Había una vez un
hospital que tenía la necesidad de tener un jardín maternal para
los hijos de su personal. Es así como en el año 1986, el jardín
comenzó a funcionar dentro del hospital, con sólo 45 niños. El
jardín creció, se abrió a toda la comunidad, hasta llegar a
tener 130 chicos. Sin el debido mantenimiento y con la
permanente exposición de los chicos a los virus hospitalarios,
sus instalaciones se convirtieron en un lugar inadecuado y
peligroso. Es así que Mirta, la directora, se aferró a un sueño,
y junto a su equipo docente y a vecinos que se sumaron al
proyecto, comenzaron a trabajar para mudar el jardín a un lugar
más apropiado. Hoy los chicos del jardín pueden disfrutar de un
edificio excepcional, y ojalá en el futuro se transformen en
hombres y mujeres que luchen por sus sueños, siguiendo el
ejemplo de Mirta y el grupo de vecinos que lograron que este
sueño se vuelva realidad.
El Pirovano es el hospital al que se refiere el cuento, y el
Jardín es el Materno Infantil 6, conocido también como Escuela
Madre Eufrasia Iaconis. Con la excusa de conocer el nuevo
edificio del Jardín en funcionamiento, ubicado en B. Encalada
3479, solicitamos una entrevista a su directora Mirta Rodríguez,
y gracias a la rápida gestión del vecino Jorge Parada Rojas,
concurrimos al lugar.
La necesidad
En la actualidad tenemos 130 chicos. En principio eran solo
hijos del personal del Hospital Pirovano, pero después se fue
ampliando en la comunidad. Hoy en día con la gran cantidad de
chicos en lista de espera, había una necesidad urgente de
mudarnos. Nuestro jardín funcionaba dentro del hospital, con una
salida independiente por la calle Roque Pérez. Allá si un día
llovía o hacía mucho frío los chicos no tenían acceso a otro
lugar, teníamos aulas sin luz natural, sin ventanas, todo era
muy chiquito, y los chicos tenían que almorzar en las salas. En
el nuevo edificio tenemos un comedor, luz por todos lados,
refrigeración, calefacción, todos los chiches!!!
Un poco de historia
Por el año 2009, el Hospital Pirovano tenía una parcela en
Monroe cuyo contrafrente daba a la calle B. Encalada. Ahí
funcionaron algunos servicios hospitalarios pero estaba
abandonado. Se consiguió la cesión del terreno del Ministerio de
Salud al de Educación, a fin de construir ahí un nuevo edificio
escolar. Con la venta del predio de Las Catalinas el gobierno de
la Ciudad de Buenos Aires, consiguió la partida presupuestaria
para el financiamiento de la obra. Mucha gente luchó por este
edificio, supervisoras, equipos directivos, y un grupo de
vecinos de Belgrano y Nuñez, que junto a Jorge y Fernando,
motores de este proyecto, constituyen REDESCUBRIRNOS, una red
social que núclea a más de 30 entidades sociales. También
tuvimos un apoyo muy grande de las autoridades del hospital.
La mudanza
El tema de la mudanza lo venimos trabajando desde principio de
año a través de un proyecto. Los de 3 años, hacían recorridos
desde el jardín viejo hasta el nuevo, dejando huellas en los
árboles.
El edificio
Esta escuela ecológica, tiene una terraza parquizada para
aislación térmica y absorción de agua de lluvia, calefacción a
través de paneles solares e instalaciones eléctricas con
tecnología Led.
El edificio tiene
1158 m2 cubiertos y 128 m2 descubiertos, que son los patios
externos y escaleras. En la planta baja, junto al acceso
principal, está la dirección, el salón de usos múltiples, el
comedor, la cocina, los baños y en el fondo, el patio de juegos
con galerías semicubiertas y un ascensor con dimensiones acordes
al desplazamiento de grupos de chicos. El primer piso fue
destinado a las salas para los bebés (equipadas con cunas), y
nenes de hasta dos años.
Las salas se
conectan directamente con el exterior, y además cada una posee
un núcleo sanitario y una mesada con piletas y cambiadores. En
el 2º piso fueron ubicadas las salas para los chicos más
grandes. Hay otro salón de usos múltiples, un rincón de música y
una salida directa a la terraza, donde está el techo verde y los
paneles solares. Esas terrazas están protegidas con mallas de
alambre para dar más seguridad. El patio se equipó con juegos
nuevos, areneros, lugares de sol y sombra y el espacio para las
huertas. En el edificio cuentan con Wifi y Computadoras.
La inscripción
Cualquier chico del barrio puede inscribirse pero hay una
prioridad que sigue sosteniéndose con el convenio que hay con el
hospital. A la mañana el 90% de chicos es del hospital y a la
tarde un 10%. El año que viene vamos a tener 240 chicos. En el
proyecto original el jardín iba a ser de 45 días a 5 años, pero
como la realidad hoy en día demuestra que la necesidad de las
familias es de los 45 días a los 3 años, se van a abrir más
aulas en esas edades y se sacó la de 4 y 5, porque a esa edad
las familias buscan las escuelas dónde los chicos van a hacer
sus primarias. Tenemos dos turnos, el primero de 7 a 13.30 hs y
el segundo de 11.30 a 18 hs. Todos los chicos almuerzan en la
escuela, este año en un mismo horario, pero el año que viene
vamos a tener que tener que hacer dos turnos.
Un final feliz
Para terminar
Mirta nos hizo una visita guiada, interrumpida por esos bajitos,
que a cada paso se acercaban para besarla. Cuando llegamos al
comedor, Mirta nos dijo: “Acá almorzamos los docentes juntos con
los chicos y les puedo asegurar que disfruto mucho de este
momento”, entendimos que era justo el momento de irnos y dejar
que fluya esa magia y energía que se respira en este hermoso
jardín.
Que lindo que es
soñar, y mucho mejor aún cuando vemos que algunos sueños se
pueden volver realidad.
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