El Gobierno Porteño pretende llevar de 4000 a más de 87.000 la cantidad de parquímetros que hay en la ciudad de Buenos Aires (se ampliará a 13 de las 15 Comunas), además de aumentar la tarifa de 15 a 25 pesos la hora. El nuevo sistema viene de la mano de la ampliación del negocio del acarreo de vehículos para las empresas privadas.

Entre los argumentos esbozados, se afirma que el estacionamiento tarifado es  una herramienta de Ingeniería de Tránsito cuyo principal objetivo es optimizar la utilización del espacio destinado al estacionamiento. Pero la pregunta que se hacen los vecinos es: ¿Los parquímetros ordenan el tránsito o solo tienen fines recaudatorios?

Integrantes del Movimiento Comunero sostienen que al poner parquímetros en la vía pública, están habilitando negocios privados con competencias que son de la Comuna, sin haber consultado a los Consejos Consultivos.

La Federación de Comercio e Industria de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (FECOBA) advirtió sobre los efectos negativos que podría tener sobre el comercio de calles y avenidas porteñas la expansión del sistema de estacionamiento medido a más barrios. “Creemos que en un momento de recesión económica, con caída sostenida de ventas en los comercios, esta medida perjudicará aún más al sector”, señaló el presidente de FECOBA, Fabián Castillo, y consideró que es necesario rever la cuestión.

La audiencia pública convocada por el Gobierno de la Ciudad para el 7 de febrero de 2020, con el objetivo de tratar la modificación de la tarifa del servicio público de estacionamiento medido en la vía pública, fue suspendida debido a una medida cautelar presentada.

Por admin

Un comentario en «¿Invasión de parquímetros?»
  1. La tendencia en muchas ciudades del mundo es desalentar el uso del auto particular, ya que provoca el mayor perjuicio respecto a embotellamientos, siniestros viales (primera causa de muerte en jóvenes, todas ellas evitables), erogación de cuantiosas sumas destinadas a infraestructura automotriz, principal fuente de contaminación ambiental en las ciudades, además de degradación del espacio público.

    Para ello se aplican las mismas medidas que desde hace 10 años se están tomando en la Ciudad de Buenos Aires, algunas con mayor éxito, otras no: zonas vedadas al auto particular (en el microcentro por ejemplo), carriles exclusivos para transporte público y construcción de infraestructura ciclista en la calzada quitando espacio al auto particular. En otros lugares aplican cargos para circular en zonas céntricas (en Londres) o remueven autopistas urbanas para desalentar el tráfico y ganar espacios públicos.

    El cobro por estacionar en zonas de alta densidad es una medida que por un lado tiende a desalentar el uso del auto, por lo que también baja la congestión y aumenta la rotación de vehículos estacionados (favoreciendo justamente al comerciante ya que sus clientes van a encontrar más lugares para estacionar). Además, cuando se trata de zonas de alta densidad, como en este caso, el costo de estacionamiento cuando es gratis lo termina asumiendo el resto de la sociedad. Cuando hay muchos autos circulando despacio para buscar lugar, generan mayor congestión y perjudican al transporte público. Está claro que el estacionamiento gratuito se lo considera un derecho adquirido, pero en realidad es un privilegio cuyo costo terminan pagando todos (tengan autos o no).

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