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06 de Abril de 2013

Funciones de una comisaría de barrio

lINTRODUCCIÓN:

El problema de la Seguridad, Comisaría de barrio, Interrogantes.

Desde hace ya tiempo se vienen buscando soluciones al problema de la seguridad. Una mayor concentración de los factores de injerencia del Estado, el compromiso judicial, una mayor capacitación del recurso humano de la Institución Policial y la participación activa de la Sociedad en las decisiones; formarían parte de estrategias tendientes a mejorar esa preocupante demanda. Sin embargo, al momento de analizar aquellas estructuras primarias que conforman el amplio espectro de la problemática que nos ocupa, como lo es una Comisaría de barrio, debemos concluir que el esquema funcional y el rol social de una dependencia de estas características, aún no han sido resueltos convenientemente. En este punto nos detendremos para el análisis de una estructura vital, basado en el conocimiento empírico que nos demostró, con el tiempo, la importancia que revista para el contexto social el desarrollo de políticas adecuadas e integradoras, que permitan incluir a la Institución policial en las estrategias de una sociedad que crece y aprende en un escenario global.

Circunstancias como la de pretender que la seguridad es un problema meramente policial o estimular el distanciamiento entre la sociedad y el personal de la Institución Policial, seguramente son factores determinantes al momento de diagnosticar los repetidos fracasos de gestiones que, durante años, aplicaron o permitieron el desarrollo de estas políticas. No se trata de un gran descubrimiento, sin embargo, resulta importante darse cuenta que no basta con reconocer el problema, sino que urge adoptar medidas eficientes para lograr el camino correcto, caso contrario fracasaremos en el intento.
Entonces, ¿Se encuentra la Institución policial en condiciones de hacer frente a las necesidades de un cambio social vertiginoso, con la estructura que aún conserva en una dependencia pensada para otra época?
Y en otro orden de cosas, ¿Qué curso de acción debiéramos tomar para captar el reconocimiento social y resolver, al mismo tiempo, el reclamo vecinal que al efecto resulta único y particular en cada caso?

DESARROLLO:

Desde la instauración democrática de 1983, la seguridad pública en nuestro país resulto un problema a ser resuelto por las instituciones policiales, mismas que desarrollaban sus propias políticas de seguridad, con plena libertad de acción delegada de un Estado que, en su tenue rol de director y en ocasiones mero espectador público de esta problemática, consentía aquellas acciones tendientes a mejorar esa situación: "...la dirección, administración y control integral de los asuntos de seguridad pública así como la organización y el funcionamiento del sistema policial quedaron en manos de las propias instituciones policiales, generando así una suerte de policialización de la seguridad pública" . Dicha ausencia Estatal, genero un vacío de contenidos al momento de la planificación y desarrollo de políticas de seguridad que, en el mejor de los casos, quedaba en manos de Jefes policiales guiados por el conocimiento empírico de sus actividades.

Creación del Ministerio de Seguridad.

Hoy, tras la creación del flamante Ministerio de Seguridad, temas tales como la conducción estratégica, análisis de la información sobre el delito, políticas de administración del personal, sistemas de formación y capacitación de éstos, administración de recursos, desempeño operacional, políticas de prevención y canales de diálogo con la comunidad, forman parte de la agenda diaria de dicha cartera , dando con ello cabal cumplimiento a la responsabilidad del Estado en materia de seguridad democrática y derechos humanos demandados por nuestra Constitución Nacional y los Tratados Internacionales: "...el deber de prevención abarca todas aquellas medidas de carácter jurídico, político, administrativo y cultural que promuevan la salvaguarda de los derechos humanos..." .

Ahora bien, dentro de esa universalidad de aspectos a tener en cuenta, existe un primer escalón en el diagrama estratégico de la seguridad pública, de vital importancia al momento de llevar adelante las políticas de seguridad, entre cuyas características encontramos la más importante: el contacto directo con la vecindad. Nos referimos a una Comisaría.

Mi Comisaría ¿cumple su función?. Célula fundamental.

Lo primero que resulta necesario entender, es que una Comisaría de barrio es la célula fundamental en el esquema Institucional. Es allí donde acudirá el vecino, el comerciante y el ocasional transeúnte si tiene algún problema o si necesita completar un trámite demandado por otros organismos, entonces, lo primero a tener en cuenta es “mejorar aquella imagen”. Las personas deben acudir a la Comisaría con un problema y retirarse, cuando menos, conforme con la atención y su trámite resuelto. Esto no es nuevo, siempre se insistió con mejorar esa condición a fuerza de incentivar permanentemente la voluntad del personal encargado de atender al público. Sin embargo, hoy sabemos que aquello no basta. No se trata solo de voluntades o presiones, sino de agilizar de alguna manera la atención a la creciente demanda del público que cada vez es mayor, al mismo tiempo que pareciera como si nos quedáramos en el pasado en cuanto a estructuras en la guardia de una Comisaría.
Seguramente encontraremos dentro de la Institución policial, personas con amplia capacidad para “hacer malabares” con el escaso personal y medios que se cuenta, intentando atender todas las necesidades al mismo tiempo, o al menos eso creemos, pero el público ya no es el mismo de antes y tampoco el personal.

El vecino se da perfecta cuenta de las falencias internas y el personal ya no cuenta con la capacidad, voluntad, ni responsabilidad de antaño. Un principio de solución, radicaría en olvidarnos que todo lo podemos y en distribuir la función tal como está dispuesta, pero adaptándonos al requerimiento de la época actual que ya no es la misma. En definitiva, allanando el camino a cada funcionario y capacitarlo para que éste pueda lograr plenamente el cumplimiento de su cometido: "...el personal de las fuerzas policiales y de seguridad es quien ejecuta en el terreno una parte importante de las acciones e iniciativas que forman parte de este modelo (...) La calidad del servicio de seguridad publica depende en gran medida de las capacidades profesionales de los hombres y mujeres que integran las FFPP y SS" .

La Prevención:

En cuanto a la prevención, si bien es cierto que resulta necesario generar mayor presencia policial en las calles, pareciera que aquella realidad es la única opción posible al momento de analizar la forma de prevenir ilícitos. Pero, aunque aquello posee cierto grado de eficiencia, no nos resuelve el problema por si solo ya que, por una cuestión meramente matemática, nunca podríamos contar con la cantidad suficiente de personal como para obtener un resultado totalmente eficaz.

El despliegue del Personal Policial.

En este sentido y teniendo en cuenta el limitado numerario con que se cuenta en una comisaría, surge la necesidad de realizar estudios serios del despliegue territorial del personal, toda vez que, por lo general, se los ubica en determinados sectores luego de sucedido el hecho ilícito, en lugar de prevenirlo: "...El despliegue territorial y funcional de las fuerzas policiales responde (...) a un modelo reactivo, en detrimento del funcionamiento de un modelo proactivo de trabajo policial, dirigido especialmente a la prevención y disuasión de la violencia y el delito" .

Ciertamente, resulta necesario generar mayor volumen del despliegue operacional de las FFPP y SS, como así también aplicar distintas estrategias tendientes a resaltar dicha presencia (chalecos naranja, balizas encendidas de los patrulleros, controles de automotores en la vía pública, etc. etc.), pero también es cierto que a aquellas medidas hay que complementarlas para obtener un mayor resultado.

Participación Comunitaria.

En ese sentido existen otras formas de prevenir, entre las cuales resulta fundamental la de promover la participación comunitaria en la toma de decisiones, al momento de planificar las acciones preventivas que se pongan en práctica las que, para el caso, serán distintas conforme la jurisdicción que se trate. Efectivamente, la participación comunitaria no solo va a promover el compromiso de la sociedad, sino que nos va a nutrir del conocimiento de los problemas locales que cada barrio posee: “…Con el objeto de prevenir y reducir el delito y la resolución violenta de conflictos, se requieren políticas que impulsen la participación de los ciudadanos, incorporando su perspectiva, sus necesidades y su conocimiento de los problemas locales” .
La Inteligencia Criminal.

El fortalecimiento de la inteligencia criminal, la profesionalización y modernización operativas, son otras de las prácticas necesarias al momento de prevenir. Ninguna de las dependencias de las características que estamos tratando utiliza estas herramientas. No se efectúa un seguimiento conveniente de los casos que se investigan, ni se cuenta con una base de datos que las pueda nutrir de la información necesaria para lograr mejores resultados, como así tampoco se capacita al personal en este sentido. A ello debe sumarse el hecho de padecer de una importante carencia en el equipamiento operacional siendo que, por ejemplo, cada una de ellas cuenta con sistemas operativos diferentes y no existen conexiones en red o una suerte de sistema “intranet” que las comunique para el intercambio de información. A punto tal se padece dicho inconveniente, que muchas de estas dependencias acuden de manera onerosa a sistemas operativos diseñados por particulares, tanto para el manejo de la información, como la elaboración de prevenciones sumarias brindadas al Poder judicial: "...las funciones de prevención, disuasión y represión del delito, en especial aquel vinculado con la criminalidad organizada, la trata y tráfico de personas o el narcotráfico requieren de efectivos altamente capacitados en tareas de investigación e inteligencia policial, quienes deben tener, además, a su disposición los equipos y medios materiales adecuados para cumplir con eficacia su tarea".

Articulación entre Políticas.

La articulación entre políticas de seguridad y otras políticas públicas resulta útil cuando de prevención se trata. Muchas veces la inseguridad surge de situaciones variadas, donde se combinan distintos factores a tener en cuenta, como negaciones de derechos o prácticas excluyentes. En estos casos, el éxito de la respuesta Estatal dependerá de intervenciones públicas más amplias y líneas de acción vinculadas a otro tipo de intervenciones (vivienda, derechos políticos, salud, uso del espacio público, educación, etc.): “…la articulación entre las políticas de seguridad y otras políticas públicas incluye, no sólo variables relacionadas con la actividad laboral de las personas y políticas de empleo sino también acciones relacionadas con el espacio público, los vínculos sociales y la salud” .

El descrédito social y la falta de incentivo.

Podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que el descrédito social que pesa sobre la Institución policial, resulta ser un factor determinante para ser tratado al momento de elaborar políticas inclusivas respecto de una dependencia de estas características.

Corrupción y Violencia Institucional.

Flagelos como la corrupción y la violencia institucional, conforman la crónica de innumerables hechos que marcaron, con el correr de los años, a una Institución desgastada y teñida de lamentables incidentes. Deben existir pocos organismos tan permeables a la corrupción como lo es la Institución Policial, al mismo tiempo que es probable que no haya otra instancia donde la corrupción genere más daño social que en la fuerza policial. No menos importante resulta ser la violencia Institucional, entendiéndose por esta aquellas situaciones o hechos que puedan enmarcarse dentro de la denominada "brutalidad policial", tales como las violaciones a los Derechos Humanos, el accionar violento y la ausencia en el control del uso de la fuerza pública: "Repensar las condiciones en que las instituciones de seguridad se desenvuelven en la sociedad implica asumir que la violencia institucional es parte del contexto de violencia que se intenta controlar democráticamente. Esto es, un reconocimiento de la doble condición de las agencias policiales: formar a la vez parte de las políticas públicas para reducir la violencia y tener entre sus capacidades las de ejercer distintos niveles de violencia como instrumento para intervenir" .

Resulta, entonces, absolutamente necesario aplicar políticas tendientes a generar conciencia entre el personal de la Institución respecto de la existencia de dichos flagelos y sus consecuencias, como así también para desalentar esas prácticas y combatirlas hasta las últimas consecuencias.

La Incentivación.

Por otra parte y en contraposición a tamaña realidad, también es cierto que resulta necesario el reconocimiento de aquel integrante de la Institución policial que, en el cumplimiento de su deber, protege a la ciudadanía e incluso es capaz de arriesgar su propia integridad en salvaguarda de la sociedad: “…La reformulación de la política de seguridad hacia un paradigma democrático no puede dejar de lado la preocupación por el bienestar físico y emocional de los ciudadanos que se desempeñan en las FFPP y SS que diariamente arriesgan su integridad para resguardar la vida, la propiedad y la seguridad del resto de sus conciudadanos. Esto implica instituir mejoras en las condiciones laborales, al mismo tiempo que la disponibilidad y calidad de los servicios de salud para ellos y sus grupos familiares” .

Relación con la Comunidad. Interactuar.

Resulta fundamental para el correcto desempeño de una Comisaría, la buena relación con la comunidad a la que debe proteger. Ello significa interactuar con fluidez, no sólo con las organizaciones barriales o entidades no gubernamentales que la representen, sino con el vecino que vive y padece las necesidades diarias del barrio.

El Comisario.

En este sentido, es el propio Comisario quien debe hallarse al frente de la gestión y como tal, encontrarse plenamente compenetrado de las necesidades y requerimientos de sus vecinos. De esta relación saldrán las estrategias de prevención convenientes y el conocimiento cabal de la problemática que intentaremos solucionar y allí radica su importancia, pero ¿Captamos la atención del segmento correcto en la vecindad?: “…Los ciudadanos, a través de las distintas instituciones de las que forman parte, pueden y deben participar activamente tanto en el diseño como en la implementación, el control y evaluación de las políticas de seguridad y de la policía” .

El Segmento Involucrado.

Ahora bien, sucede que no todos los vecinos se sienten representados o participan de las Instituciones u organizaciones barriales a las que se propone participar del diseño de las políticas de seguridad, en consecuencia, resulta necesario ir más allá de la propuesta y llegar a toda la comunidad, para lo cual también existen estrategias que deben ser aplicadas. La utilización de herramientas tales como las redes sociales, la participación activa en centros educativos o la convocatoria de determinados sectores del barrio (encargados de edificios, vecinos de una manzana con problemas, comerciantes, etc.), deben ser moneda corriente al momento de interactuar. De experiencias llevadas a cabo en una de estas Comisarías por el año 2010, más precisamente en el barrio de Núñez, pudo notarse el éxito de esa gestión que se vio reflejado tanto en la respuesta de la vecindad, como en los medios gráficos de prensa que hicieron alusión a dicha circunstancia, con titulares tales como: “PARA IR A LA ESCUELA CON TODA SEGURIDAD” (Suplemento Belgrano del diario “La Nación” – Jueves 1° de abril de 2010); “UN COMISARIO EN LA WEB” (Suplemento Belgrano del diario “La Nación” – 23 de Septiembre de 2010), o “EL COMISARIO DEL BARRIO, un Policía con perfil propio” (Diario “Tiempo de Belgrano”, Año VIII, Nro. 83, Septiembre 2010).

Mesas Barriales y Zonales.

La implementación de las denominadas “Mesas Barriales y mesas Zonales de Participación Comunitaria”, resultan un acierto al momento de poner en práctica las políticas de inclusión en materia de Seguridad, entendiendo que ésta no es un bien privado sino público, es decir, nos incumbe a todos por igual. El modelo de seguridad, definitivamente involucra la participación comunal y, por ende, constituye una de las estrategias centrales para el diseño, implementación y control de las políticas de seguridad ciudadana de una determinada jurisdicción. Ministerio de Seguridad, Presidencia de la Nación (2011) “Seguridad y Derechos Humanos”.

CONCLUSION:

Todo cambio conlleva un proceso lógico de adaptación y conocimiento, más aún si la problemática a tratar posee características de dinamismo y mutación tales, que requieren del profesionalismo y capacidad necesarios para hacerles frente. En este sentido, puede decirse que las políticas de Gobierno en materia de Seguridad van por el camino correcto. Ya no puede hablarse de “Política Institucional” en referencias al “Plan Policial para hacer frente al delito”. Hoy entendemos que la planificación, en cuanto a las reformas y adecuaciones doctrinarias, organizativas y funcionales de la Institución policial y que las estrategias de seguridad preventiva, pasan por una Política de Estado, que debe ser lo suficientemente capaz de construir liderazgos y generar aptitudes para asumir, de manera plena, el mando civil de la Institución Policial.

En ese marco, resulta necesario poner énfasis en la restructuración de las dependencias policiales, como así también en priorizar la capacidad en los funcionarios que deban estar a cargo de las mismas. Seguridad es sinónimo de respuesta y aquella debe estar inspirada en el reclamo de la sociedad que, a su vez, va sufriendo cambios. No se puede improvisar al respecto y mucho menos dejar en manos del criterio de un funcionario en turno las pautas a seguir. Un estudio serio y profesional de la problemática existente, nos va a marcar el camino a transitar y este debe ser señalado, por la autoridad correspondiente, para caminar en un solo sentido Institución y Sociedad en forma mancomunada.

Dr. Carlos Ricardo DILASCIO.

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