CORREO DE LECTORES
Comuna 13: Belgrano - Colegiales - Núñez


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19 de Mayo de 2017

Monumento


Dr. Jorge Micko:


Hace poco más de un año, por estas mismas páginas, se dio cuenta de la restauración del monumento a Manuel Belgrano, tal vez la insignia más antigua y representativa en el barrio que lleva su nombre. Ubicada en la intersección de las calles 11 de Septiembre, Zavalia y Echeverría, en el inicio de las Barrancas de Belgrano y frente a la “Casa de Alsina”. Efectivamente, tal como se informó en su momento, en su base de granito consigna como fecha de emplazamiento el año 1899. Durante varios años, la austera estatua fue reiteradamente depredada, no solo en las placas recordativas adosadas en su pedestal, construidas en grueso bronce, sino que también en la réplica de las dos banderas cruzadas entre sí, que lucían sobre el pie del monumento. La depredación tipo hormiga, como se dijo, llevó años, diversas placas, una cadena artística que rodeaba al monumento e incluso para arrancar las señaladas banderas de bronce recostadas al pie, se habría utilizado un automóvil mediante una linga, de lo cual hubo vestigios inconfundibles del vandalismo durante bastante tiempo después.

Ahora bien, restaurado el monumento mediante una replica de una de las banderas, los depredadores no han tenido mejor idea que intentar nuevamente de hacerse de lo que seguramente presumían eran de bronce. Pero ocurre que la repartición gubernamental del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que realizó los trabajos y ya advertida de este tipo de delitos, en su mayoría impunes, reprodujo la bandera en un material semejante al cemento, concediéndole una apariencia de metal herrumbrado por el transcurso del tiempo. Ello llevó a intentar desprenderla de su base, pero por tratarse de un material frágil fue destrozada y abandonada. Lo mismo ocurrió con alguna de las placas, reconstruida en símil bronce, y que para comprobar si era de metal, fue martillada, arruinada y abandonada. Huelgan los comentarios, simplemente reconocer el retroceso cultural y lamentable cambio de valores a lo que estamos involuntariamente obligados los conciudadanos del barrio, mediante salvajes expresiones de esa naturaleza.