Durante los
últimos diez años el barrio de Belgrano comenzó un proceso de
cambio. Edificaciones de gran envergadura reemplazaron a las
pequeñas viviendas y comercios. Lo que antiguamente era una zona
residencial hoy está tornándose en una comercial. ¿Quiénes ganan?
¿Quiénes pierden? ¿Qué pretenden las grandes empresas?
La transformación es cada vez más grande. Los nuevos edificios y
las construcciones abarcan toda la zona, es casi imposible no
ver una torre de oficinas en cada cuadra. Las viviendas bajas
con menos de 15 pisos hoy parecen quedar atrás. La Avenida de
Libertador obtuvo un papel protagónico en este cambio: algunos
legendarios comercios del barrio desaparecieron y hoy son
locales de muebles de diseñador, concesionarias de autos,
vinotecas y textiles de alta gama.
Los impactos ambientales, visuales y sociales repercuten a gran
escala, y los principales damnificados son los vecinos. La
inseguridad se incrementó bruscamente, el aumento del tránsito
vehicular hizo que los estacionamientos y las calles colapsen y
el sistema de agua potable de las cloacas empezó a ser ineficaz,
entre otras cuestiones.
“Aunque embellezcan estéticamente, las nuevas torres obstruyen
la luz del sol y arruínan la naturaleza. A los que pasamos
nuestra vida en el barrio eso nos molesta”, explicó Juan Manuel
Monsalve, estudiante y vecino. Ésta manifestación se repite en
la mayoría de los vecinos, quienes aseguran que la seguridad y
la tranquilidad de la zona se ha perdido.
“Dado que la mayoría de los nuevos edificios serán oficinas,
imagino un barrio que, gradualmente, va a ir perdiendo la
tranquilidad que siempre lo caracterizó. Mucha más gente, más
autos y mucho más ruido”, señaló Francisco Muschietti, vecino.
El tema de la inseguridad está cada día más presente entre la
sociedad que reside en Belgrano. El pasado 24 de octubre se
realizó una reunión con los comerciantes y vecinos de la zona
junto con la Directora del Plan Nacional de Participación
Comunitaria en Seguridad del Ministerio de Seguridad de la
Nación, Martha Arriola, para combinar un plan de seguridad
policial apropiado para el sector.
“Esto es una zona liberada, cuando empieza a ponerse oscuro hay
robos. Eso antes no pasaba y hay que buscarle una solución
porque nos sentimos desprotegidos”, afirmó Aldo, dueño del Pool
de Libertador desde 1989. Su bar debió mudarse a dos cuadras ya
que su antigua construcción fue demolida para dar creación a un
nuevo edificio.
Otro de los problemas por las construcciones de las torres es la
falta de espacios para el estacionamiento. Refiriéndose a esto,
Facundo Gasparelli, empleado de SB Negocios Inmobiliarios,
destacó que los nuevos edificios tienen más departamentos que
cocheras. Eso perjudica el acceso y la movilidad de la zona.
A nivel social, estas construcciones también pueden resultar
negativas. “La mayoría de las obras son o serán oficinas. Eso
debilita a la sociedad ya que el barrio va a vivir durante los
horarios de trabajo y los sábados y domingos estará inhóspito.
No es lo mismo tener un edificio lleno de familias viviendo que
uno que esté habitado hasta las seis de la tarde”, aseguró María
Teresa Mazzei, arquitecta y vecina desde hace 30 años, quien
agregó que el beneficio principal es para los comercios
gastronómicos que podrán alimentar a todos los empleados de las
oficinas.
Pero, ¿cuál fue el motivo de esta transformación?
“Si bien hay un aumento demográfico en el país y también un
crecimiento en inversiones inmobiliarias, no creo que sean las
razones del cambio en.el barrio. Considero que se debe a los
intereses del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires”, expuso
Nicolás Boronat, residente de Belgrano.
“El mercado inmobiliario ha crecido mucho y eso ayuda a que las
construcciones de edificios sean rentables. También influye que
es una zona de fácil acceso, posee tres avenidas: Libertador,
Cabildo y F. Alcorta las cuales llegan a General Paz y al centro
rápidamente. Por lo cual entrar y salir del barrio resulta
cómodo tanto para la gente que viene a trabajar como para la que
vive”, agregó Juan Manuel Monsalve.
La demanda de nuevos edificios sigue en aumento en la ciudad. La
compra de inmuebles aumentó y eso generó que algunos sectores,
antes no explotados, deban ser modificados para la expansión.
A pesar del embellecimiento y la prosperidad económica que
puedan brindar estas construcciones es importante conservar la
esencia de un barrio legendario como Belgrano. Las caballerizas
ya no están, las pequeñas casas o edificios tradicionales estilo
francés o inglés dieron lugar a imponentes edificios modernos,
la antigua clase media trabajadora característica de la zona se
vio influenciada por una clase alta propietaria.
Sea cual sea el futuro lo importante es no perder lo propio del
barrio, la solidaridad entre los vecinos y el afecto hacia el
lugar donde crecimos. |