbito de planificación participativa con los recuperadores urbanos y cuenta con un reglamento interno de funcionamiento.
El objetivo de la Mesa de Diálogo es la planificación y la capacitación de la acción de los recuperadores urbanos en la sociedad y la interrelación y asistencia para dichos recuperadores.

Participantes
Desde su creación, en agosto de 2002, recuperadores independientes, cooperativas y asociaciones mutuales se reúnen semanalmente con funcionarios de distintas áreas del GCBA, de la Legislatura porteña y de otras organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.

Entre algunos de los recuperadores de residuos reciclables concurrentes se pueden mencionar:
- Recuperadores Individuales Independientes
- Independientes del Tren Blanco (Colegiales)
- Cooperativa El Ceibo (Palermo)
- Cooperativa Ecológica de Recicladores (Bajo Flores)
- Cooperativa Caminito (La Boca)
- Cooperativa RE NA SER (Devoto/Flores)
- Cooperativa Carpamet (Centro)
- Camión Blanco (independientes)
- Cooperativa Tehuelche
- CO.PRO.SER Del Oeste (Liniers/Mataderos)
- Asociación Civil Libertad de Trabajo de Villa 31 (Centro/Recoleta)
- Reciclados Sur
- Cooperativa Sol Naciente (Floresta)

Las siguientes son las áreas del Gobierno de la ciudad que participan en la Mesa de Diálogo:

- Secretaría de Descentralización y Participación Ciudadana
- Secretaría de Salud
- Subsecretaría de Comunicación Social
- Subsecretaría de Seguridad
- Dirección General de Higiene Urbana
- Dirección General de Microemprendimientos
- Dirección General de Estadística y Censo
- Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la Ciudad de Buenos Aires

También participan organizaciones invitadas a partir de las inquietudes que los recuperadores manifiestan en la Mesa, como la Fundación Campos del Psicoanálisis y TETRAPACK.

Reuniones
Los días martes a las 14.30 hs. en Av. de Mayo 575 3º piso oficina 306 (ex edificio de La Prensa). Tel. 4323-9422 / 4323-9758. Ante cualquier duda, el horario de atención es de lunes a viernes de 10 a 17 hs.

2) Registro y verificación territorial de la distribución de la actividad
Desde el PRU se cumple con la tarea de Registro de Recuperadores Urbanos (RUR) propuesto por la Ley 992 y su Reglamentación.
Uno de los objetivos del Registro es la entrega de Credenciales, de Pecheras y de Guantes que permite a los Recuperadores trabajar con mayor seguridad y tranquilidad. Al mismo tiempo, con el Registro se realiza una tarea de prevención (Vacunación), de conocimiento de la actividad de recuperación y de fortalecimiento del contacto creado con los Recuperadores Urbanos.

Operativos de Registro y Vacunación:
La Coordinación de Campo (personal de la Secretaría de Medio Ambiente y Planeamiento Urbano) realiza los Operativos de Registro y Vacunación conjuntamente con otras áreas de Gobierno y con los propios Recuperadores.
Entre todos se discute y se confeccionan los cronogramas.
De este modo, se pactan días, horarios, lugares y se trasladan los encuestadores, fotógrafos, vacunadores, coordinadores de campo y personal de loa CGPs a los puntos previamente acordados.
La Secretaría de Salud, desde la Dirección General de Atención Primaria de la Salud realiza una campaña de prevención dirigida a este sector de la población, que consta de Vacunación Antitetánica (Doble Adultos) y Doble Viral para adolescentes.
La Dirección General de Estadística y Censo se dedica a confeccionar, encuestar y analizar las planillas que sirven para el armado de las credenciales que luego el recuperador utilizará en el transcurso de su actividad.
La Secretaría de Descentralización y Participación Ciudadana, desde los CGP colabora con la información previa (visualización de los puntos de concentración de la actividad) y la difusión de cada Operativo de Registro y Vacunación

Hasta el momento:
-Se han registrado, desde el 5 de Octubre de 2002 a la fecha, aproximadamente 7.200 Recuperadores Urbanos.
-Se han aplicado 14235 dosis de Vacuna Antitetánica.
-Se han entregado 2564 credenciales definitivas, 1347 kit.

Descentralización del PRU
Este sistema de Registro para los Recuperadores tendrá carácter de permanente en los CGP, así como la entrega de credenciales, pecheras y guantes.

3) Programa de capacitación y asistencia técnica y asesoramiento legal
El objetivo de Área de Capacitación del PRU es fortalecer a los recuperadores y recicladores como actor social y agente económico.
Su punto de partida es el Plan Básico Informativo, direccionado a la prevención en faltas y contravenciones en la vía pública y a la instrucción de los recuperadores urbanos sobre sus deberes y derechos.
El plan prevee distintos niveles de eventos para intercambiar experiencias en nuestro país y con otras naciones.

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Desigualdad social. Los residuos ajenos son fuente de ingreso para miles de familias, La nota de puño y letra llegó a Mesa de Entradas del Concejo Deliberante y está firmada por la Unión de Cartoneros Platense; tal vez, la primera organización de esta ciudad que intenta nuclear a las miles de personas que a diario transitan todos los rincones del distrito, buscando en los desperdicios ajenos la posibilidad de acceder a los pesos que les permitan garantizar el plato diario.

Declama domicilio en una esquina de Altos de San Lorenzo, pero reúne, según comentan algunos concejales que la conocen, a carreros de la mayoría de los barrios donde la pobreza hizo estragos.

Su objetivo es básico. Dignificar una actividad que nació en las condiciones más indignas de vida: la de la exclusión. Miles de familias encontraron en el cirujeo la posibilidad de pilotear la crisis. Con el tiempo, se hicieron especialistas en el reciclado de residuos, y hoy quieren ser considerados por el resto de la sociedad como lo que son: trabajadores.

Para empezar, eligieron buscar el reconocimiento institucional. Por ello, en la nota remitida al Concejo Deliberante, que está en tratamiento en la Comisión de Salud, piden que se cree un registro para saber cuántos son los que se dedican a esto. Además, piden ayuda para garantizar su seguridad y su salud.

Reclaman que se les entreguen bolsas de residuos para reponer las que rompen en busca de algún elemento que puedan comercializar y no causar molestias a los vecinos, y guantes y barbijos para no infectarse o contraer enfermedades.

Legislación complicada

Claro que legislar sobre la cuestión no es una tarea sencilla. De hecho, ya se ha intentado infructuosamente. La movilidad en carros con caballos a la que apelan muchos cartoneros es un obstáculo, pues formalmente no está permitida la tracción a sangre por las calles de la ciudad.

Aunque ese escollo se salde de algún modo, existen otras cuestiones que dificultan la regulación. La falta de una unidad entre todos los cartoneros de la ciudad es una, aunque la Unión de Cartoneros Platense parece ser un intento positivo.

También lo es la resistencia que genera la posibilidad de que exista un “registro” oficial administrado por el municipio de todos los que se dedican a la actividad, o los códigos propios de un mercado que tiene en su cadena de comercialización distintos intereses en juego (intermediarios, papeleras), y que exceden a los de cada individuo que circula en su bicicleta, de a pie o con carros tirados por caballos.

Actividad en ascenso

Aunque por la falta de legislación no hay registros oficiales, en La Plata se calcula que suman más de 3 mil los cirujas que llegan al casco urbano, a los barrios de clase media, y a los centros comerciales periféricos en busca de cartón, papel blanco, plástico, papel de segunda, hierro y, en el peor de los casos, comida.

Es un fenómeno social que nació hace décadas en la pobreza estructural, pero se profundizó a una gran escala durante la crisis de los dos primeros años del milenio. Miles de platenses se quedaron sin trabajo, y otros miles no encontraron espacios para hacer sus changas en la construcción, como plomeros, electricistas o gasistas.

El recambio generacional es más apocalíptico. Los protagonistas más jóvenes no tuvieron la posibilidad de tener acceso a formación de oficio alguno, y su posibilidad de dejar el carro y trabajar parece más complicada. La condena a la marginalidad parece, en ese contexto, inevitable.

Si se avanza en un mapa geográfico, los cartoneros que llegan al casco urbano lo hacen desde los barrios donde la pobreza es más profunda. El Churrasco, la Autopista, Villa Montoro, El Palihue, San Carlos, Altos de San Lorenzo (donde tiene domicilio la Unión de Cartoneros Platense), son algunos de los lugares donde se concentra buena parte de las familias dedicadas a esta actividad.

No más de cinco pesos en las malas, más de diez, tal vez 20, cuando el día vino bien, es lo que se suele recaudar. El mercado se impone, y muchas veces el valor del trabajo depende de la arbitrariedad del intermediario. El precio del cartón sube o baja y complica aun más las paupérrimas economías familiares.

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