12 de Junio de 2016

M. Pedraza y Cramer

Quizás para muchos, fundamentalmente los jóvenes que hoy transitan esa esquina, no resultara más que ello, el cruce de dos arterias del barrio de Núñez. Pero, esa intersección, tiene una tradición, rica, poética y llena de historia. Más allá de los colores que amo en lo personal, considero que no estaría demás, que los nuevos vecinos afincados en el barrio, sepan que entre 1917 y 1971, allí existió el estadio del Club Atlético Platense.

Ese predio encierra parte del lucimiento de las más rutilantes estrellas del fútbol argentino, como también del ciclismo, ya que allí existió el primer y único velódromo de la ciudad. Allí lucieron los campeones mundiales, representantes del club de pelota a paleta. También quienes hoy transitamos ese amplio predio circundado por Av. Cramer, Manuela Pedraza, Amenabar y José P. Tamboríni, no podemos olvidar a los míticos aviones, así se denominaban los que integraban el elenco de básquetball, campeón argentino, sensación en los años ´50. Boxeo, atletismo, bochas, bolos y actividades sociales y culturales, conformaban el gran club. Hoy en día el lugar está ocupado por la Escuela Rodolfo Senét, un espacio multiuso deportivo y la plazoleta Ramírez, en el corte de la calle Moldes. Durante el gobierno del Dr. De La Rua en la Ciudad de Buenos Aires, en la mencionada plazoleta, y rindiendo homenaje al antiguo club residente del lugar, se colocaron plaquetas, símbolos alegóricos y graffitis dedicados al viejo “calamar”. Bajo la administración Macri, todo aquello desapareció abruptamente, en una verdadera afrenta hacia una institución, que cumpliera en el barrio, un específico rol social, deportivo y cultural, significando un hito histórico olvidado.

Esta plazoleta, no hace mucho tiempo estuvo cerrada, aduciendo refacciones y puesta en valor. Fue reabierta y hoy desde la óptica de muchos vecinos que concurren, las refacciones fueron mínimas, pasando a un total estado de abandono y sin un guardián permanente. Allí a plena luz del día, hay niños que insólitamente deben compartir su esparcimiento, con bicicletas, patinetas, grupos de jóvenes “fumando” y bebiendo alcohol, más paseadores de perros y sus secuelas. Las refacciones, fueron muy pocas y ya los solados están levantados por las raíces de los árboles y algunos actos de vandalismo. Deseo destacar, que el nombre impuesto, solo fue indicado en el cartel de obra mencionado anteriormente. Hoy, no existe ningún cartel nomenclador que especifique el nombre señalado. ¿Por qué plazoleta Ramírez? ¿No sería meritorio que la misma sea rebautizada como “Platense”?

Me parece oportuno señalar el presente de ese lugar. El tramo de la calle Manuela Pedraza, entre Moldes y Cramer, es un verdadero basural, que denota que por largo tiempo, no se realiza una limpieza acorde y permanente al mismo. La acera resulta por momentos intransitable. Mas aún, teniendo en cuenta que en la mítica esquina de M. Pedraza y Cramer, existe la mencionada escuela, donde se observa en su interior un total descuido en lo que debería ser un espacio verde limpio y sano, más una fachada lateral en precarias condiciones, para lo que fuera un edificio modelo. No estaría demás que los Comuneros, se dieran una vuelta por el lugar.

Mario Salvo