La intensa
tormenta (cayeron 155 milímetros de lluvia en dos horas), que se
registró durante la madrugada del 02 de Abril, provocó que
nuevamente la Ciudad amaneciera bajo agua.
En la zona atravesada por el arroyo Vega, los vecinos salieron a
la calle para combatir las Inundaciones, tratando de liberar los
sumideros de hojas y, especialmente, de bolsas de residuos.
Otros, trataban de salvar sus autos o de levantar todo aquello
que se pudiera de los pisos de sus casas, en las que el agua no
paraba de subir.
"Está historia ya la vivimos” se lamentaba un vecino, en Blanco
Encalada y Arcos, dónde había unos 20 vehículos que fueron
desplazados por el agua hasta allí. |
Foto. Libertador y Campos Salles. |
En Cabildo y
Blanco Encalada y Olazábal, había gran cantidad de agua
acumulada. En Blanco Encalada al 2300, por la tarde seguían sin
luz la mayoría de los comercios y edificios del lugar. En
Olazábal al 2300, los autos que estaban estacionados fueron
cubiertos por el agua.
Vecinos y comerciantes de la zona de Blanco Encalada y Moldes
señalaron: “Aquí siempre se inunda, pero que esta vez fue peor
que nunca". "Queremos una explicación. Desde la madrugada que
cortaron la luz por el peligro de la lluvia, pero hemos quedado
totalmente desamparados".
En Olazábal y Superí, debajo del puente, un auto estaba
incrustado contra la pared y otros dos, a metros de allí,
estaban montados uno sobre el otro.
En la esquina de Cabildo y Crisólogo Larralde, el agua ingresó a
los comercios. Tres de los cuatro túneles (Ibera, M. Pedraza y
Larralde) desbordaron, y en las zonas aledañas se cortó la luz.
En Ciudad de la Paz y Crisólogo Larralde, los vecinos sacaban de
sus casas, muebles y colchones mojados por la inundación.
En la zona de Núñez, la estación del tren Mitre tenía acumulado
un metro de agua. En Avenida del Libertador y Campo Salles el
agua desbordaba. Los semáforos no andaban, y las barreras de los
pasos a nivel de Mendoza, Blanco Encalada y Monroe quedaron
bajas.
El dueño de una fiambrería ubicada en García del Río y Amenábar
contaba, “Con la inundación perdimos todo: la mercadería, las
heladeras, los muebles, todo. Sumado a eso, perdí también el
auto que está acá a la vuelta.” “A eso de las 11.30 recién
pudimos venir hasta acá. Tenía las nueve heladeras dadas vuelta,
tres de ellas con los vidrios rotos. Era un desastre. Perdimos
los fiambres, los quesos, las hamburguesas. Hay que tirar todo”.
En el Barrio River, por Udaondo, desde Avenida Figueroa Alcorta
hasta Libertador, con todas las laterales, todo era agua de
cordón a cordón, un vecino se quejaba: “Este barrio se inundaba
cada 5 o 6 años, pero hoy se están dando 5 o 6 inundaciones por
año. No sólo sufro la inundación, sino los partidos, las barras
bravas, etc”.
Los vecinos de Belgrano y Nuñez, están cansados de perder todo
en cada inundación que se produce, de que les sirven las
explicaciones a aquellos que tienen sus casas bajo agua ó sus
autos arruinados, no hay consuelo para los damnificados. Las
obras realizadas no alcanzan y no podemos esperar años para
encontrar una solución, si en el mientras tanto es inevitable
que la zona se inunde, habrá que buscar la manera de que los
daños sean mínimos. Hoy más que nunca, las políticas públicas
deben estar al servicio de los ciudadanos. |